Poco antes de que el rapero mexicano Alemán se subiera al escenario erigido en el Hipódromo de Palermo, su compatriota Aczino había eliminado a los dos participantes argentinos en la final internacional de Red Bull Batalla de los Gallos. Incluyendo al actual campeón del certamen, Wos, quien, tras poner contra las cuerdas a su adversario en los dos tiempos suplementarios a los que llegó su combate en la primera ronda, se fue desconcertado y hasta indignado. Es que el jurado se mostró torpe y dubitativo al momento de tomar la decisión. De lo que sí hay ninguna duda, y de eso pueden dar fe tanto el autor del disco Caravana como su sucesor, Trueno, es que la Argentina se convirtió en potencia de la música urbana. Y la segunda edición del Buenos Aires Trap fue una vitrina exponencial de ese presente. Por más que su nombre aluda al género parido en las villas miserias de la ciudad de Atlanta, y a diferencia de la curaduría de su predecesor, la versión del sábado abrió la paleta de estilos que orbitan en torno a la galaxia del flow y el groove.
Si bien Duki fue el acto estelar del segundo episodio del evento, el trapero, quien afirmó que “Buenos Aires es la fucking capital del trap”, sorprendió al mostrarse fuera de sintonía en el escenario. Por más que se mandó una goleada de éxitos propios, que comenzó con “Rockstar”, siguió con “Te traje flores”, “Sin culpa” y “Sake”, y terminó con “Goteo” (luego llegaron los bises “Hitboy” y “Tumbando”), el artista estuvo lejos de parecerse a lo que fue su memorable intervención en el primer capítulo del festival, en febrero pasado. Ni a lo que sucedió a mediados de noviembre en el encuentro musical cordobés La Nueva Generación, donde se llevó por delante hasta a Babasónicos. No obstante, él mismo reconoció el domingo al mediodía, a través de un Instagram Live, que lo que podría haber sido un show “mágico” no tuvo la envergadura que pretendía. Y le pidió disculpas a sus fans.
Los que sí se mostraron coherentes y consecuentes con su rauda evolución y contundencia fueron Ca7riel (se pronuncia Catriel) y Paco Amoroso. El tándem, apoyado en esta ocasión por la ATR Band (supergrupo conformado por algunos de los más exquisitos músicos de la movida independiente local), se hizo de un repertorio que osciló de un rap moderno y dowtempo como “Ouke” hacia el meollo afrofuturista de “Coca-Cola”. Con escala en el jazz, el deliro electrónico, el rock marciano y en un trap con marca de vieja escuela como “Jala Jala”. Sin dejar de lado el folklore de la festividad, el binomio, que hará su primer Obras Sanitarias el 20 de diciembre, se tornó en una rara avis de la escena argentina al animarse a traducir en clave pop los códigos de la experimentación no sólo de la música urbana, sino también de los estilos que encuentran a su paso. Por lo que, amparado por una fluida dialéctica interna y roles bien determinados, cada vez más se manifiesta la analogía con Illya Kuryaki and the Valderramas.
Una vez que Ca7riel y Paco Amoroso se despidieron, y aprovechando la euforia que desparramaron entre los 25 mil chicos que se acercaron hasta el predio, Neo Pistea disparó una artillería de temas, de los que destacaron “Medusa” y su mega hit “Messi”. Aunque Nicki Nicole se había instalado el imaginario musical nacional, decidió esperar hasta la salida de su primer álbum de estudio, Recuerdos, el 8 de noviembre, para salir a tocarlo. Así que su show en el Buenos Aires Trap del sábado fue recién el segundo. Pero la cantante rosarina ya se mueve como pez en el agua, sobre todo cuando se viste de R&B. Al que parece que le cuesta encajar en los escenarios locales es a C. Tangana. Y eso lo evidenció el rapero español (uno de los mentores de la transición urbana de Rosalía) en su tercera visita al país (la segunda en 2019, luego de su paso por el Lollapalooza). A contramano del efecto que causó su compatriota Delaossa, un artífice cuya elegancia sorprende, si tomamos en cuenta que su escuela es el rap duro y el metal.
También figuraron entre los invitados internacionales de este Buenos Aires Trap el afrochileno Polima WestCoast y el uruguayo Pekeño 77. Lo de este último trapero es tan hipnótico y punzante que llamó la atención de un sinnúmero de productores argentinos, entre ellos Bizarrap, que fue de la partida del festival junto a una troupe de cantantes. Si Lucho SSJ, Bhavi y Dillom (en complicidad con Muerejoven) demostraron que la nueva generación del trap argentino viene más inventiva, sorprendente e imbatible que la de ahora, la programación del evento, cuyo protagonismo cayó asimismo en C.R.O. y Khea, brindó un relato paralelo. Uno sobre empoderamiento, disidencia y apertura al sumar a la combativa Sara Hebe, la otrora freestyler Dak1llah y la valiente drag queen La Queen: de Fuerte Apache para el mundo. De manera que lo de Wos, quien anunció que ya no batallará más, y Trueno no fue una derrota, sino la visualización al mundo de una escena que dejó de estar en las trincheras para revolucionar a todo un idioma.