Año 2010. Un sujeto se despierta de noche durante un viaje en avión a China. Mira por la ventanilla y contempla el océano inmóvil. Se da vuelta, la mayoría de los pasajeros duerme a miles de metros de la tierra, salvo algunos que están absorbidos por las pantallitas que tienen en los asientos. Es una imagen inquietante para Owen Dennis y la génesis para El Tren Infinito. El porqué de hacer una animación sobre una chica atrapada en una máquina sobre ruedas, donde cada vagón presenta un universo distinto, tiene una justificación lógica: “Diría que los aviones son muy pequeños”, responde al NO su creador, que será uno de los invitados de la Comic Con de este fin de semana, con una charla el domingo a las 14.
“Cuando desarrollaba la idea, lo fundamental era la exploración. Mi papá me dijo algo muy cierto sobre los trenes: tienen un simbolismo muy fuerte en lo vinculado a la progresión. Tienen esa maquinaria que va hacia adelante y hacia atrás que es un poco lo que intentamos crear aquí. Tulip está atrapada en este tren”, profundiza Dennis, a nueve años de aquel vuelo y solo unos días del trailer de anuncio de la segunda temporada de la serie .
La protagonista de El Tren Infinito es Tulip Olsen. Una nerd encantadora, amante de los rompecabezas y extremadamente racional que despierta en el convoy. En esta cinta de Moebius sobre rieles, la adolescente convive con One-One (un robot esférico que se puede dividir en dos) y descubre que tiene un número brillante en la mano. Su objetivo es volver a casa pero cada furgón le presenta un hábitat fantástico, como aquel en el que conoce a un perro aristocrático y parlanchín llamado Atticus.
En cada episodio, debe enfrentar acertijos y descubrir las respuestas para los secretos que se le presentan. A veces es más simple y solo tiene que atravesar un vagón repleto de eructos. “Necesitaba que Tulip fuera lo opuesto al tren. ¿Qué sucede cuando una persona muy lógica llega a un tren completamente alocado? ¿Qué aprendería de este periplo? Ella tiene un pensamiento muy binario, de blanco y negro, sobre cómo es el mundo, y en este mundo nada parece tener sentido”, revela Dennis.
A diferencia de otros programas de su clase, la heroína no disfruta demasiado de la travesía multicolor y su estilo mundano recuerda al de cierta chica grunge, deadpan e icónica de los ‘90. “Todos los que hicimos el programa amamos a Daria –explica Dennis–. Es una influencia. Pero la verdad es que Tulip está confeccionada a partir de rasgos de gente que conozco. Queríamos que fuese alguien con el que la audiencia pudiera conectar y que reconociera. Está basada en mis amigos, en cómo era yo cuando tenía 13 y en la realidad. Nos propusimos hacer un personaje creíble para un mundo increíble.“
A la hora de nombrar influencias, El Tren Infinito tiene estaciones previas como la película Snowpiercer de Bong Joon-ho, la serie Galaxy Express 999 de Leiji Matsumoto y el motor sensible de otro genio de la animación nipona como Hayao Miyazaki. Dennis no esquiva la locomotora y reconoce algunas referencias más. “Está Myst, un videojuego point and click que tuvo su década de oro en los 90. Era misterioso y eso me gustaba. También hay cosas más personales: me gustan las bibliotecas y su sentido de enormidad. Ese tipo de espíritu con el que conectabas de chico, es una tonalidad que se crea a partir de un montón de experiencias previas”, concede.
Con un piloto y una decena de episodios, El Tren Infinito tiene todo para convertirse en un programa de culto para Cartoon Network (que lo pasará el viernes 6 a las 20 y el sábado 7 a las 13), una señal que viene dándoles espacio a creadores con marca autoral como Pendleton Ward (Adventure Time), Rebecca Sugar (Steven Universe), Julia Pott (Summer Camp Island) y Diego Molano (Víctor & Valentino), por nombrar algunos. Ésta es la primera entrega con la firma de Dennis, quien había realizado storyboards de Regular Show previamente para CN. “Eso fue lo más difícil. No sabía lo que estaba haciendo. Y fue un aprendizaje muy rápido sobre como pilotear un grupo, congeniar con ejecutivos, cambiar cosas aquí y allá en la historia, y que todo tenga sentido”, plantea.
¿Y qué vagón le queda por explorar a Tulip? “Hay algunos a los que no les pudimos dar la vuelta justa. Quería hacer un mundo que fuera todo de coches a control remoto. Las pistas las imaginamos incrustadas al vagón, e iban de acá para allá. Hicimos una lista gigante pero estos mundos todavía no encontraron su espacio”, dice Dennis y cuenta que en algún momento pensó en hacer un crossover con otros programas de la señal. “Lo planeamos, pero hay un problema de base: Adventure Time, Regular Show o Summer Camp Island son programas que tienen su propio universo expandido. Meterlos a todos en un vagón los convertiría en algo chiquito, como si fueran de miniatura, y nos sentiríamos tristes por ellos. No creo que se lo merezcan”, cierra.