Ella tuvo demasiado poco tiempo para conocerlos. Y su hermano menor mucho menos. Pero eso no impidió que María Eva Lerouc se empeñara por conseguir algo de justicia para sus padres: el militante de Montoneros Alfredo Armando Lerouc, asesinado en San Juan en noviembre de 1976, y Marta Elida Saroff, desaparecida desde diciembre de 1976, cuando Eva tenía dos años. María Eva es miembro de Hijos de Mendoza y viajó a Roma para declarar ante los jueces que tienen a cargo el eventual proceso contra el teniente coronel Carlos Luis Malatto, miembro del RIM 22 y considerado uno de los responsables de esos dos asesinatos, quien vive en Italia desde 2011.
Eva Lerouc declaró ante el procurador jefe adjunto Francesco Caporale y dos fiscales que se ocupan del caso Malatto, Francesco Dall’Olio y Laura Condemi. El miércoles pasado fue presentada una denuncia contra Malatto no solo por el crimen del matrimonio Lerouc, sino también por las desapariciones de Daniel Russo y Florentino Arias en San Juan. Otro testigo, Alberto Rivas, fue quien declaró por el caso Russo y por otro caso ya en manos de los jueces, Angel José Carvajal.
Malatto, cuyo proceso romano está en la etapa sumarial, ha sido acusado de otros cuatro asesinatos y desapariciones ocurridos en San Juan (Juan Carlos Campora, Marie Anne Erize Tisseau, Jorge Alberto Bonil y Carvajal). Pero todavía goza de libertad y vive en una lujosa residencia en Messina (Sicilia). El teniente coronel formaba parte del Regimiento 22 de Infantería de Montaña junto a su amigo, y considerado también torturador, Jorge Antonio Olivera, condenado a cadena perpetua en 2013. Malatto no fue juzgado porque se escapó de Argentina con pasaporte italiano, lo que lo ayudó a zafar de la Justicia por algunos años.
“Mis padres eran de San Martín (Mendoza) pero después del golpe del 76 se trasladaron a San Juan -contó Eva Lerouc en una entrevista con PáginaI12-. A mi mamá la secuestraron en 1976 y la trasladaron a Mendoza, a un centro clandestino llamado colonia El Papagallo, en la zona de El Challao. Esa colonia era de la Dirección General de Escuelas, que se la prestaba al Ejército. Estaba pensada como una colonia de vacaciones para los chicos. Y después de la dictadura la siguieron usando como colonia de vacaciones. Allí fue donde vieron por ultima vez a mi mamá, a fines de 1976”. Según Lerouc, el testigo que vio a su madre fue un joven de 15 años de apellido Gutiérrez, que estaba también preso allí.
La joven mendocina contó además que los jueces le pidieron que dijera cómo había llegado a saber todo esto y que nombrara a las personas que le habían dado esa información. “Yo traje una serie de recortes de diarios en los que el RIM 22 aparecía como responsable de la muerte de mi papá. Y no sólo aparece el nombre de mi padre en el artículo sino también el alias que tenía, “Chastro”, porque decían que era muy “chastrín” (desalineado, en la jerga mendocina) para vestirse. También les entregué fotos y documentación de los jueces de Mendoza que se dijeron disponibles a hablar con los jueces de aquí”, añadió.
“Antes del golpe -relató- , cuando ya estaban buscando a mi papá, vinieron a la imprenta que tenía y como él no estaba, se llevaron a mi abuelo. Era abril del 75, y encima lo acusaron de ser un terrorista tupamaro. Mi abuelo era un simple obrero industrial. Lo tuvieron 45 días detenido”.
Eva tambien contó a los jueces las mentiras que decían algunos diarios, asegurando por ejemplo, que en un sótano de la casa de los abuelos había gente secuestrada, “cosa que nunca existió. Y con la dirección de la casa de mis abuelos, siguieron dando noticias falsas por más de un año”.
“Todo esto ha sido una experiencia muy fuerte -dijo Eva, haciendo un balance de lo ocurrido en Roma-. Para mí se resume en eso que cantamos en las marchas contra los torturadores: ‘como a los nazis, les va a pasar que donde vayan los iremos a buscar’. Lo que esperamos es que se pueda llegar a extraditar a Malatto para ser juzgado en Argentina. Esperamos que al menos en Italia no se pueda mover como quiera”.
Para hacer presión, Eva Lerouc viajará con miembros de la organización “24 de Marzo” -que se ha ocupado todos estos años de los juicios contra los dictadores latinoamericanos por delitos de lesa humanidad- primero a Palermo (Sicilia), donde tienen programadas algunas actividades con el alcalde progresista de la ciudad, Leoluca Orlando. Luego se desplazarán a la ciudad de Messina y a la localidad turística de Portorosa, donde vive Malatto. En Messina y alrededores se harán algunas actividades públicas y una serie de charlas en las escuelas secundarias, entre otras cosas. “La idea es hacer que todo esto sea bien visible”, concluyó Eva.
El teniente coronel del RIM 22 se hizo famoso en Italia luego de un artículo publicado por el diario milanés Il Corriere della Sera, que lo entrevistó en 2014 luego de la decisión de la Corte Suprema italiana de negar su extradición a la Argentina porque el delito imputado -once casos de torturas- había prescripto según la ley local. En ese momento estaba viviendo en la Iglesia de San Giacomo Apostolo, en la localidad de Cornigliano, cerca de Génova, donde el sacerdote argentino José Galdeano le ofreció alojamiento. Galdeano dijo después que no sabía que era un torturador.
Malatto se había escapado de Argentina en 2011. De Mendoza donde vivía -más precisamente en Godoy Cruz, donde incluso había abierto un negocio- se fugó a Chile aprovechando su pasaporte italiano, y de ahí voló a Italia. Vivió en L'Aquila, una ciudad ubicada a un centenar de kilómetros de Roma, y luego en Génova. Cuando se difundieron más denuncias contra él, desapareció del mapa y fue descubierto en junio pasado por dos periodistas italianos en Portorosa de Messina. El abogado de Malatto es Augusto Sinagra, que perteneció a la Logia Masónica P2 de Licio Gelli.