Rodeados de policías uniformados y de civil, los campesinos del departamento San Martín, en el Chaco salteño, que clamaban por ayuda lograron su objetivo. Sucedió a 27 días de estar a la vera de la ruta, con cortes de media calzada primero y total durante la semana pasada.
El reclamo por forraje y agua surgió ante la situación de los animales que, en muchos casos, terminaron por morir de sed y agua. La sequía se inició en junio pasado. Recién en estos días comenzó a llover en la zona. Pero la necesidad de forraje y agua continúa.
Mónica Burgos, referente de la Asociación Criolla Guardianes del Monte (ACGM), organización de base del Frente Nacional Campesino (FNC), dijo que la solución que arribó a la zona “es paliativa”. Pues el alimento que se repartió a las familias permitirá mantener las producciones de animales entre 10 y 15 días en el mejor de los casos. Ello depende de la cantidad de ayuda que se acercó a cada familia y si los animales son ganado mayor o menor.
Respecto a las lluvias indicó que es aquella finita que no permite llenar los tachos de agua. Además, hay familias que no tienen techos acondicionados para reunir el agua suficiente. Según lo informado ayer a los campesinos, desde el gobierno provincial se continúa con la gestión para que los camiones cisterna lleguen hasta los parajes.
Los animales continúan débiles. La campesina contó que al menos en su familia, donde hay 9 productores, murieron cinco vacas, y un poco más de chivas y chanchos en el tiempo que se mantuvieron en la ruta.
Desde el Gobierno se había afirmado la semana pasada que se habían repartido los kits veterinarios. “Pero meter medicación al animal en esas condiciones es matarlo”, dijo Burgos al recordar que la cría a cargo de los campesinos estaba débil por falta de agua y comida.
La carpa que se mantuvo todo este tiempo en el kilómetro 1801 de la ruta nacional 81, al frente de la finca El Yuto, de la familia Macri, se levantó finalmente anoche.
1200 bolsas de maíz
Según las informaciones que llegaron a los campesinos, cada uno de los dos camiones que llegaron ayer por la tarde a la Casa del Campesino ubicada en el Pueblo de Dragones iba con 600 bolsas de maíz. “Pero parece que repartieron antes porque en uno había 589 bolsas de maíz, y en el otro 449”, afirmaron.
El producto fue repartido entre las familias que cumplían con el requisito de vacunación y marca y seña de los animales. Aquellos que no tenían esos registros, recibieron entre dos y tres bolsas de maíz solamente. El resto recibía entre 5 y 7 bolsas, dependiendo de la cantidad de animales que se haya declarado.
Anoche los campesinos esperaban a las familias que estaban más alejadas, algunas a 90 kilómetros de la Casa del Campesino. “Algunos no tienen como llegar. Vienen en bicicleta o en un motocarro y hacen como pueden para llevar las bolsas”. Cada bolsa de maíz pesa entre 50 y 70 kilogramos.
“Trabajamos con la Policía encima todo el tiempo”, dijo Burgos un tanto quebrada a Salta/12. Entendió que esto reflejaba una “actitud macabra” del Gobierno. Pues sintieron que los trataron “como si fuéramos delincuentes. Nosotros solo hacíamos nuestro control”.
Al agradecer a los medios de difusión por la visibilización del conflicto, convocó a conocer la zona para “sentarnos bajo la sombra de un árbol y disfrutar de la tranquilidad de nuestro Chaco” y conocer la realidad que atraviesan en el día a día.