Me prendí en esta historia porque el proyecto me pareció importante y porque a Tristán lo conozco hace tiempo. Se lo ve pachorra pero tiene una inmensa capacidad de trabajo y siempre sabe con mucha claridad lo que quiere. Su obra habla por él, desde Iluminados por el fuego, hasta Canal Encuentro. Y además porque íbamos a trabajar junto con Omar Quiroga en el guión, lo que me dio seguridad.
Me parece importante dejar testimonio de todas las maneras posibles de la catrástrofe que significaron estos cuatro años de macrismo, del sufrimiento de la gente y de la resistencia popular. Y tratar de buscar respuestas a tantos interrogantes que quedan sobre el proceso que llevó a un personaje como Macri a la presidencia.
Esa fue la propuesta. Me pareció ambiciosa. Apenas se lo dije a Tristán, me enteré que teníamos menos de tres meses para hacerla. Tenía sentido presentarla antes de la salida del macrismo. Pero para contar estos cuatro años se necesita una serie como La Guerra de las Galaxias.
En los primeros cien días de gobierno, los tipos no se privaron de nada: avanzaron sobre la Corte, la Magistratura y la Procuradora; le pagaron a los fondos buitre más de lo que le habían pedido a Cristina, subieron las tasas de interés, sacaron las retenciones, aumentaron las tarifas, la inflación se duplicó y no bajó nunca más, y ajuste más ajuste. Todo condimentado con su buena cuota de persecución a los pocos medios críticos y a dirigentes políticos y sociales.
Y nunca dejaron de hacer negocios con sus empresas. Lo de Macri es obsceno, solamente superado por la hinchada de medios y periodistas oficialistas que nunca publicaron nada de estas cuestiones y hasta hoy se hacen los burros.
Omar y yo trabajamos bastante en nuestras casas. Pero pasábamos mucho tiempo en la oficinita donde un montón de pibes, Diego y Diega, Juan, Ayelén, Javier, Ignacio, Mica, Manu, Tincho y otros flaquites se hacinaban (estoy seguro que me olvido de alguno y ojalá supiera el apellido de todos. Perdón). Unos saliendo a filmar, otros buscando imágenes de archivo y otros editando. Adrenalina pura. Las últimas semanas, el Topo Devoto -productor y canciller-, tomó un cuarto en un hotel cercano para trabajar 24 horas con Tristán a la cabeza.
Yo estaba inquieto porque se dividió el trabajo en varios actos que fueron compilando distintos equipos y se ensamblaron a último momento. En apariencia era todo un caos perfecto. Pero me tranquilizó Omar, que en esto tiene más experiencia que yo. Recién vi una versión coherente de lo que habíamos hecho unos días atrás, ya con la voz de Darío Grandinetti, la música de Tomás Bauer y una canción de Wos que la rompe. Fue todo rapidísimo y ya lo extraño.