El presidente Mauricio Macri abandonó cualquier simulacro de buenas formas y, ante la salida de su bloque de tres diputados, pasó a tratarlos públicamente de traidores y a exigirles que devuelvan sus bancas. Lo hizo en la previa de un encuentro en la Quinta de Olivos con todo el interbloque de Juntos por el Cambio. La decisión de salir con tanta furia contra los que lo abandonan estuvo acompañada por una campaña de trolls en las redes en contra de los legisladores y tiene como objetivo, más que escarmentarlos, dar un mensaje hacia el resto de la tropa: no se va nadie más. Lo había dicho con claridad el jefe de bloque Cristian Ritondo: "No hay lugar para un Borocotó, para estafar con el voto". La reprimenda no cayó bien entre los sectores más disconformes, vinculados a Emilio Monzó.
Como informó este diario, un grupo de diputados que integraban el bloque del PRO conformaron un bloque aparte, llamado Unidad y Equidad Federal, que tendría buena sintonía con el futuro presidente de la Cámara baja, Sergio Massa. El jefe del bloque del PRO, Cristian Ritondo, que esperaba retenerlos en el interbloque acusó el golpe con un tweet mucho menos flamígero que el que luego emitiría el presidente: "Lamento que los diputados Pablo Ansaloni, Beatriz Ávila y Antonio Carambia, electos por la boleta de Juntos por el Cambio, hayan decidido no formar parte de este espacio. Estoy seguro de que juntos hubiésemos trabajado muy bien por el bienestar de todos los argentinos".
El esfuerzo por mantenerlos en la bancada había sido una combinación de seducción y de ataques públicos de trolls, que luego de que se confirmara su salida cobraron una furia inusitada. De hecho, algunos, de los que dentro de ese grupo de diputados provinciales, decidieron quedarse por ahora, venían siendo también atacados , como Felipe Álvarez. Él, Domingo Amaya y Manuel Orrego por ahora continúan en el interbloque de Juntos por el Cambio, aunque siguen pidiendo que les dejen integrarse por fuera del bloque del PRO. El mismo planteo habían hecho los diputados que se referencian en Monzó y que, por ahora, también continúan. "No se va nadie más. Los que se fueron fue a un interbloque armado por el albertismo", indicó una alta fuente del bloque a este diario.
El mensaje de "no se va nadie más" salió a apuntalarlo el presidente Macri de dos maneras: la primera, fue un encuentro con sus diputados, que conformaron un bloque de 116 bancas, la segunda minoría detrás del Frente de Todos. Y la segunda, con un tweet incendiario hacia los tres que se fueron: "Lamento la desafortunada decisión de los diputados Ansaloni, Ávila y Carambia de abandonar el bloque luego de formar parte de nuestras listas. Esta traición a la confianza de los votantes que los eligieron es opuesta a nuestros valores y a lo que creemos. #QueDevuelvanSusBancas ", lanzó Macri.
Con ese hashtag se sumaron miles de trolls que compartían imágenes de los legisladores con la palabra "traidor" en la frente o incluso animaciones que los mostraban relamiéndose ante el dinero que -imaginaban- habrían cobrado. El cambio de tono había sido anticipado no solo por cuentas trolls sino por otros dirigentes del PRO que les reclamaban que renuncien.
"Eligieron las prebendas del poder de los Fernández por sobre la representación de millones de argentinos", los acusó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, futura presidenta del PRO. También les reclamó que renuncien a sus bancas.
No obstante, pese a las acusaciones, los tres diputados no se fueron al Frente de Todos, sino que formaron otro bloque, que reúne a diputados de distintas provincias. Los tres habían llegado bajo el paraguas de Cambiemos, pero responden a distintos sectores alejados del PRO. Ansaloni, por ejemplo, proviene de la corriente del difundo Gerónimo "Momo" Venegas. Su decisión de alejarse del PRO fue consensuada con la UATRE y las 62 organizaciones peronistas. Según comentaban, en ese sector se cansaron del ninguneo que sufrió el sector luego de la muerte del "Momo".
Por su parte, Avila es la esposa del intendente de Tucumán Capital, Germán Alfaro, quien ya había manifestado su distancia con Macri en la campaña. Además, Alfaro quedó en la más completa soledad luego de la caída del presidente de Cambiemos, por lo que comenzó a negociar un nuevo entramado de relaciones. No obstante, la diputada dejó trascender que no se volvió kirchnerista y que seguirá ejerciendo la oposición tanto a nivel provincial contra Juan Manzur como contra Alberto Fernández. También dejaron en claro que la enojaban el trolleo de las cuentas que se le atribuyen al jefe de Gabinete, Marcos Peña. En ese sentido, la diputada le respondió a Macri a través de Twitter al recordarle que fue el causante de "la mayor angustia traicionando la esperanza de todo el pueblo argentino y que manejó a sus votantes con slogans publicitarios vacíos de contenido". No pareció estar conforme y publicó otro donde afirmó que ella hace política en la calle y no en Twitter y además dijo que no escuchó "las mismas condenas ni que le pidieran la banca cuando cooptaron a Miguel Angel Pichetto, que fue nada menos que su candidato a vicepresidente".
También Antonio José Carambia tiene antecedentes que hacían imaginar su salida. Su hermano es el intendente de Las Heras, José Maria Carambia, que en las elecciones de este año protestó porque había quedado pegado a la boleta del presidente Macri. "¡Yo en mi boleta no pienso llevar a Macri! ¡A ningún presidente porque somos un partido Vecinal! Y no pueden obligar a llevar candidaturas que no participamos. Es una elección", remarcó en su Facebook. Carambia llegó a ir al Poder Judicial para que lo despegaran de Macri. Dijo que lo había traicionado su apoderado a favor de "un candidato pedorro". Con este despliegue de adjetivos no sorprende la decisión de su hermano de abandonar el bloque del PRO.
No obstante, para el presidente y su círculo chico fue una "traición" y así lo comunicaron. El pedido de que devuelvan las bancas no funcionó cuando otros dirigentes, como Diego Bossio, dejaron el kirchnerismo en 2015 y es improbable que tenga efecto ahora, más allá de la campaña de ataque en las redes sociales. No obstante, habrá que ver cómo impacta esa campaña en los 116 diputados que Macri todavía conserva y si hay nuevas fugas en el verano. Esto último es lo que aparentemente se busca evitar y está por verse si el Macri furioso y dando latigazos en Twitter tiene el efecto buscado sobre sus diputados cuando ya no sea presidente. Es decir, en seis días.