Desde Santa Fe
La militancia del diputado Rubén Giustiniani en el socialismo es conocida y valorada en la política. En 1992, reemplazó al frente del PSP a su fundador, Guillermo Estévez Boero, durante diez años; en 2003, lo unificó con el PSD que presidía Alfredo Bravo y luego siguió en la conducción por otros diez años. Dos décadas como jefe político de su partido y del MNR es una identidad y una pertenencia que no muchos pueden mostrar. Sin embargo, ayer anunció que lo habían echado del interbloque del Frente Progresista, a él y a su colega Silvia Augsburger, y como era una “decisión orgánica”, consideró que también los habían expulsado del Partido Socialista. “No somos levantamanos del poder, ni lo vamos a ser”, dijo.
Giustiniani dijo que la “notificación” de la cesantía tuvo un tono burocrático. “Quienes conducen el bloque socialista, Di Pollina y Galassi, le comunicaron al secretario de nuestro bloque Igualdad y Participación, Sergio Liberatti, que nos habían expulsado del interbloque del Frente Progresista”. “La reunión fue muy escueta, muy corta. El poder no fundamenta, comunica, hago lo que quiero”, ironizó.
“Nosotros mantuvimos nuestro compromiso con los santafesinos que nos acompañaron para llegar a la Legislatura. No votamos los tarifazos de agua y luz, trabajamos por un marco regulatorio de los servicios públicos que incluye el transporte de larga y media distancia, rechazamos el blanqueo, el endeudamiento en dólares de la provincia y la separación de Ganón”. “Entendemos que quien como yo, desempeñó la presidencia del Partido Socialista por más de 20 años, votar en contra (del bloque) molestó al poder”.
--¿El socialismo tiene dueños? -le preguntaron.
--El poder tiene dueños: son los que están en la conducción del bloque socialista, que transmiten la decisión como una decisión orgánica del partido, por lo tanto, los dueños son quienes conducen el partido, nosotros estamos en el llano –respondió Giustiniani.
Augsburger está fuera del país, pero desde las redes sociales citó a su compañero de bloque: “Fuimos expulsados por ser coherentes de los principios socialistas, igualdad, solidaridad, el bien común, transparencia”.
Según Giustiniani, la separación “del interbloque del Frente Progresista” al ser “una decisión orgánica del socialismo” “también es una expulsión” de su partido “después de haberlo presidido” por veinte años, “desde 1992 y haber hecho la unidad con Alfredo Bravo”.
-Entonces, ¿no se puede disentir en el socialismo? –le planteó una colega.
-Pareciera que no.