Decenas de miles de franceses salieron este jueves a las calles para rechazar la reforma del sistema de jubilaciones y pensiones que impulsa el presidente Emmanuel Macron. Por la huelga masiva están paralizados casi todos los servicios públicos, entre ellos los ferrocarriles, las escuelas, los hospitales y las estaciones de servicio.
Las primeras marchas comenzaron después del mediodía en varias ciudades, incluyendo París, Marsella, Montpellier, Nantes y Lyon con más de 180.000 participantes.
"Pensiones por puntos, trabajo sin fin", se quejaron los manifestantes. "No habíamos visto nada semejante desde la movilización contra la reforma de las pensiones en 2010 durante la presidencia del conservador Nicolas Sarkozy”, opinaron desde diferentes sectores sindicalistas que celebraron la adhesión masiva al reclamo.
El detonante que despertó la indignación social fue la nueva reforma del sistema de pensiones que prepara Macron, una promesa de campaña para eliminar los 42 regímenes especiales que existen actualmente y que otorgan privilegios a ciertas categorías profesionales.
En su lugar, el mandatario planea instaurar un sistema único, por puntos, en el que todos los trabajadores reciban la pensión a partir del mismo cálculo. El Gobierno justificó la medida diciendo que se trata de un sistema "más justo y simple".
Para los sindicatos, en cambio, la reforma es una amenaza porque podría atrasar la edad jubilatoria, actualmente de 62 años, y bajar el valor de las pensiones.
A pesar de la reacción popular, Macron dijo que presentaría la reforma ante el Parlamento a inicios de 2020. Prometió que la semana que viene daría a conocer los detalles del proyecto, sobre el que hasta ahora se conocen las líneas generales.
Huelga general y masiva
El 90 por ciento de los trenes de alta velocidad se adhirieron a la medida. De las líneas de subte sólo funcionan 6, de 16. Muchos vuelos fueron cancelados y la mayoría de las escuelas no abrió sus puertas.
Las principales organizaciones sindicales amenazaron con prolongar la medida de fuerza por tiempo indeterminado si Macron no desiste de presentar la reforma.
La Torre Eiffel también amaneció cerrada al público dado que no había suficiente personal para "abrir en condiciones óptimas de seguridad y acogida al público". El Castillo de Versalles, en las afueras de París, aconsejó por su parte a los turistas "posponer" las visitas el jueves y viernes.
Según testimonios de los turistas, llegar al aeropuerto Charles de Gaulle, al noreste de París, era una misión imposible. Dado que la línea de tren que conecta París con las terminales funciona de manera irregular. De todas maneras, el paro de una parte de los controladores aéreos obligó a la compañía nacional Air France a cancelar gran parte de sus vuelos.
También se sumaron a la huelga policías, recolectores de basura, abogados, jubilados, transportistas y los "chalecos amarillos", el movimiento social de protesta surgido en noviembre de 2018.