“Ahí nadie sube la guardia ni se está atajando”, evoca Ramiro González, al congelar lugar y momento en que se conoció con Martín Neri. Fue durante un encuentro organizado hace quince años por la Universidad Trashumante de San Luis, el proyecto de educación popular de Roberto “Tato” Iglesias. “Pegamos onda, empatía suponemos. Cuando uno asiste a estos lugares, en los que se buscan generar condiciones para un mundo más igualitario, por lo general conoce personas comprometidas con lo humano”, suma Neri a lo dicho por su socio musical.

González, riojano él, suele abastecer de bellas canciones a varios colegas, además de autoabastecerse de ellas, tal como prueban sus cuatro discos a la fecha: Mojando la vida, El ojo de la tormenta I, Peñero y el en vivo Bajo la Luna o el Sol. Neri, rosarino, viene de foguearse lindo como guitarrista del Dúo Salteño durante cinco años, además de poner la versatilidad sonora de sus cuerdas a merced de Teresa Parodi y el Chacho Echenique solista. “Lo nuestro fue naciendo con el tiempo, pero de entrada nomás, apareció un tema y le pusimos ´De un mismo barro´”, explica Neri.

El viaje iniciático vincula directo con el nombre de la gira de los dos cantores, que tendrá su parada en CABA el viernes 6 de diciembre a las 23.50 en Circe (Córdoba 4335). “´De un mismo barro´ alude también al mito universal subyacente en diferentes culturas, donde alguna deidad modeló con barro al ser humano, que no es más que una hermosa metáfora de que en el fondo la humanidad está hecha de lo mismo”, se vuela González. El dúo concibe la puesta como una obra poético-musical, en la que conviven temáticas generacionales y autobiográficas (“La cama grande”), con otras introspectivas, caso “Río”. “Es un ensayo diario elegir mirar y mirarse”, resume el rosarino sobre la última. “'La cama grande' -retoma el riojano- es una especie de autobiografía de nuestra generación, que se crió con la TV en blanco y negro, y a su vez es una metáfora de la teoría de los dos demonios, en un estado de inocencia y desconocimiento, mientras el país atravesaba la más sangrienta dictadura cívico, militar, eclesiástica; y algunos personajes hacían negocios y se hacían famosos con el financiamiento de un estado de facto que estaba matando al pueblo en centros clandestinos de detención”.

-Hablaban antes de un mundo más igualitario. ¿En qué sentido creen que la música en particular y el arte en general pueden contribuir a lograr eso hoy?

Martín Neri: -El arte es la instancia del aprendizaje constante, donde el vínculo más imprescindible de todos es con no especular. La entrega absoluta, sin las celeridades del mercado ni las histerias mediáticas que proponen siempre un sinfín de espacios de poderes donde se pierde el eje, el encuentro y la emoción, y donde lo único que se propone es seguir alimentando la estupidez pasatista. Por supuesto que hay excepciones donde se puede, justamente, expresar esto.

Ramiro González: -Que es alejarse de las recetas del mercado o la "industria cultural”. Esto le hace daño a la cultura en estado puro, porque la industria siempre está llenando de estereotipos o intentando estandarizar las maravillosas diversidad y organicidad que caracterizan a todas las culturas, en todas partes. Es angustiante cuando uno encuentra los mismos esquemas de producción en cualquier lugar. Lo que hacemos con Martín es un poco eso contrarrestar eso: un ritual de amistad despojado de esa psicopatía del ego exaltado que especula qué está haciendo el otro para recién poder hacer.