A la entrada del Liceo 70 del barrio Cerro se congregaban simpatizantes de “Pepe” Mujica, acompañados de periodistas y camarógrafos. En Paso de la Arena, pegado al Cerro, creció Mujica: una zona ubicada al oeste de Montevideo, de clase obrera y bastión de la resistencia a la última dictadura (1973-1985). El extupamaro fue rehén del gobierno militar durante 11 años y medio.
Pasadas las ocho de la mañana del último 24 de noviembre, día del ballottage, estacionó un fusca celeste y se bajó llevando anteojos negros rumbo a su mesa de votación, mientras era asediado por micrófonos y admiradores. Al político de 84 años lo acompañaba su compañera de vida y militancia, Lucía Topolansky, vicepresidenta de Uruguay hasta el 1 de marzo de 2020.
En la primera vuelta electoral Mujica y Topolansky obtuvieron un escaño en el Senado y su partido, el Movimiento de Participación Popular (MPP), fue el más votado dentro del Frente Amplio –aunque por primera vez en 15 años la coalición de centro-izquierda se quedó sin mayoría parlamentaria y pasará a la oposición-. La segunda vuelta la ganó por 30 mil votos el candidato de la derecha Luis Lacalle Pou, hijo de Luis Alberto Lacalle, recordado por sus políticas neoliberales. Un ballottage que fue inédito en Uruguay por la extrema paridad, desde que hay segunda vuelta con la reforma constitucional de 1996.
“¡No faltes nunca Pepe!”, le gritó un vecino del barrio, mientras Mujica se quedaba parado un rato, para responder preguntas de los medios después de dejar el cuarto oscuro.
--¿Cómo vive este día?
- Soy un veterano, pero tengo emociones, mi niñez la jugué en estos barrios. No puedo transmitir las cosas que siento porque la memoria de un viejo cuando no está destruida es un rosario de peripecias, de tropezones, de caídas, de esperanzas.
Una voz de mujer se hizo oír en medio del bullicio: “¿Me puedo sacar una foto contigo, Pepe?”
Mujica continuó, visiblemente emocionado: “Me di un abrazo con un viejo ciclista, potranco de mi juventud, lo vi andar con un bastón y a cuántos no veré, entonces, siento una emoción profunda que va más allá que el proceso electoral.
-¿Qué aconseja?
-Esperanza y seguir luchando por un paisito mejor que aquel en el que nos tocó nacer y acordarnos que hay dos palabras que a veces son contradictorias: interés y solidaridad. Si una sociedad se refugia solo en el interés, pobre de nosotros.
-¿Hay poca tolerancia?
- Hay algunos chispazos nostálgicos que no deberían acontecer.
Sin nombrarlo, Mujica se refería a un mensaje que dio el ex presidenciable de ultraderecha Guido Manini Ríos en sus redes sociales en el que urgió a los militares a no votar por el Frente Amplio. Lacalle Pou armó una coalición “multicolor” con Cabildo Abierto, liderado por Manini Ríos y el tradicional Partido Colorado.
Paradojas de la historia uruguaya, Manini Ríos fue nombrado comandante en jefe del Ejército durante el gobierno de Mujica (2010 -2015) y nada menos que por el extupamaro Eleuterio Fernández Huidobro que ocupaba el Ministerio de Defensa.
En el libro Memorias del calabozo, Fernández Huidobro dialogó con Mauricio Rosencof sobre la dolorosa experiencia que vivieron junto a Mujica, Raúl Sendic, Jorge Manera, Henry Engler, Adolfo Wasem, Jorge Zabalza y Julio Marenales, a quienes tuvieron rotando entre cuarteles de todo el interior de Uruguay, en lugares a veces sin colchón, sin pileta, sin letrina. “Una noche de septiembre de 1973 nueve militantes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros fuimos sacados, por sorpresa, de cada una de nuestras celdas en el Penal de Libertad... Ese largo viaje de nueve rehenes de la tiranía duró, exactamente, once años, seis meses y siete días”.
Mujica empezó a hablar con las hormigas y a tener delirios y terminó en el Hospital Militar a principios de los ochenta. Una psiquiatra recomendó que lo dejaran leer y escribir. Su madre Lucy, en una de las tantas visitas que hizo para llevarle libros, vaticinó que la carrera de su hijo recién empezaba. “Va a llegar a presidente gracias a su piquito de oro” le dijo por entonces a un vecino.
Mujica fue electo presidente en noviembre de 2009. Durante su gobierno se aprobaron leyes de vanguardia en la región como la liberación de la producción y comercialización del cannabis, la legalización del aborto y el matrimonio igualitario.
Uno de los problemas del Frente Amplio es que Mujica y Tabaré Vázquez son los políticos emblemáticos de uno de los partidos de izquierda más grandes de América latina. Así, el ex intendente de Montevideo, Daniel Martínez, compitió bajo la sombra de los dirigentes históricos. Y con el desgaste natural de 15 años de gobierno. Y sin embargo, por una mínima diferencia perdió el ballottage.
Mate en mano, Claudia Chávez, una vecina, comentó “Mujica dona su sueldo”, mientras el veterano político se alejaba seguido por los flashes.
A su lado, Catalina Mundo, otra vecina, agregó: “Pepe creó una escuela agraria….otro Pepe no vamos a encontrar”.