Siete presos muertos durante un incendio en la comisaría primera de Pergamino, ubicada en pleno centro de la ciudad. El incendio se desató poco antes de las siete de la tarde de ayer, y tomó un sector de celdas de la comisaría en el que había detenidas 19 personas. Siete de ellas murieron según informaron primero los bomberos que habían intervenido para apagar el incendio. La información, anoche escueta, oscilaba entre que el fuego se había desatado durante un motín,y que se había iniciado durante una pelea entre presos. Incluso, esta versión llegaba con el detalle de que la pelea podía haberse iniciado cuando derivaron a la celda a un detenido por la violación de una estudiante de abogacía. Motín, pelea entre presos, incendio y violentos. Los comentarios de lectores de sitios de noticias dejaban claro que la versión oficial tiene su público. La fuente oficial es la policía, fuente interesada en que la información no recuerde su responsabilidad sobre las personas que tiene bajo su custodia, detenidas sin proceso, con colchones combustibles, hacinadas (veinte donde caben tres) bajo una sensación térmica que multiplica el agobio.
Como ocurre en todas las situaciones de crisis en lugares de detención, la información oficial carga la responsabilidad sobre los que no tienen la llave de sus celdas, montada en la mitología colectiva y en la ficción cinematográfica. La primera palabra que surgió ayer fue motín. La comisaría primera de Pergamino está ubicada en pleno centro de la ciudad, sobre la calle Dorrego 654. En la misma manzana en la que funciona el Palacio Municipal y la Jefatura Departamental, es decir, la manzana más controlada de la ciudad.
Las fuentes policiales, informaron que “se originó una pelea entre los detenidos, durante la cual se produjo un incendio, al parecer por la quema de colchones, por lo que se convocó al personal de Bomberos Voluntarios.” Para agregar que “cuando los bomberos llegaron al lugar y sofocaron el incendio, hallaron muertos a siete de los presos, identificados por la Policía como Sergio Filiberto, Federico Perrotta, Alan Córdoba, Franco Pizarro, John Mario Carlos, Juan Carlos Cabrera y Fernando Emanuel Latorre.”
La versión oficial se sostuvo sobre los antecedentes de las víctimas del fuego: robo agravado, encubrimiento, quebrantamiento de arresto, tentativa de robo, lesiones culposas. Ninguno condenado, es decir, los muertos estaban detenidos sin confirmar que fueran culpables. Uno de ellos, según informó Pablo Caldentey, abogado defensor del colombiano John Mario Claros, explicó que el joven de 25 años iba a recibir entre hoy y el lunes el arresto domiciliario y que 18.33 le envió un mensaje por Whatsapp a su pareja diciéndole: “Me van a matar. Están prendiendo fuego la comisaría.”
El letrado se quejó de que los presos que sobrevivieron, entre los cuales hay otro defendido suyo, permanecían aislados y custodiados en el patio trasero de la seccional y que la policía no informaba si estaban heridos o no. “No se siguió ningún protocolo. Acá hubo algo que no funcionó bien”, consideró el abogado.
La explicación oficial se sostuvo en “dos jóvenes acusados de haber violado a una joven de 26 años, el jueves de la semana pasada, después de asaltarla a mano armada en su casa de Pergamino, a la que también le robaron su auto y dinero en efectivo”. “Al parecer, el alojamiento de estos dos sospechosos, de 18 y 19 años, originó una pelea con el resto de los detenidos y durante esos disturbios se produjo un incendio”, dijeron los informantes.
No se informó sobre las dimensiones de la celda, el cálculo de cuántas personas por metro cuadrado conviven allí dentro contra su voluntad, si estaban detenidas por unas horas, por averiguación de antecedentes (tarea que cumple ilegal y regularmente toda policía como modo de coerción y demostración de poder), por una contravención o por no haber cupo en las cárceles. En realidad, no hubo preguntas sino, mas bien, espera de más información oficial.
Según informó Paula Litvachky, directora del Area de Justicia y Seguridad del Cels, en su cuenta personal de Twitter, “Los 7 detenidos calcinados en incendio de comisaría en Pergamino murieron por responsabilidad del Estado. Por hacinamiento y violencia.” Y recordó un informe del Cels, de octubre de 2016, en el que se indicaba que la provincia de Buenos Aires había alcanzado el récord histórico de detenidos: 36.400, de los cuales, el 60 por ciento pasaban por una prisión preventiva, es decir, no está demostrado que sean culpables. Hoy, según la información provista por el Cels, la cifra subió a 38.089 presos, de los cuales tres mil se encuentran presos en comisarías “en violación a todas las normas”, señala Litvachky.
“En 2015 había 2235 personas en comisarías –señaló–. Para marzo de 2017 hay 3014. Solo hay 1105 camastros, 172,8 por ciento de sobreocupación cuando está prohibido.” Y agregó que se trata de “muertes anunciadas. Denunciamos que esto iba a pasar. Pero siguen poniendo más gente en cárceles y comisarías.” “Hablar de siete muertos en motín es igual a decir que la crisis causó dos muertos. Igual”, explicó Litvachky.