La canciller alemana, Angela Merkel, homenajeó a las víctimas del nazismo en el antiguo campo de concentración de Auschwitz, en Polonia, y mantuvo un minuto de silencio ante el llamado 'Muro Negro', donde fueron asesinados miles de prisioneros.
Previo a este acto, la jefa del Gobierno alemán recorrió los restos de una cámara de gas y un crematorio, acompañada por el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, y el presidente de la Fundación Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski. Esta es la primera vez que Merkel visita Auschwitz. Su presencia coincide con el décimo aniversario de la Fundación Auschwitz-Birkenau, que se dedica a preservar el sitio conmemorativo en el terreno del antiguo campo. Antes que la actual gobernante, que en breve culmina su mandato, los ex cancilleres alemanes Helmut Schmidt y Helmut Kohl estuvieron en el lugar. La memoria de los crímenes nazis es "inseparable" de la identidad alemana, declaró  Merkel. "Recordar los crímenes, nombrar a sus autores y rendir un homenaje digno a las víctimas es una responsabilidad que no acaba nunca. No es negociable. Y es inseparable de nuestro país. Ser consciente de esta responsabilidad es una parte de nuestra identidad nacional", aseveró la dirigente,  con la voz quebrada, tras haber escuchado el testimonio de un superviviente. Es  primera jefa de un gobierno alemán que visita este Auschwitz desde 1995.