El gabinete de ministros no sólo es una simple enumeración de nombres y apellidos. Es, en rigor, la representación del proyecto de país, el modelo económico y social que anticipa el presidente electo. En el caso del equipo que presentó Alberto Fernández, está claro que representa un cambio sustancial con respecto al que hace cuatro años estrenó Mauricio Macri. El que comienza este próximo 10 tiene como eje principal la promoción del desarrollo industrial, tecnológico y productivo del país en contraposición del gobierno de ricos para ricos que representó Cambiemos y que dejó, a modo de herencia maldita, un 40 por ciento de la población en la pobreza. Fernández lo sintetizó como "la epopeya de hacer otro país".
La epopeya a la que convoca Fernández nació hace cuatro años cuando con la llegada de Macri con su gabinete con marcada preeminencia de empresarios. Una presentación que anticipó las devaluaciones, la inflación, el impulso a la especulación financiera, la destrucción de la industria nacional y el endeudamiento que alimentó la fuga de capitales. Ese fue el país de Macri y sus consecuencias se padecen en la actualidad y, si se quiere, organizaron la agenda de salvación que implementará el nuevo gobierno. "Los únicos privilegiados son los que padecen hambre", dijo Fernández y convocó a sus ministros a trabajar por la transformación.