Alberto Fernández reiteró este sábado sus críticas al gobierno saliente de Mauricio Macri por su gestión económica, al tiempo que reivindicó la designación de Martín Guzmán como ministro de Economía y planteó cuál es el eje de la negociación con el FMI: "Mi idea es no seguir ahogando a los argentinos". El presidente electo ratificó su intención de prorrogar el presupuesto 2019 y de presentar el de 2020 en marzo, cuando ya se sepan los números reales del Estado.
"Los que critican a Guzmán son los que destruyeron a la Argentina”, dijo Fernández en declaraciones radiales desde Catamarca, adonde viajó para asistir a la inauguración de una plaza con el nombre de Raúl Alfonsín. “Lo conozco hace muchos años y trabajo en el Estado antes de hacer su carrera de investigador en los Estados Unidos”, dijo para defender el nombramiento. Desmintió que Guzmán no esté al tanto de lo que ocurre en el país: “Viene cada tres o cuatro meses a dar conferencias y conoce los números mejor que muchos funcionarios del actual Gobierno”.
Además, valoró que Guzmán tenga “expertise” en el tema deuda externa. “Se dedica a deuda y macroeconomía en la universidad de Columbia”, dos cuestiones que el presidente electo ponderó para su gestión. También se refirió a la cercanía del economista con el Premio Nobel Joseph Stiglitz, valoró su “enorme calidad” y confió en que ayudará a “dar vuelta la página para cambiar la lógica que nos llevó a los mismos resultados con el Fondo”.
Respecto de la herencia macrista, dijo que el aspecto fiscal es “inmenso” y mencionó ejemplos como que “se dejaron de pagar erogaciones a proveedores y no reparten comida en las cárceles”. En ese sentido, definió como “disparate absoluto” el presupuesto elevado al Congreso. “Habla de crecimiento e inflación de 20 puntos”, señaló Fernández sobre la previsión presupuestaria realizada por la actual gestión macrista.
Con ese argumento, justificó la prórroga del presupuesto actual. “Hay datos que no conocemos y necesitamos conocer los números reales”, indicó. Así, el presupuesto de 2019 seguirá hasta marzo. “Quiero hacer las cosas bien, no quiero dibujar otro”, apuntó, y destacó que “hacer un presupuesto es una de las cosas más complejas que hay”. Resumió la situación: “Se va un gobierno que ha mentido mucho y vendrá uno que tiene que resolver los problemas; no hay que engañar a nadie, nos va a costar salir y no vamos a estar bien de un día para el otro”.
En otro pasaje, se refirió a la comparación con 2003. “Los que dicen que estamos peor que entonces son los degradan el gobierno de Néstor (Kirchner)”, afirmó, y subrayó que “hay una parte cierta y una falsa”. Destacó a Eduardo Duhalde e insistió con su imagen de “monumento al bombero”, ya que “apagó el incendio y reconozco el gran trabajo que hizo”, pero aclaró: “Apagó el incendio y quedaron cenizas; el mérito de Kirchner fue hacer un edificio”.
Recordó que en 2003 no había crédito y hubo que negociar un stand-by con el FMI. “Fue una negociación durísima, querían privatizar la banca pública, pedían reforma previsional y laboral, y no cedimos a nada de eso”. En relación al presente, dijo que, como entonces, “hay deuda, pero multiplicada por seis. Nosotros teníamos deuda de 9800 millones acumulada desde 1957 y 2003; Macri en un año y medio generó una seis veces mayor”. Por ende, “el momento es parecido, pero la dimensión es diferente”.
También destacó que “el contexto no es favorable”, con precios de materias primas más bajos que en 2003. “Eso puede ser una complicación. En 2003 la economía se empezaba a mover; ahora tenemos una absolutamente recesiva, con dos años de caída del consumo e inflación galopante”, comparó.
Acerca del fin del gobierno macrista, sostuvo que “es asombroso que diga que pidió dinero para pagar deuda”, ya que el país se había desendeudado antes de 2015. “Pensábamos que nunca íbamos a tener este problema de vuelta”, concluyó.
De cara al futuro dijo que el FMI es un “acreedor privilegiado” porque “cobra antes e impone condiciones”, al tiempo que es “consciente de su responsabilidad” en la crisis argentina. Sobre los bonistas, aseguró que “son muchos y están pendientes de lo que pase con el FMI, están enojados porque saben que el Fondo es responsable”.
Finalmente, se refirió a lo que será el comienzo de su mandato: “Hay mucha gente con inestabilidad; 40 por ciento de pobres, son 16 millones de personas y hay que resolver eso”. Adelantó que sus primeras medidas tenderán a “garantizar trabajo y mejorar salarios”, así como aliviar a los jubilados que cobran la mínima. Remarcó: “Estamos en un pantano, no estamos en bases sólidas, donde uno pisa se hunde”.
Reivindicó su idea de que haya medicamentos mucho más accesibles a los jubilados “que pagan un tercio de sus ingresos en remedios” y criticó la suba de precios del último mes “por temor a un congelamiento”. Dijo que la crisis “afecta a todos, las empresas están mal, suben los precios y están peor”. Por radio La Red recordó que “la venta de leche cayó un 30 por ciento” y que “algo está mal si Arcor presenta dos balances negativos y cierran pymes”. Finalmente, dijo que “ahora nos volvemos a levantar, ojalá sea la última vez y no nos volvamos a caer”.