Engalanados con banderas y gorros de Argentina, pañuelos amarillos que dicen "Si Se Puede" y algún que otro cartel que dice "Sin Justicia no hay República" o "¡No a los mentirosos irrespetuosos ladrones K!", decenas de personas se dirigieron a la Plaza de Mayo a despedir a Mauricio Macri. Las rejas que durante dos años frenaron el avance de las protestas contra el gobierno saliente se abrieron para recibirlos y, apenas cruzando la entrada, se podía leer en una pancarta enorme: "Somos todos los que queremos un país normal".

"¡Oligarcas!", les grita un vendedor ambulante que camina por Bolívar, a sólo un par de cuadras de Plaza de Mayo. "¡Andá vender bebidas a la cancha de Boca!", le responde Juan Carlos, un contador que vive en General Rodríguez y que vino a la marcha con su esposa Cecilia. "No entiendo cuando nos llaman 'gorilas', ¿qué quiere decir? ¿Gorila es alguien que trabajó toda su vida y quiere justicia para las personas que se enriquecieron ilícitamente? Ellos son los que viven en Puerto Madero, nosotros no vamos ni a comer", se ríe Cecilia, profesora de francés, mientras sostiene un cartel que dice "No queremos más corrupción. Justicia", y agrega: "Yo no vengo por mí, vengo por el resto de los argentinos. Queremos que la gente se eduque y trabaje. Nosotros nos esforzamos toda la vida y pudimos salir adelante. No puedo entender cómo si alguien viene y te roba tu casa y te la prende fuego, cuando llega el bombero, vos le terminas echando la culpa al bombero". "El peronismo lo único que hace es generar pobres porque necesita que no sepan ni estudiar ni trabajar para que vivan de un plan y así tener una base cautivas de votos", determina Juan Carlos. 

En la puerta que le hicieron a la valla que rodea la Casa Rosada hay una señora petisa que reparte unos papeles que dicen: "Martes 10 de diciembre: APAGÓN 24hs DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN. Radio y televisión y sus trasmisiones por redes sociales. Contale a tus amigos". "Así nadie los ve asumir. Y les baja el rating a esos programas de televisión que se la pasaron hablando mal del gobierno", explica mientras intenta hacerse un lugar entra las corrientes de personas que van de un lado al otro de la Plaza. "Las cosas buenas casi no han salido, ha habido mucha información negativa en los medios. Lo negativo ha brillado todos los días, pero de lo positivo casi nada se sabe", explica Marina, una ama de casa ecuatoriana que asegura que, gracias a Macri, pudo comprarse su primera casa: "La gente no comprendió las cosas que quiso hacer. Él quiso hacerlas bien, que durasen, no espejitos de colores. Quiso poner cimientos firmes y eso no se vió. Es como el trabajo que hacemos las amas de casa: no se ve, pero ahí está todo el día", asegura. 

"Los vamos a esperar, vamos a volver. Es un hombre patriota, humilde, sencillo. Que hizo lo que pudo y lo que no pudo lo reconoció", asegura Nelly, una jubilada de Caseros que hace bailar una bandera argentina. "Acá hubo intereses oscuros porque, si ganaba Macri, había una guerra civil. Los comunistas estaban preparados para atacar. Yo vengo de Venezuela y lo mismo pasó allá. ¿Por qué te crees que Cristina va a Cuba? Allá la instruyen", asevera, con total seguridad. "Ella tiene el alma subversiva de cuando estaban los militares. Porque todos los que están con ella fueron parte de los grupos subversivos, de esos que mataban sin mirar a quién. Los militares hicieron su daño, pero también lo hicieron ellos", agrega su compañera. Y Nelly finaliza, triunfante: "¿Qué países comunistas que conoces han triunfado eh? Ninguno". 

La teoría del comunismo pareciera prender bastante en la marcha. Alrededor de la pirámide de Plaza de Mayo, sobre la reja, hay un cartel que reza: "No te mates. Di no al comunismo". A unos metros, Carlos, un hombre bajo, taciturno y malhumorado dice: "Yo vine porque defiendo la República y porque no quiero comunismo, no quiero la Patria Grande. La Patria Grande es la República Argentina. Nosotros no perdimos, el país es el que va a perder porque esta gente viene a instalar el comunismo".

Del otro lado de la Plaza empiezan a aplaudir. "¿Quién es? ¿Es Pato? ¡Qué genia!", dice una mujer joven con anteojos de sol y un perro pequeño. Patricia Bullrich es, por lejos, una de las personas con mejor imagen en la movilización. "Macri representa el pasado ya. Pero Bullrich tuvo muchos aciertos en materia de Seguridad", sostiene Eduardo, ingeniero, canoso y alto, que vino acompañado por tres amigos. "Hubo muy mala gestión en lo económico, pero hubo mejoras en la transparencia, la libertad y la Justicia. A mi la que me gusta es Bullrich", comenta Alberto, abogado, a unos metros. Una señora de más de 60 años parada atrás dice, cuando escucha que están hablando de los problemas económicos que Macri "no supo solucionar": "Todo tiene un costo, la economía ha sido pésima, pero...". Se interrumpe: empieza a sonar el Himno, faltan unos minutos para que hable Mauricio Macri. "Pero con sólo no verle la cara a Cristina por cadena nacional estoy", agrega, risueña, antes de ponerse a cantar.

Informe: María Cafferata