Sillas transparentes con reflejos violetas. Música clásica ejecutada con contrabajos, violonchelos y un coro de niñas y niños. Mucho vestido y traje de gala. No era una función del Colón: era la asunción de Horacio Rodríguez Larreta en su segundo mandato como jefe de Gobierno, desde donde busca catapultarse a la presidencia. En la explanada frente al futurista edificio de la jefatura de Gobierno en Parque Patricios, el único sobreviviente del PRO de las elecciones se tomó un momento en medio de su discurso para abrazar a María Eugenia Vidal y a Mauricio Macri (sobre todo, a ella). "Se abre una nueva etapa en la Argentina y vamos a seguir trabajando con la Nación y con la provincia. Vamos a colaborar para que al Gobierno nacional le vaya bien", dijo.

En plan de ganar protagonismo, Larreta dividió la ceremonia de asunción en dos y la adelantó un día. A la mañana tuvo la tradicional jura en la Legislatura porteña. Y por la tarde hizo un acto frente a la jefatura de Gobierno, al que asistieron empresarios, sindicalistas y dirigentes políticos. Un coro de ñiñas y ñiños amenizó la tarde calurosa hasta que subieron dos abanderados, una maestra de un jardín de infantes de Palermo y un estudiante que obtuvo una medalla de oro en las Olimpíadas Internacionales de Química en París. Los dos últimos fueron los encargados de darle el bastón de mando a un Larreta sin corbata, acompañado por Diego Santilli.

La hija pequeña de Larreta, Serena, hizo su parte al subirse al escenario, agarrar el bastón del padre e improvisar un baile. Barbara Diez, la esposa del mandatario, atinó a llevársela antes de que su marido empezara su discurso. "Es un honor asumir por segunda vez como jefe de Gobierno", comenzó Larreta, que no dejó de recordar el récord de ganar en primera vuelta con el 55 por ciento de los votos.

"Un gracias muy especial a dos personas muy importantes con las que compartimos el proyecto: gracias Mauricio y María Eugenia. ¡Permiso!", dijo Larreta, se bajó del escenario y los fue a abrazar. Vidal, Macri, Marcos Peña, Fernando de Andreis estaban sentados como espectadores, un lugar que ocuparán más a menudo desde ahora.

Al volver al atril, señaló el edificio vidriado del Gobierno porteño y dijo que era una metáfora de su política: "Somos un Gobierno de puertas abiertas. La gente puede acercarse a una reunión de Gabinete y llevar su sugerencia", afirmó, pese a que la sede está enrejada (cerraron una calle para blindarla) y que, ese día en particular, cerraron todo el Parque Patricios con un desmesurado operativo de seguridad.

"Creo en la pluralidad de voces. La diversidad que nos caracterizó cuando trabajamos con Maxi Ferraro, con Lilita, ahora se profundiza con la mirada del radicalismo y de Roy Cortina, del socialismo", enumeró sus incorporaciones al armado político. Algo que, dicen, faltó a nivel nacional, donde solamente se sumó Miguel Angel Pichetto.

Por la mañana, Larreta cumplió con la ceremonia de jura en la Legislatura porteña. Allí  insistió en que trabajará con Alberto Fernández y Axel Kicillof. "Con ambos ya me reuní y estamos dispuestos a reunirnos todas las veces que sea necesario para alcanzar los consensos que la Ciudad y el país necesitan. No tengo ninguna duda que vamos a trabajar muy bien todos juntos", aseguró. Lo acompañaron el secretario de Ambiente, Sergio Bergman, y los diputados nacionales Mario Negri, Graciela Ocaña y Álvaro González. También estuvo Martín Lousteau, quien dijo que "hay que ser capaces de trabajar en conjunto, diagnosticando bien y repensando soluciones a problemas que arrastramos durante mucho tiempo".

"Vamos a asumir el desafío de garantizar que todos los estudiantes de la Ciudad tengan educación digital, programación y robótica desde sala de cinco, y vamos a transformar todas las escuelas secundarias en secundarias del futuro para que los chicos tengan las mejores herramientas para construir su camino con libertad”, prometió Larreta, en una Ciudad que tiene un fuerte reclamo por las vacantes.

La legisladora de Somos Laura Velazco no se lo dejó pasar.  “En todos estos años no se ha avanzado en garantizar la educación inicial para todes les niñes, tal cual lo dice la Constitución porteña que plantea que desde los 45 días el Estado debe garantizar la escolaridad. No estamos en contra de informatizar y desarrollar robótica desde sala de 5 años, pero la prioridad debería estar puesta en garantizar vacantes educativas, no sólo en sala de 5 sino en sala de 4, 3 y 2 años como lo requieren las familias", remarcó. “La Ciudad lleva perdido el 12 por ciento de su presupuesto educativo durante la gestión macrista", recordó. “Tanto la secundaria del futuro como la UniCABA son ejemplos de cómo se han llevado adelante políticas a espaldas de los actores de la comunidad educativa", advirtió, en contrapunto con el discurso optimista del jefe de Gobierno que quiere ser presidente.