La Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación recuperó su jerarquía y volvió a ser Ministerio, con Roberto Salvarezza a cargo de su gestión. La cartera había sido degradada durante el macrismo, en medio de retrocesos y graves ajustes presupuestarios. En esta entrevista con Página/12, el extitular del Conicet y diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, describe cuáles serán las primeras medidas que deberá tomar, proyecta los principales desafíos que tendrá un sector desguarnecido y da un mensaje para los jóvenes becarios y los investigadores que perciben salarios de miseria y evalúan dejar el país.
-¿Cuál es la prioridad del inicio de su gestión en CyT?
-Lo primero que necesitamos es que todas las áreas que comprenderán el Ministerio adquieran funcionamiento a la brevedad. Habrá personal muy capacitado que conoce muy bien al sistema científico y tecnológico y que nos ayudará a comenzar la gestión. Debemos ver con claridad qué deuda nos deja el macrismo; cuáles son las pautas, los vencimientos de aquellos compromisos que fueron asumidos por la actual Secretaría y para los cuales no hay fondos.
-¿Qué tipo de compromisos?
-El del pago de acceso a la biblioteca electrónica que representa unos 20 millones de dólares. No sabemos con precisión qué deuda tenemos que afrontar. También prestar especial atención a los proyectos de cooperación internacional caídos; obligaciones que no fueron cumplidas por nuestro país y que, en definitiva, hacen a la construcción de la imagen de Argentina en el exterior. Además, necesitamos saber cuál es la actualidad de mega-planes en física como el Observatorio Pierre Auger o en astronomía como el LLAMA. También nos encontramos recabando información sobre la situación real de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica: hay proyectos asignados y en ejecución que se han suspendido y sabemos que desde hace tiempo no hay convocatorias.
-¿Se reunió con el ex Secretario Lino Barañao?
-Sí, hemos tenido varias reuniones con Barañao y miembros de su equipo. Tenemos una idea del panorama pero recién veremos la película completa una vez que todo esté en marcha y el Gabinete esté funcionando con plenitud. Tenemos que ver a fondo la situación del Conicet. En 2015, el Buque Puerto Deseado (que pertenece al Consejo y es utilizado para viajes científicos) estaba en condiciones de navegar y hoy está al borde de hundirse. Parece una metáfora que ilustra la realidad del sector. Es una herencia que deberemos combatir desde el primer día y, de inmediato, ejecutar algunas de las ideas que para nosotros tienen carácter de emergencia.
-¿Cómo cuáles?
-Las becas del Conicet están por debajo de la línea de pobreza y tenemos el compromiso de parte del gobierno para que esto se pueda superar. El dinero que los becarios reciben por sus proyectos, hoy en día, no permite realizar ninguna investigación seria. Después, con los investigadores pasa algo similar: tuvimos ejemplos de algunos que tuvieron que asistir a programas de televisión a buscar dinero. Todos los trabajadores del Estado necesitan de una mejora salarial; un tema que este gobierno tiene en carpeta. Hay partidas que asignaremos para los Institutos en temas centrales, como seguridad o limpieza. En Conae (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) también tenemos que hacer mucho. El plan satelital, salvo un lanzamiento previsto para febrero, no tiene acciones programadas para el futuro. Bueno, eso también hay que reverlo. La etapa de reparación de daños llevará un tiempo porque estamos muy por debajo de los estándares que teníamos en 2015. Respecto de aquel año, la inversión en CyT ha caído dramáticamente.
-¿Qué pasará con las prioridades que quedaron pendientes para lograr la expansión del área?
-El INTI, el INTA, el Conicet, las universidades, todos los organismos en conjunto, los que estén y los que no estén dentro de nuestra órbita, deberán tratar de articular sus proyectos de manera tal de evitar superposiciones. Ese es un rol que el Ministerio deberá cumplir muy bien. Al mismo tiempo, la federalización es un tema pendiente muy importante para nosotros. En la cartera, Elisa Colombo va a estar al mando de la Secretaría de Federalización; es una tecnóloga tucumana que articulará y representará muy bien las necesidades de todas las regiones. Otro gran nudo será potenciar la transferencia de ciencia y tecnología a la sociedad. Aquí el desafío será buscar los canales posibles para articular demandas, incluso, a niveles municipales. Tenemos que pensar a la ciencia y la tecnología a través de proyectos que potencien las economías regionales.
-Eso implica dialogar con otros ministerios.
-Ya hemos tenido conversaciones con el Ministerio de Desarrollo, a cargo de Daniel Arroyo. Queremos que referentes del sistema de ciencia y técnica se sumen al Consejo Económico y Social para combatir la lucha contra el hambre. La producción pública de medicamentos es fundamental, y para ello nos vincularemos con el espacio que será administrado por Ginés González García. Tenemos la obligación de garantizar que esta cartera pueda contar con nuestros recursos humanos y con los elementos técnicos necesarios (evaluación de los precios de producción y de venta, así como también de su calidad). Queremos que nuestros investigadores quieran sumarse a fortalecer la capacidad de aquellos ministerios en los que, sin dudas, pueden aportar ideas muy buenas y decisiones acertadas. Argentina está en una emergencia, vamos a necesitar de todos los científicos para poder revertirla.
-Un Ministerio de CyT con un rol transversal y presencia en todos los espacios.
-La mirada de la ciencia y la tecnología y sus aportes protagonizan las agendas mundiales, lo vemos con los temas ambientales, sin ir tan lejos. Hoy en día el reclamo por el cambio climático y el calentamiento global es llevado a las esferas de poder por los más jóvenes. Minería a cielo abierto, fracking, uso intensivo de paquetes de agrotóxicos, energía nuclear; todos estos temas nos obligan a resolver controversias que combinan la necesidad de incrementar la productividad pero sin perjudicar la salud de nuestras comunidades ni de los ecosistemas.
-El Ministerio será de “Ciencia, Tecnología e Innovación”. Se quitó “Productiva” de la denominación final. ¿Por qué?
-Porque creemos que también existen innovaciones que no provienen del ámbito de la producción sino desde otros sectores de la sociedad. Tendremos mucho diálogo con los movimientos sociales y nos vincularemos a fin de encontrar respuestas inteligentes para mejorar la actividad de las cooperativas, la agricultura familiar así como la campesina-indígena. Del mismo modo, contemplaremos de qué manera los avances inmobiliarios y de la frontera agrícola constituyen verdaderos riesgos para las poblaciones pero también para el medioambiente. Desde la generación de inundaciones hasta el manejo hídrico, pasando por la preservación de espacios nativos.
-¿Una ciencia más cercana a las demandas sociales?
-Seguro, pero ello no implica descuidar a la ciencia básica. No es una competencia en la que debemos sacar a una para empoderar a la otra. Por el contrario, debemos mantener la pujanza de ambos porque los creemos muy importantes para el progreso nacional. Hemos tenido conversaciones informales con Defensa con el objetivo de reunir esfuerzos para el desarrollo de la industria en el área (aviones, radares, drones). Hay múltiples ventanas que se abren si uno tiene la voluntad de articular los sistemas. No es una receta mágica: cualquier persona que piense con una perspectiva integral e ingrese en la cocina de la CyT podrá decir lo mismo. Necesitamos un Estado pujante.
-¿Tiene algún mensaje para las y los becarios que están pensando en irse del país?
-El mensaje es bien claro. Alberto Fernández ya lo dio: es una vergüenza que nuestros científicos se vayan al exterior. Para que se queden tenemos que cambiar las condiciones de un sistema de CyT que hoy funciona con una lógica expulsiva. Si no les damos dinero para investigar, si tienen sus salarios por debajo de la línea de pobreza, si se eliminó el Ministerio, sin dudas, lo que se hizo fue configurar un sistema que expulsa. Esto hizo Macri pero nosotros tenemos otros planes. Les pedimos que confíen, que no se vayan, vamos a poner a la ciencia de pie y volverá a ser una política de Estado.