El Festival Internacional de Cabaret Argentina (FICA) vuelve al Teatro Picadero (Pasaje Santos Discépolo 1857) para celebrar su cuarta edición, desde este jueves 12 y hasta el próximo domingo. La inauguración tendrá lugar desde las 20 con la presencia de más de veinte artistas que desfilarán por un escenario montado al aire libre, y donde ofrecerán una fiesta abierta al público en la que actuarán, entre otros, Concha del Río, Julia Zenko, Julieta Laso, Fernando Noy, Yani Giovannetti y Renata Schussheim, madrina de la nueva edición.
A lo largo de las cuatro jornadas se presentarán ocho espectáculos. Hoy a las 22, abrirá el festival Tertulia nocturna de relatos espeluznantes argentinos, obra proveniente de Rosario, con Andrea Fiorino y Carlos Chiappero. El viernes a las 20 será el turno de Basta de Vueltas, con Marilín Mambou, mientras que a las 23 subirá a escena Indecente caramelo varieté, espectáculo del grupo mexicano Las Reinas Chulas, con Nora Huerta y Marisol Gasé. Y a la medianoche, con entrada gratuita, en el bar del Picadero se presentará Me va a dar algo, con Vicky Grigera. Por su parte, el sábado a las 20 podrá verse Protocolo Cabrera, con Mónica Cabrera y a las 23 De la Puríssima, obra española interpretada por la actriz Julia De Castro y el músico Miguel Rodrigáñez. Con el mismo formato del viernes, a la medianoche en el bar, también se verá ANA, con Keko Barrios. Finalmente, el cierre será el domingo a las 19, con una charla gratuita de Jorge Dubatti sobre la Historia del cabaret y las artes populares en Buenos Aires, y a las 21 con la presentación de Persona, con monólogos de Ana Carolina, Vanesa Strauch, Charo López y Malena Pichot.
Todos los espectáculos tendrán como eje lo que distingue al cabaret entre otros géneros teatrales: humor, sátira política, crítica social, ambiente distendido y ausencia de cuarta pared. “El espectáculo se termina de escribir con el público. Las temáticas van cambiando mucho, pero siempre estamos criticando, esté quien esté en el gobierno, porque nos criticamos a nosotros mismos como sociedad, más allá de la clase política”, señala Noralih Gago, la actriz que organiza el FICA desde su primera edición en 2016 y que será la encargada de recibir al público durante los cuatro días, pero convertida en Concha del Río, reconocido personaje que interpreta hace casi 20 años.
“Durante muchos años fui invitada al Festival Internacional de Cabaret en México, que organiza la Compañía de Las Reinas Chulas, y que va por su edición 17. Y estando ahí reunidas con varias cabareteras de distintos lugares del mundo, empezamos a tener la necesidad y el objetivo de generar una red para difundir este género, cada una en su región. Así fue que me comprometí a hacerlo en la Argentina, y en 2016 hicimos la primera edición”, cuenta Gago.
-¿Qué implica hacer cabaret?
-El cabaret es un espacio casi de militancia, donde todo lo que nos molesta, nos duele, nos da bronca y nos pone irascibles, lo transformamos en humor y en espectáculo en el que podemos decir lo que queremos decir. Si bien en la Argentina hubo mucho café concert, por ejemplo con la movida del Parakultural, notaba que ese espacio se estaba perdiendo un poco en la Argentina, y hacer el festival acá significó volver a ocupar ese lugar dentro de la escena de Buenos Aires.
-¿A qué atribuís el hecho de que ese espacio se había perdido?
-Por un lado, no hay tantos locales donde se puede hacer cabaret, que son teatros con mesas, porque a partir de la tragedia de Cromañón se cerraron muchos de esos espacios. Y actualmente cuesta muchísimo volver a abrirlos, porque los requisitos son imposibles de cumplir. Por otro lado, también ocurrió que el stand up tomó el lugar del cabaret.
-¿Cuáles son las diferencias entre el stand up y el cabaret?
-En el cabaret hay personajes, mientras que en el stand up las que hablan son personas. Por lo general, también en el stand up el público se reconoce de manera inmediata en cuestiones cotidianas, y el cabaret intenta que lo que se dice tenga otra profundidad y que haya una crítica social y una sátira política. Hay algunos tipos de stand up, como el que hacen las chicas de Persona, que tienen eso, pero no son la mayoría.
-Vos definís al cabaret como políticamente incorrecto. ¿De qué manera interviene en la actualidad esta incorrección política?
-Hace unos dos o tres años, era más difícil hacer cabaret, porque se dividía la sala en blanco o negro, y siempre a alguien le caía mal algo. Pero desde hace un tiempo, como estamos tan mal todos, todo el mundo acepta las críticas. Pero además porque las hacemos dentro de un espacio donde se puede. No estamos en el teatro oficial, ni en el comercial, donde nos tirarían un baldazo de lavandina para seguir laburando.
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