¿Cómo le va, lector? ¿Cómo anduvo todo este largo mes de febrero? ¿Le gustaron nuestros 4 suplementos en los que recordamos la historia reciente? Lector, usted ya nos conoce, sabe que los que hacemos este suplemento apelamos a la memoria, siempre. Y a la vez, como nos sabemos “seres humanos, recurrimos a algunos “recordatorios” para no olvidar.
Porque ¿vio lector lo que pasa cuando uno se olvida las cosas? ¡Termina diciendo que los próceres estaban angustiados por independizarse de España! ¡O le da la mismísima orden del Libertador General San Martín al monarca del país contra quien justamente peleó el Gral San Martín cuando llegó a Libertador!
¡Es como si el Inadi condecorase a Donald Trump! ¡Es como si los obreros votaran mandatarios neoliberales que los dejen sin trabajo! ¡Es como si les dieran el Premio Nobel de la Paz a Kissinger, a Begin, a Sadat, a Obama, a la UE! (¡Uy, cierto, les dieron el Nobel… mala mía!)
Uno se pregunta cómo hizo nuestro presidente para cometer tantos errores históricos en tan poco tiempo. ¡Una máquina de descomer, el hombre! Y ahora que sabe que pidiendo disculpas se resuelve todo ¡no lo para nadie!
Pero bueno, eso es él, porque es un hombre re moderno, pero debo reconocer que yo soy un poco antiguo, en estos temas ¡mire, yo soy de los tiempos en los que había presupuesto para el pensamiento crítico! ¡Soy de esos que creían que las preguntas, más que las respuestas, son las que hacen avanzar el conocimiento. ¡No se burle de mí, lector, yo soy de la época en la que no existían las redes sociales, y la gente perdía su tiempo haciendo otras cosas… leyendo, charlando, preguntándole a otra persona! ¡Sí, no es una leyenda... eso existíó!
Entonces, lector, en estos tiempos de respuesta rápida aunque no necesariamente cierta, cuando la “posverdad” se permite figurar en el diccionario sin ponerse colorada, algunos nos seguimos preguntando “¿qué le pasó al presidente?”.
- ¿Se olvidó, o nunca supo?
- ¿Es su papá, o es él mismo?
- ¿Puso todo a nombre de su primo por interés, o por un intenso amor a la familia?
- ¿Se perdonó una deuda millonaria a sí mismo, o sí?
- ¡Realmente cree que la independencia angustia, y por eso le carga todo a su papá?
- ¿Sabe que ya asumió su cargo hace más de un año?
¿Vio, lector? Somos una manga de preguntones. Seguro que los nuevos filósofos, los de “Si sucede, conviene”, se burlarán de nosotros mientras siguen disfrutando de sus aires acondicionados a tarifa “arangurenizada” y piensan cuál es la próxima frase que pueden usar hegemónicamente para hipnotizarnos y que de verdad estemos convencidos de que “nos hicieron creer que podíamos tener un poco de aire fresco, vacaciones, plasma y filosofía”, pero la realidad es que lo que nos merecemos es al mejor equipo de los últimos 50 años” , que nos dice cosas como:
- Si hay alguna catástrofe natural, lo que hay que hacer es rezar. Y si uno está en Punta del Este, es probable que Dios lo escuche mejor. Si usted ve a la gente que veranea allí, se dará cuenta de que se trata de personas a quien Dios suele escuchar y complacer.
- Los jubilados suelen olvidarse de tomar los medicamentos, a veces pierden horas para conseguirlos, o bien vana la farmacia bajo la lluvia y se enferman peor. El Estado debe proteger a los abuelos no sometiéndolos a semejante molestia.
- En la meritocracia cada uno llega a donde merece. Los ricos tienen, los pobres sostienen y todos se entretienen.
- Hay que formar argentinos que se acostumbren a disfrutar la incertidumbre (señores gobernantes, si quieren que podamos tener incertidumbre, ¡no nos garquen siempre!).
- La educación es fundamental, pero no hay que ser fundamentalista.
- Nadie tiene por qué perder los derechos que adquirió. Ahora bien, si los llega a perder, es tarea suya el encontrar donde quedaron.
- Los argentinos no solamente van a poder ver futbol por televisión. Tambíén van a poder pagar por verlo.
- Si queremos ser importantes, tenemos que importar.
- Ganarás el pan con el sudor de tu frente. Si además de pan querés queso, tendrás que poner a sudar otras partes de tu cuerpo.
- Durante doce años que hicieron creer que tenías derecho a tener derecho.
Y nosotros, lector, no nos dejamos hipnotizar por ninguna de esas frases, porque en la escuela, de chicos, nos enseñaron a pensar con nuestra propia neurona.
Y ese es el problema. En la escuela. Donde maestras y maestros nos recibían, y con todo cariño, pero además con experiencia y conocimiento, nos ayudaban a aprender.
Y es de esperar que también nos enseñaran ciertas cuestiones sobre nuestros derechos. Y los de ellos mismos.
Y lo quieren seguir haciendo.
Y no solamente eso, los muy atrasados, quieren que se cumpla la ley y haya paritarias “¡Con meritocracia se come poco, se educa mal y se cura caro!” ¿No lo saben?
Y claro, entonces el Gobierno se enoja. ¡Obvio, si los maestros nos trasmiten derechos, ellos no van a poder seguir hipnotizándonos! ¡Van a tener que devolver todos los globos amarillos que compraron y pagaron como si fueran de oro, al primo de alguien!
Entonces, empiezan con los “Voluntrolls” a tratar de reemplazar a los docentes. A ver si nos asustamos tanto con la posibilidad de que nuestros hijo sea educado por un globo amarillo, que aceptamos cualquier cosa
Tensa la cosa, lector. Alguna vez dijimos que “ la historia la escriben los que garcan”, ahora el gobierno nos propone que también la enseñen.
De todo eso, trata este suplemento.
Hasta el sábado que viene.
@humoristarudy