Desde Londres
Boris Johnson arrancó con clarísima ventaja sobre Jeremy Corbyn en la boca de urna. Según las proyecciones de la BBC, este resultado significaría que los conservadores tendrían una inmensa mayoría propia para completar la primera etapa del Brexit (salida de la Unión Europea) el 31 de enero de 2020. La libra esterlina subió ante el anuncio de este resultado provisorio.
La BBC vaticina una mayoría conservadora de 368 diputados por sobre los 191 que se proyectaban para el laborismo. En caso de confirmarse este resultado, será una enorme victoria de la campaña monotemática de Boris Johnson, enfocada en “get Brexit done” (salida de la UE cuanto antes y como sea), por sobre el mensaje laborista centrado en la agenda doméstica, en especial el Servicio Nacional de Salud (el NHS) y una radical transformación del modelo económico social de la austeridad. Si esta boca de urna --o una que se le acerque-- es correcta, Johnson no solo habrá obtenido el resultado que necesitaba sino que implicaría una masiva reconfiguración del mapa político británico. Con estos números, los días están contados para Corbyn.
La larguísima noche invernal todavía puede deparar sorpresas. A las 0300 de la mañana hora local el laborismo le prenderá velas a la muralla roja (red Wall), las zonas electorales industriales de las Midlands y las desindustrializadas del Norte de Inglaterra. Estos tradicionales bastiones del laborismo se inclinaron masivamente por el Brexit en el referendo de 2016 y se constituyeron en un elemento central de la campaña de Johnson: revertir un siglo y más de hostilidad equivaldrá a ganar mitad de la elección.
En los comicios de 2017 Theresa May fracasó con esta misma estrategia: la lealtad partidaria se impuso al Brexit. El equipo de campaña de Johnson apunta a que el desgaste causado por estos dos años y medio de negociaciones con la UE, le haga olvidar a esta porción clave del electorado los desatinos del Thatcherismo que cerraron o diezmaron su capacidad fabril. La boca de urna parecería darles la razón. El nuevo enemigo de la clase trabajadora norteña sería Bruselas.
En caso de que la muralla roja se decante a favor de Johnson, los tories tendrán que superar un segundo escollo cerca de la madrugada cuando se conozcan los resultados del afluente sudeste de Inglaterra. En esta región pro-europea, Johnson tiene que neutralizar el desafío liberal-demócrata. En campaña, el primer ministro presentó a los otros partidos opositores, sea en Inglaterra, Escocia o Gales, como caballos de Troya para que el Reino Unido amanezca con un gobierno laborista. En Escocia, los nacionalistas escoceses apuntan a 13 escaños Tories para revertir la recuperación de los conservadores en las dos últimas elecciones.
El sistema electoral británico del “first past the post” será clave en el resultado final. El Reino Unido no tiene un sistema de elección proporcional y directa. En vez de una elección nacional a primer ministro, hay 650 elecciones locales para elegir el representante en el parlamento de cada zona electoral.
El candidato de cada zona que obtiene más votos, se lleva el escaño. El que pierde, se queda sin nada. Cada voto cuenta. El laborismo volcó a su militancia en los barrios para recordar casa por casa la importancia de ir a los centros de votación, en muchos casos ofreciéndose a acompañarlos o darles un “lift” (llevarlos en auto). En el helado y profundamente oscuro norte, esta lucha contra la desidia y el ausentismo electoral puede decidir quién termina llevándose el escaño.
En el conteo final, el partido que obtiene más escaños elige a su líder como primer ministro siempre y cuando esta fuerza política tenga mayoría propia en el parlamento.
El resultado será decisivo para la futura relación del Reino Unido con la Unión Europea. En caso de confirmarse la mayoría parlamentaria de Johnson que predijo la boca de urna, el primer ministro tendría el camino allanado para aprobar el acuerdo de salida de la Unión Europea que firmó con el bloque en octubre. Lejos de ser el punto final del “get Brexit done”, este paso sería la primera etapa de la negociación de fondo: ¿qué tipo de relación tendrán la Unión Europea y el Reino Unido?
El Reino Unido seguirá formando parte del mercado común europeo y su unión aduanera y continuará contribuyendo al presupuesto del bloque durante un período de transición que finaliza en diciembre del año próximo. Johnson prometió que para esa fecha tendría un tratado de libre comercio con el bloque. Sería un milagro inédito. El promedio que ha tomado a la UE finalizar sus tratados con más de 60 naciones son unos siete años.