Todo comenzó hace 45 años en una galaxia muy, muy lejana. En la Navidad de 1977 se estrenó Star Wars, que a la Argentina llegaría como La Guerra de las Galaxias. Ese día todo cambió. No es que antes no hubiera habido películas y series de enorme repercusión. Pero ninguna tuvo el alcance y la duración que desde entonces sostiene la creación de George Lucas

Star Wars se volvió un fenómeno autónomo, incluso, donde para muchos fans su propio creador no entiende cabalmente la obra. Y suena increíble, pero efectivamente hay fans que discuten con el artífice de la saga su interpretación sobre el relato. En lo concreto, en mayo se estrena la serie Obi-Wan Kenobi. Habrá, ya se sabe, caminos alternativos, hechos paralelos, historias olvidadas, pero la columna vertebral de Jedis, la lucha entre la luz y la oscuridad, entre totalitarismos y resistencias y ese villano perfecto que es Darth Vader.

A estas alturas cuesta creer que alguien haya podido esquivar toda referencia posible a la Guerra de las Galaxias. Cualquiera tiene al menos un somero conocimiento sobre Darth Vader y los sables luz, aunque no conozca los pormenores del tránsito entre la Vieja República y el Imperio o los padeceres y renunciamientos del camino de la Fuerza. Pero es perfectamente posible que haya espectadores que no vieron la saga entera y fans que deseen verla de vuelta antes del estreno de Obi-Wan Kenobi. Así que Página/12 pone a su disposición una guía para acercarse a las películas de la saga.


Lo primero que conviene anticiparle al neófito en la materia es que las películas no fueron estrenadas “en orden”. A finales de los ’70 George Lucas no contaba con la tecnología para filmar los primeros capítulos de la saga en las condiciones que él consideraba apropiadas. Tampoco estaba muy seguro del éxito de la primera película (nadie, en verdad, confiaba en su éxito y su presupuesto no hacía suponer gran cosa). Así que se decantó por empezar a contar todo desde el medio. El cuarto episodio comenzaba una nueva línea argumental, podía entenderse sin los tres anteriores y, en la planilla de gastos, resultaba más manejable. 

De modo que en 1977 estrenó Star Wars. Episode IV: A New Hope (La guerra de las galaxias. Episodio IV: una nueva esperanza), con los protagónicos de Mark Hamill, Carrie Fischer y Harrison Ford. Ya se sabe: fue un éxito rotundo, vendió merchandising a carradas (cosa que enriqueció a sus actores, que firmaron por parte de las regalías, ya que la producción no tenía dinero suficiente para cubrir el cachet que les hubiera correspondido) y derivó en las siguientes dos películas. 

Star Wars en 1977: el comienzo de la leyenda.
Star Wars Rebels, otra parte del universo expandido.
Kylo Ren, el villano de la última trilogía.
Rogue One, una bélica clásica en la saga.
The Mandalorian: western hecho y derecho.
El Episodio III: todo demasiado limpito.
El Halcón Milenario, la chatarra más veloz del Universo.

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