Finalmente llegó a la Universidad Nacional de Salta el Protocolo de intervención institucional ante situaciones de discriminación y/o violencia de género

El Protocolo, que nació desde un pedido de la Facultad de Humanidades, se aprobó por unanimidad en la última sesión ordinaria del Consejo Superior. Para su implementación, se manejará una comisión central en el Rectorado que articulará con comisiones que se establecerán en las facultades y las sedes.

“Se pone en marcha el camino para generar una universidad libre de discriminación y violencia de género”, aseguró la decana de la Facultad de Humanidades, Catalina Buliubasich. El año pasado el Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades dio el aval a la propuesta de protocolo en casos de violencia de género elaborado por la Comisión de la Mujer de la Universidad.

El proyecto se envió al Consejo Superior para su tratamiento. Sin embargo, desde su llegada en 2018, el modelo no fue tratado en las comisiones. En mayo se conformó una para analizarlo y estuvo integrada por integrantes del Observatorio de Violencia contra las Mujeres, de la Comisión de la Mujer, de la Facultad de Humanidades, de la Secretaria de Extensión y de la actual conducción del Rectorado, representada por su vicerrectora, Graciela Morales. 

Después de varios meses de revisión y consultas, el Protocolo logró su aprobación por unanimidad en la última sesión ordinaria del Consejo Superior de la UNSa. La forma de aprobación demostró “un texto muy trabajado”, aseguró la decana.

La vicerrectora de la Universidad, Graciela Morales, dijo estar muy contenta por lo logrado. “Hacía mucho tiempo que el protocolo estaba pendiente y cuando nosotros asumimos, uno de los propósitos era lograr su aprobación”, expresó. 

La autoridad de aplicación dependerá de la sede central y se establecerá en el Rectorado. Se conformará una comisión integrada por un abogado/a, una miembro de la Comisión de la mujer, un/a psicólogo/a y un/a trabajador/a social. Además, se estableció que, en cada facultad y sede regional, se deberá convocar a la formación de una comisión propia que sea la encargada de articular con la central.

Morales explicó que, prima “la interrelación” que “será inmediata”. “Por lo tanto, ante cualquier situación que se produzca, se evaluarán conjuntamente los caminos que se toman”. “Estamos abocados a estas situaciones y estamos comprometidos a trabajar en este tema”, sintetizó.

Por su parte, Buliubasich agregó que la alegría de la aprobación es porque se “cubre todo lo que tiene que ver con la prevención respetuosa hacia los géneros y la diversidad” y “afronta las situaciones complejas que se presentan”.

Además, señaló que la finalidad del protocolo es clara. Se “tiene que establecer pautas dinámicas y procedimientos institucionales para intervenir en situaciones en todo el ámbito de la universidad”, indicó.

En ese sentido, dijo que se “cumplirá con asesoramiento gratuito, respeto y confidencialidad antes las denuncias, no revictimizar a las víctimas, dar diligencia y celeridad al trámite y lograr sensibilización y promoción del derecho”.

La presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades, María del Mar Arjona (VOCES) dijo que “se necesitaba un protocolo que nos respalde”. Afirmó que, “pese a cualquier crítica que podamos hacerle al Protocolo, entendíamos que era necesario tenerlo en la Universidad”.

Desde el movimiento estudiantil de Humanidades convocaron a "una asamblea abierta para discutirlo con compañeras independientes. Lo socializamos entendiendo que otras no lo tenían”, explicaron.

Manifestó que presentaron críticas, que refirieron a “las personas a cargo de los espacios interdisciplinarios, nosotras queríamos que fuese todas mujeres”, asintió.

Adhesión a la Ley Micaela

En la sesión también se aprobó la adhesión a la Ley Nacional Micaela. Para Buliubasich significa que la problemática de discriminación y violencia de género, serán abordadas con integralidad. 

“En relación con los aspectos que hacen a la prevención y al ambiente de respeto, esta adhesión a la ley Micaela, es una obligación a la capacitación en temática de géneros y diversidad. Serán transversales al dictado de asignaturas”, afirmó la académica.

Agregó que, “le da otro sustento a la Universidad, vinculado justamente a los temas de género. Además, en la intervención para poder canalizar con las denuncias de situaciones de acoso y violencia”.

La vicerrectora, añadió que, “con esa adhesión vamos a ver la forma de capacitar y enseñar todo lo necesario con el programa que se establece a través de la Ley”.