Una palabra resume la gestión de Claudio Avruj como secretario de Derechos Humanos en relación con la memoria vinculada a los crímenes de la última dictadura cívico militar, a los sobrevivientes de ese genocidio, a los familiares de las víctimas que permanecen desaparecidas: desprecio. Un repaso realizado por referentes de organismos y trabajadores del área permite concluir que el rumbo que tomó la gestión durante el macrismo fue de indiferencia hacia las políticas públicas de memoria, verdad y justicia que crecieron durante los gobiernos predecesores: declaraciones negacionistas, la intención (sin éxito) de instalar la teoría de los dos demonios, recorte presupuestario en el mantenimiento de espacios de memoria y en programas vinculados a la investigación de la complicidad civil con el terrorismo de Estado y al acompañamiento de testigos de los juicios de lesa humanidad, el retiro de querellas de la secretaría de derechos humanos en esos debates fueron los “hitos” de cuatro años de “abandono”.
Para Lorena Battistiol Colayago, que trabaja en la búsqueda de nietos y nietas que realizan las Abuelas de Plaza de Mayo, la gestión de Avruj cuenta con “hitos negativos nomás”. “No hubo políticas de memoria, verdad y justicia”, consideró la joven que, entre los 300 nietos que todavía faltan, busca a su hermano o hermana ya que su mamá, Juana Colayago, estaba embarazada de seis meses cuando fue secuestrada en agosto de 1977. Desde Hijos, Giselle Tepper fue incluso más dura: “Fueron cuatro años de una gestión negacionista y al servicio de la impunidad” de los responsables de los crímenes de la última dictadura.
El repaso de hechos en los que respalda su balance le sale rápido. Un año antes de ser presidente, Mauricio Macri definió como “curro” el trabajo de los organismos de derechos humanos. Avruj parafraseó la frase años más tarde: “Se acabó la etapa de los derechos humanos para unos”, disparó en 2017. También habló de “guerra sucia” para referirse a los crímenes del terrorismo de Estado, consideró “legítimos” los reclamos de familiares de “víctimas de la guerrilla”, quienes llaman “presos políticos” a los represores procesados y condenados por violaciones a los derechos humanos.
Además de las declaraciones, hubo hechos concretos: el apoyo al 2X1 con el que la Corte Suprema intentó validar la suelta de genocidas procesados y condenados, abandono del impulso para investigar, juzgar y condenar la pata civil de la última dictadura --cerraron espacios de investigación como el que funcionaba en el Banco Central y desfinanciaron al Programa Verdad y Justicia, desactivaron las acusaciones en la causa Papel Prensa--, la redefinición del Centro Ulloa, de acompañamiento a testigos de los juicios, la remoción de querellas en varios de esos debates, el vaciamiento del Centro Cultural Haroldo Conti. La reducción al mínimo del otorgamiento de las distintas leyes reparatorias a las víctimas del terrorismo de Estado, despidos y salarios de hambre. “Fue una gestión de desprecio a las políticas de memoria, verdad y justicia”, concluyó Tepper.
Graciela Lois, integrante de Familiares de Desaparecidos Detenidos por Razones Políticas, comparó el vínculo con Avruj con el tratamiento que el ex funcionario dedicó al Espacio Memoria que funciona en lo que fue la Escuela de Mecánica de la Armada. “La intención fue de abandono, sufrimos de la falta de interés, del descuido y del ninguneo del Estado”, describió.
“Fue un intento de cambio de sentido y rumbo de las políticas de memoria verdad y justicia”, analizó Leonardo Surraco, delegado de ATE Capital dentro de la Secretaría. “Quisieron transformar las políticas de promoción y protección de los derechos humanos en marketing para la galería”, continuó y resaltó: “Fuimos les trabajadores quienes resistimos y sostuvimos las tareas". Battistiol sumó la “resistencia de la sociedad, que no los dejó avanzar en la impunidad”. La movilización contra el 2X1 que llenó la Plaza de Mayo de pañuelos blancos fue la gran muestra de esa resistencia.
Falta de fondos
Hubo una dificultad fuerte para sostener el funcionamiento del Espacio Memoria. “Problemas en la ejecución de presupuesto condujeron a falta de actividades lo que derivó en una disminución en la visibilidad del lugar y de lo que acá se trabaja para sostener la memoria”, resumió la referente de Familiares. La presencia de la Secretaría dentro del espacio “no significó presencia ni trabajo en pos de la trasmisión de la memoria”, apuntó Lois. “Se notó mucho cómo decayó el lugar”, observó Battistiol y lo adjudicó a la desactivación de las cooperativas de Argentina Trabaja que se encargaban del mantenimiento y la refacción del lugar. “Llegaron y los sacaron”, recordó en relación a la asunción del Gobierno de Cambiemos en 2015. Tenían entre los trabajos planificados, la puesta a punto del edificio de la Casa de las Madres de Plaza de Mayo, algo que quedó suspendido y retomaron hijos y colaboradores del organismo “fuera de su horario de trabajo, haciendo colectas”.
Además de trabajos que quedaron por la mitad, mermó la limpieza y el cuidado del lugar. “Pasamos semanas sin recolección de residuos, con el pasto lago, pero a veces usaban el predio para eventos que nada tenían que ver con la memoria, la verdad y la justicia, todos gestos que revelan no solo el abandono sino el desprecio de la gestión por el sitio”, evaluó la referente de Hijos.
El recorte de fondos que sufrió el espacio de la Esma también lo vivenciaron otros sitios, destacó Battistiol. “El desmejoramiento en sus estados desmotiva las visitas de la gente con lo cual el trabajo de los organismos de sostener la memoria se vio menospreciado”, vinculó.
El destrato
El vínculo entre los organismos y Avruj comenzó a “deteriorarse” con la desaparición de Santiago Maldonado, el recibimiento de parte del ex secretario a familiares de genocidas y su manifiesto apoyo a las políticas represivas de la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, evaluó Lois. “Fueron episodios frente a los que no íbamos a quedarnos callados, son banderas de la lucha de nuestros hijos, ¿qué esperaban?”, remarcó Taty Almeida, de la Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo.
Desde Abuelas, Battistiol reconoció que sufrieron “un maltrato importante”. “Mantuvimos el presupuesto, pero porque lo peleamos. No pudimos hacer una proyección del trabajo porque estuvimos dedicados a sostener lo que había, con la persistencia que aprendimos de ellas y con la convicción de que la búsqueda de las y los nietos es responsabilidad del Estado”. Entre el maltrato, destacó la falta de apoyo en la difusión de esa búsqueda, la reducción de espacio en medios públicos de mensajes y convocatorias del organismo. “Cuando la cabeza de un Estado twittea sobre tenis o fútbol mientras el resto del pueblo está celebrando el hallazgo de un nuevo nieto, está negando el tema, sobre todo a una gran parte de la sociedad que lo sigue. Las Abuelas necesitan que día a día su mensaje llegue a muchísimos hogares”.
Battistiol inistió: “No hubo un respeto por las Madres y Abuelas”. “Te hacen poner en la vereda de enfrente por ser de ‘los viejos’ derechos humanos. La intención fue de enfrentar a los organismos con el resto de la sociedad”. Lois coincide en que desde Cambiemos “han fomentado mucho odio irracional hacia las Madres y las Abuelas”. “Desprecian a los organismos. Lo mostró Macri sin recibirlos durante mucho tiempo a pesar de que los pedidos de reunión. Nos desprecian en nombre de la lectura negacionista que hacen de la historia, versión que insistieron en implementar”, sostuvo Tepper.
Lo que viene
El nieto recuperado y ex diputado Horacio Pietragalla fue designado, a principios de semana, como el secretario de Derechos Humanos del gobierno de Alberto Fernández. Es “un hermano”, como lo definieron Battistiol y Tepper. “Es como ver a un hijo nuestro, una alegría inmensa”, sumó Almeida. La tarea que tiene por delante es, no obstante, “titánica”, advirtió Lois. “Hay mucho por recomponer” en cuestiones de política pública de memoria, verdad y justicia “y al mismo tiempo tanto por avanzar en la ampliación” de las líneas de acción de la secretaría en materia de derechos humanos en general, describió la integrante de Familiares. Tepper definió como “prioridades” al impulso en la investigación y juzgamiento de los cómplices civiles de la última dictadura, el refuerzo en la búsqueda de los nietos y nietas, así como en la preservación de sitios de memoria. “La Secretaría bajo la dirección de Avruj significó una inmensa y gravísima pérdida de tiempo que habrá que recuperar lo más que se pueda”, concluyó.