Como si en el presente no hubiese suficiente cantidad de asesinos seriales, cae Jack el Destripador, que se tomó la máquina del tiempo para viajar hasta hoy. Y no llega sólo: el célebre londinense adicto a las vísceras humanas viene perseguido por H.G. Wells, el mismísimo escritor que imaginó-inventó la máquina del tiempo. Tal es la propuesta de la flamante serie norteamericana Time After Time, que se estrena esta semana en el hemisferio norte (por ahora, acá sólo puede verse descargándola). Este crossover entre dos ingleses decimonónicos que se mudan al presente –el asesino, huyendo; el inventor, persiguiendo– es una adaptación de la película del mismo nombre (bueno, aquí fue Escape al futuro) estrenada en 1979. Y revalida el fenómeno del traspaso de formatos tan en racha en el último lustro, como prueban otras series recientes que alguna vez fueron películas, como Westworld, Limitless, Arma mortal, Fargo, 12 monos o Del crepúsculo al amanecer.

En su cacería a través del tiempo, Time After Time promete confrontar dos estereotipos románticos, cada uno a su manera y ambos bien de época (tal vez, de muchas épocas): en la esquina del bien, el geek, el tecnológico, el científico; y en la esquina del mal, el psicópata, el seductor, el taimado. El destripador más famoso de la Historia es, además, casi un habitué del formato serie: en los últimos años se ha visto su huella –o las cicatrices que deja a su paso– en producciones como Whitechapel o Ripper Street, por caso. PáginaI12 entrevistó al realizador Marcos Siega, director y productor ejecutivo de Time After Time. El neoyorquino es un experimentado hombre de series, cuyo recorrido incluye títulos como Dexter, The Vampire Diaries y más de 50 videoclips de bandas de rock. 

–¿Cómo fue trabajar con dos personajes tan conocidos, Jack el Destripador y H.G. Wells? ¿Cómo los equilibró en la historia?

–Esta historia se basa en material ya existente, la novela de Karl Alexander y la película de Nicholas Meyer, por lo que teníamos un punto de partida muy fuerte desde el que empezar a trabajar. Creo que la serie equilibra bien la fuerza de ambos personajes. La idea fue responder y profundizar una pregunta: ¿qué pasaría si las aventuras de H. G. Wells en su búsqueda de Jack el Destripador fueran la base para todas sus novelas? Eso nos abrió un mundo de posibilidades. ¿Cómo reaccionarían fuera de su tiempo estos dos hombres que en su época eran jóvenes? Así que veremos cómo ambos recorrerán sus respectivos caminos, cómo aprenderán sobre el nuevo mundo en el que están y sobre ellos mismos.

–¿Quién encajaría mejor en 2017? ¿Jack con su hábito de destripar o Wells y su invento para viajar en el tiempo?   

–H.G. es idealista y cree que la tecnología y los avances en la comunicación, la ciencia, la medicina, la tecnología, etcétera, no sólo unirán a las personas, sino que podrían crear una sociedad utópica, libre de hambre, de guerra, de odio... Así que está profundamente decepcionado. El mundo de hoy no se parece en nada a lo que él soñó. En cambio, Jack parece encajar mejor. El llega desde un mundo en el que operaba en las sombras, siempre al amparo de la oscuridad. Y al ver el odio, la violencia y la forma en que las personas se tratan actualmente, considera que el mundo de hoy es una maravilla. Se siente libre para ser él mismo y nadie se da cuenta. Así que, en muchos sentidos, Jack el Destripador es quien mejor encaja en los tiempos modernos. En la serie, se adapta más rápido que Wells. Se acomoda al presente y lo abraza muy rápidamente. H.G. es más escéptico, más vacilante, no ama esto en lo que el mundo se ha convertido, así que lo navega con mayor cautela.

–En sus anteriores trabajos como director hubo mucha sangre, como en las series Dexter, The Vampire Diaries o True Blood, y mucho rock, como los videoclips que rodó para Weezer o Blink-182. ¿Se verá rock y sangre en Time After Time?

–Este es un espectáculo muy diferente para mí, está inclinado hacia la fantasía y la aventura. Implicó algo nuevo para mí, meterme en matices y tonalidades en las que no había estado. Y sin embargo, está en sintonía con el tipo de temáticas que definen los programas que he hecho junto a Kevin Williamson en el pasado, como The Vampire Diaries o The Following. Pese a estar tratando con Jack el Destripador, buscamos que la serie no fuera abiertamente violenta. Hay algunas matanzas, pero nada como lo que he hecho en el pasado. Time After time, simplemente, no se enamoró de la violencia, y no quisimos forzarla ni que hubiera violencia gratuita. En cuanto a mi experiencia en el rock... No, realmente no tuvo un papel importante en lo que yo aporté al proyecto. Usamos, sí, algunas canciones contemporáneas en la primera temporada. Pero preferí apuntar a una producción un poco más elegante y no tan volcada al alto impacto como otras cosas que hice en el pasado. Es parte romance épico, parte género fantástico y parte thriller, todo enmarcado dentro de un juego del gato y el ratón a través del tiempo. O sea, diversión.