Una mujer del pueblo de Río del Valle en el municipio de Las Lajitas decidió hacer pública su historia cansada de esperar que la justicia le restituya a sus dos hijos. El marido con el que sigue casada pero ya no convive, los apartó de su lado después de que lo denunciara por violencia de género en 2015.
La jueza de Familia, Patricia Rhamer, y la asesora de incapaces, María Susana Zenzano Poma de la circunscripción sur en el departamento Anta tienen el caso.
Celia Márquez, de 45 años, no sabe qué más hacer para recuperar a sus hijos. Es víctima de violencia de género por parte de su ex Hugo González, a quien denunció en 2015, él estuvo detenido dos semanas y cuando salió le quitó a los chicos. Ya no la agredió más físicamente porque ella se fue a vivir con su familia, sin embargo, sigue siendo víctima porque describe como una tortura cada día que pasa apartada de sus hijos.
La mujer ya no solo es víctima de su ex pareja, también sufre violencia institucional de parte de la Justicia que no restituyó a los chicos en su momento y pasado el tiempo la revinculación se hizo más difícil.
La jueza Rahmer dijo a Salta/12: "intentamos por todos los medios vincularla con sus hijos pero (ellos) se niegan, Incluso los citamos y no quieren venir. La psicóloga y asistente social del Ministerio Público los visitaron en su casa para ver su estado, están bien y no quieren vincularse. Pedimos colaboración en la escuela también, nos dijeron que no podían. Como es un expediente de violencia familiar pusimos en cabeza de la Asesoría la vinculación".
Ante la pregunta de por qué sostuvo que la violencia ha cesado, cuando la ex pareja de la mujer la sigue dañando al no regresarle a los chicos y obstruir toda posibilidad del vínculo, la magistrada respondió que el expediente inició por violencia del padre a la madre y que ésta "cesó con el fin de la convivencia"
El pedido de la madre para que le devuelvan a los chicos, "se está tramitando como una proteccion de personas iniciada por la asesora en 2018. Se los citó para ser oídos a los hijos. Varias veces no vinieron. Se ofició a la Secretaria de Niñez y Familia para que intervengan y colaboren. También al Programa de Fortalecimiento Familiar de la Municipalidad de Apolinario Saravia.
El último informe de la asesora es de septiembre de este año. "Ella se constituyó en el domicilio y los chicos dicen que no desean ver a su madre", sostuvo la jueza quien añadió que la Asesoría tenía previsto hacer otro informe a fin de año.
La mamá sostiene que su ex manipula a los chicos y les habla mal de ella culpándola de una infidelidad inexistente para que la desprecien. “El más chiquito llegó a decir que yo nunca les cociné, él les hizo creer cosas que no son ciertas. Me lo contó una maestra quien trató de hacerle recordar que yo los llevaba a los dos a la escuela y que sí les cocinaba. No sé si mi hijo el mayor recuerda cuando se ponía en el medio para que su padre no me pegue. Cuando lo denuncié al padre, me decía que no lo haga, que al papá después se le pasa. Estaba normalizando la violencia en la que vivíamos. El más chico tenía 8 años”.
Celia y Hugo tuvieron un noviazgo de 7 años, después se casaron y la convivencia duró 13 años, ella aún no tramitó el divorcio porque teme a las reacciones de él. "Cuando me quedé embarazada comenzó con las agresiones, yo trabajaba en un negocio familiar, un día mi hermano me dijo que vaya a descansar porque tenía los pies hinchados. Yo era la única de la pareja que trabajaba. Volví a las 9 de la noche ese día a la casa. Él no me dejaba entrar porque decía que yo había vuelto más temprano, se paraba y me escupía, me decía que no sabía qué anduve haciendo, con quién será que estuve por lo que volvía antes. Tenía una panza de 7 u 8 meses de embarazo, a la par mía estaba su mamá intercediendo por mí, no me dejó pasar, me tuve que ir a la casa de mi suegra esa noche. En más de una oportunidad me hizo eso", recordó la mujer.
"Una vez me golpeó en la cara, me dejó marcada horrible, yo decidí divorciarme, después él juraba, se arrodillaba, me decía que iba a cambiar, que iba a estar todo bien pero siguió todo igual. Había decidido divorciarme, él habló con mi mamá y ella me decía que vuelva por los chicos, que él había dicho que no me volvería a pegar", relató. Esa vez no se separaron.
En 2015, la mujer contó que quería ir con los chicos el 8 de diciembre a la casa de su familia en Río del Valle, su ex pareja no los dejaba, fueron igual. "Cuando volvíamos los chicos ya estaban nerviosos, él les había dicho a mis hijos que no vayan porque se iba a matar. Llegamos y él había desarmado las camas de ellos, les tuve que poner un colchón para que duerman a la noche. Más allá de la violencia que ejerció contra mí, lo que les hizo a los chicos me hizo entender que no podía seguir más así".
El relato de la mujer da cuenta de la violencia económica y patrimonial ejercida en su contra puesto que el ex se quedó con la vivienda que ella había construído en el terreno que les había cedido el suegro en Apolinario Saravia. "A la casa la hice yo, compré los materiales de construcción y pagué la edificación". Sin embargo, no reniega de ello, puesto que cree que esa propiedad quedará para los chicos.
"Él solo trabajaba conmigo después del embarazo, en un kiosko que nos puso mi mamá en la casa, atendíamos los dos. Cuando nos separamos, después de dos o cuatro meses cerró", relató la mujer.
Desde la justicia le responden a la madre que los hijos están bien, sin embargo, ella relata: “una pariente de él, se enteró por una trabajadora del Pami que los chicos retiraban la comida de un comedor de ancianos porque estaban mal, les habían cortado la luz y no tenían gas. Vecinos se molestaron e hicieron una denuncia porque consideraron que en el Pami le estaban dando la comida que era para ancianos a alguien que podía trabajar y ahí terminaron perjudicados los chicos".
Además planteó "la vicedirectora del colegio secundario al que asiste mi hijo más grande me contó que quedó libre". La Asesoría de Incapaces realizó algunos relevamientos, lo que dio por resultado que mi ex pareja es un excelente vecino y padre, todo lo opuesto a lo que llevé yo, audios, una denuncia de otra vecina porque maltrató a su hija pequeña y fotos".
Se da una continuidad de la violencia al obstruir el padre el vínculo con la familia materna: "mi mamá murió en 2016, mis hijos la amaban y no los mandó a verla, ella tenía una enfermedad autoinmune, estaba bien pero cayó en una depresión y se le agravó todo porque los chicos eran la vida para ella", expresó la mujer.
"Los padres de él siempre estuvieron bien conmigo, cuando murió mi madre, el abuelo paterno quiso llevar a mis hijos al velorio, y mi ex pareja le dijo a su propio padre que si llevaba a los chicos lo iba a matar", aseguró Márquez.
Cuatro años sin respuestas de la justicia
Cuando el hombre estuvo detenido por violencia de género en 2015, Márquez se refugió con su familia. "Fui al auxiliar fiscal Sergio Dantur para exponer que iba a estar en la casa de mi mamá con mis hijos y que no hacía abandono de hogar, que sería solo por unos días hasta que mi ex se tranquilice. Me había amenazado, dijo que me mataría por la denuncia cuando saliera".
La mujer relató que cuando este hombre cumplió con las dos semanas de detención llamó a su madre para que le enviaran a los chicos a verlo. “Consulté con el auxiliar fiscal Dantur y me dijo que los mande porque la prohibición de acercamiento era hacia mí y él sí podía ver a mis hijos", relató.
Los chicos estuvieron unos días con el padre luego regresaron a la familia materna porque la abuela pedía que se los enviara. “Vinieron el 24 de diciembre de 2015, pasaron navidad conmigo, sus abuelos y tíos maternos. Cuando llegó la fiesta de fin de año tuvieron que estar con el padre, fueron otra vez un 27 de diciembre y desde ese día no volví a ver ni a hablar con mis hijos”.
"Fuimos a una primera audiencia con mi ex marido, la asesora y la jueza Rahmer. La justicia determinó que mis hijos en entrevista decían que no querían verme y que se irían con el padre. Pasó algo anormal puesto que la única persona que velaba en todo por mis hijos era yo con ayuda de mi mamá”, manifestó la mujer.
Para esta madre, la justicia está “escuchando mal”. Dijo que cuando le advirtió a la jueza que el padre no cuidaría bien de sus hijos “totalmente ofuscada y más nerviosa que yo, me retó y dijo que si seguía hablando me hacía llevar detenida con la policía (…) Creo que en ese momento no podía pensar nada de forma clara y tranquila”, rememoró.
La mujer dijo que solicitó mediación en reiteradas oportunidades pero no consiguió nada. Los tres abogados que contrató tampoco la ayudaron.
"Con el paso de los años y al no tener contacto con mis hijos, ellos tienen asumido que yo no hago nada por recuperarlos, eso más lo que constantemente el padre les habla mal de mí los aleja y crece el desprecio o desamor de mis hijos hacia mí. Y gracias a la ineficacia o inacción de la justicia mis hijos están distanciados física y sentimentalmente de mí", expresó la madre.