Lo primero que hará María Eugenia Vidal es irse de vacaciones. Recién a su regreso, hacia mediados de enero o febrero, comenzará a definir su futuro. Quienes la conocen la ven con la intención de buscar un trabajo o retomar una carrera universitaria, más que de ponerse al frente de una mesa bonaerense de Juntos por el Cambio. Estará en esa mesa, pero no necesariamente como la conductora. Si esa voluntad de la ex gobernadora bonaerense se mantiene, ya hay más de un interesado en ocupar su lugar como líder de la oposición a Axel Kicillof. El primer anotado es el intendente de Vicente López, Jorge Macri, que cuenta con el respaldo de su primo, el ex presidente Mauricio Macri. Pero tendrá competencia. Entre los que se anotan para suceder a Vidal están también el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, y el de Mar del Plata, Guillermo Montenegro. El juego de tronos recién empieza.
Cuando todavía gobernaba y sus acólitos proyectaban planes a futuro, se hablaba de que iba a crear una fundación, de que iba a convocar a los bloques para mantener la unidad (cosa que hizo mientras seguía siendo gobernadora), y que iba a ser la cabeza presente de la oposición bonaerense. Pero todo eso puede cambiar, o postergarse. La fundación, por ejemplo, quedaría para más adelante, no ahora.
El primer plan que tiene Vidal son las vacaciones. Unas largas vacaciones, al igual de las que se tomará Macri (aunque, tal vez, un poco más austeras). Todavía no tenía decidido el destino, pero de seguro no volverá hasta mediados de enero o incluso febrero. Recién ahí enfrentará su primera decisión: qué hacer laboralmente. Separada hace tiempo del ex intendente de Morón Ramiro Tagliaferro, Vidal residió mientras era gobernadora en una base militar. Así que la resolución de su vida cotidiana no será un tema menor. "Hasta febrero no quiere hablar, aunque va a seguir en política", afirma o se esperanza un dirigente que la siguió de cerca a sol y sombra.
Pero en estos días después de la gestión surgieron las versiones de que Vidal realmente quiere "tomarse un descanso de la política, tomar distancia de todo lo que pasó y dedicarse a su familia", según contó a este diario otro allegado a la ex gobernadora. Puede ser que intente retomar alguna carrera universitaria (¿usará las universidades del conurbano?) o incluso puede que de clases y se enfrente a las dificultades de ser docente.
"No tiene en mente volver a ser candidata", advierten algunos que la conocen, aunque en su círculo cercano seguirá habiendo una fuerte presión para que cambie de idea. También advierten que está cansada de las intrigas del PRO, por lo que no estaría al frente de una mesa política opositora en la provincia de Buenos Aires. "Puede que se siente a la mesa, pero como una más", advierten.
Si esto finalmente ocurre, se abre una línea sucesoria: ¿qué dirigente del PRO retomará el camino que ella comenzó y que los condujo a gobernar durante cuatro años la provincia de Buenos Aires, históricamente gestionada por el peronismo? Ya hay varios anotados y son todos del PRO. Por ahora, el radicalismo bonaerense no talló en esa disputa.
El número uno es Jorge Macri. Primero porque fue uno de los intendentes del PRO que fue revalidado sin problemas en su distrito, con porcentajes nada despreciables en medio de la debacle general. Segundo porque tiene el respaldo de su primo, que quiere desplazarla a Vidal en favor de alguien de su confianza. Jorge Macri fue de los primeros en armar el PRO bonaerense y, en 2015, tuvo una sorda disputa con Vidal para ver quién sería el candidato a gobernador. También es cierto que una vez que se resolvió en favor de ella, el intendente de Vicente López se alineó y no le presentó internas en estos cuatro años. Distinto fue el destino de la relación de Vidal con Emilio Monzó, que ya no parece tener retorno. El ex titular de la Cámara de Diputado también buscará tallar en el territorio bonaerense, como ya demostró en el primer acto que hizo en el conurbano.
Alineado con la estrategia de Jorge Macri, está el intendente de Tres de Febrero, Andrés Valenzuela. Pero podría tener dos competidores dentro de los históricos del PRO. Uno es Grindetti, quien salvó la intendencia de Lanús luego de un muy mal resultado en las PASO de este año y ahora buscará también tener su lugar en el armado provincia. El otro es Montenegro, quien se impuso en las elecciones en Mar del Plata y va por más. Este último podría contar con el favoritismo de Vidal, en caso de que ella desista de conducir ese espacio opositor hacia 2023.