El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes, cuestionó este domingo la decisión oficial de subir los derechos de exportación a los principales cultivos. “Tenemos una preocupación muy grande porque vemos que al campo se lo sigue viendo como una fuente de recursos fiscales y no como un pilar de generación de crecimiento y desarrollo”, aseguró el dirigente rural.
El gobierno confirmó el fin de semana que decidió eliminar el tope de 4 pesos por dólar a la retención de 12 por ciento que había sido dispuesta por el gobierno de Mauricio Macri en septiembre de 2018. Como en ese momento la soja ya pagaba un 18 por ciento, el porcentaje se elevó a 30 por ciento, mientras que en trigo, maíz, carnes o leche en polvo la retención quedó en 12 por ciento porque antes esos productos no estaban gravados. El problema fue que al mismo tiempo se fijó un techo de 4 pesos. En ese momento ese tope equivalía a 12 por ciento de exportación, pero a medida que la cotización del dólar subió la retención en términos porcentuales comenzó a bajar.
Con el cambio las retenciones vuelven prácticamente al mismo nivel que en septiembre de 2018. En ese momento las retenciones a la soja estaban en 30 por ciento, por la devaluación bajaron a 24,7 por ciento y ahora volverían a ese nivel, mientras que en el resto de los cultivos habían arrancado en 12 por ciento luego fueron bajando hasta 6,7 por ciento y ahora volverán a 12 por ciento.
En septiembre de 2018, los productores manifestaron su malestar con la medida, pero no hubo mayores reclamos. Ahora, en cambio, decidieron manifestarse en varias localidades del interior y algunos sueñan con reeditar el conflicto que motivó la resolución 125. En una entrevista en radio 10, a Chemes le preguntaron por qué en ese momento aceptaron las retenciones y ahora no las aceptan. “Es porque los insumos que utilizamos en el campo que están dolarizados aumentaron de tal manera que redujeron notablemente los márgenes de rentabilidad. La realidad es que yo tengo la misma presión impositiva que en 2017 pero un costo de producción mucho más alto. Los insumos dolarizados se nos fueron a las nubes”, respondió el empresario.
No obstante, luego Chemes se mostró dispuesto al diálogo. “Es nuestra obligación como dirigentes tratar de contener a la gente y no generar un problema social y en la calle. Eso depende de todo el énfasis que pongamos en el diálogo para ver cómo se puede compensar esto. Lo que tengo para reprocharle a este gobierno es porque no nos llamó para conversar sobre esta medida”, agregó.
La resistencia de los
productores rurales pareciera estar destinada más a lo que puede venir que a lo
anunciado ahora. Es decir, la reacción busca prevenir la posibilidad de que
luego de este ajuste se produzca ya no solo una eliminación del tope de 4 pesos
por dólar sino directamente una suba de los porcentajes. Las manifestaciones
que este domingo hubo en localidades rurales de Santa Fe, Buenos Aires y Entre
Ríos se explican como parte de esa lectura, aunque lo justifiquen diciendo que
ahora están peor que en septiembre de 2018 por la suba de costos.