La remaron en dulce de leche y produjeron exquisitez. No sólo exposiciones y ediciones de alta calidad, sino que además la gente de la plástica fue generosa ofreciendo ámbitos de encuentro y disfrute donde sostener sociabilidades afectuosas y tramas significantes. Por eso, recapitular las artes plásticas santafesinas en 2019 empieza por los espacios. Tanto oficiales como privados, institucionales o independientes, brindaron al público los resultados de investigaciones calificadas que pusieron en valor el arte de la región. 

La Universidad Nacional de Rosario, que ayer estrenó su canal de TV vía streaming, fue muy activa en sus espacios expositivos de Corrientes al 700 (Escuela de Bellas Artes) y San Martín al 700 (ECU, Espacio Cultural Universitario). Estas salas dieron visibilidad a creadores de la generación intermedia, como Aldo Ciccione Chacal o los discípulos de Rubén Porta agrupados bajo el mito fundacional del taller "La Gotera". Uno y otros se destacan por un lenguaje visual cultivado en el oficio y una imagen legible, rica además en simbolismo ideológico, espesor de memoria, mirada crítica y compromiso social. En lo académico, la UNR creó una nueva carrera: Gestión Cultural. Cobró protagonismo en la escena artística su cátedra de Posporno, liderada con experticia por Mauro Guzmán, en una articulación de estética avant garde y expresión política de la diversidad sexual.

La Provincia fue convocante, desde un santafesino Museo Rosa Galisteo de Rodríguez más vivo y popular que nunca, hasta el Histórico Julio Marc que comparte con el Museo de la Ciudad el rosarino Parque Independencia. En un significativo gesto de su director Pablo Montini, el Marc transmutó su sala de armas en sala de arte contemporáneo que dialoga con el mobiliario patrimonial y se rodea de objetos que ponen en perspectiva histórica nuestro presente. Allí, manifiestos de las guerras del siglo XIX convivieron con un video, premiado en el Salón de Mayo 2019 del Galisteo, donde Cecilia Lenardón explora a través de afectos y cuerpos amigos los alfabetos antropomorfos medievales. De esa misma autora se destacó otra obra en el Salón Nacional del Museo de Arte Contemporáneo, organizado por el Museo Municipal de Bellas Artes Castagnino+Macro. "La quemada. Teatro de figuras" fue una performance en colaboración que rindió creativo homenaje a una pareja fundacional para el arte local: Juan Grela y Aid Herrera. En el Marc tuvo lugar una de las mejores exposiciones del año. Con curaduría de la investigadora Georgina Gluzman, "María Obligado. Pintora" rescata del olvido a la mujer que no sólo fue la pintora moderna argentina más avanzada de su época sino la donante del mobiliario sanmartiniano al Marc, que expuso su retrato del general José de San Martín en su austero funeral en el exilio. Símbolos americanos y nacionales dan vida al sueño del prócer. Un vivaz retrato de su marido escritor, cuadernos, paisajes y obras premiadas en Europa, además del mapa de sus viajes y una reconstrucción de su casa y estudio (que fue vendida y ya no existe) dejaban con la sensación de haberla conocido.

Otro tanto hizo el municipal Museo de la Ciudad con Carlos Wladimir Mikielievich, quien le dio su nombre y su casi infinito archivo de documentos históricos locales. Otra muestra del año  del Museo de la Ciudad fue "Obreras", que visibilizó a las trabajadoras del Frigorífico Swift y al barrio Saladillo. Ambas exposiciones jugaron con lo maravilloso del objeto documental de época como memoria material recobrada. En "Obreras", los testimonios y reconstrucciones de condiciones de existencia y luchas sindicales dieron un mensaje político literalmente escalofriante (el aire acondicionado estaba a 14 grados Celsius para hacer sentir los menos de 10 que padecen las obreras de la carne). Si bien no fueron muestras de arte, la plástica y el multimedia estuvieron presentes en ambas. El Museo Estevez celebró su pintura recobrada exponiendo arte contemporáneo local.

Cantos de cisne del socialismo saliente en la provincia fueron las financiaciones de las modernizaciones edilicias de dos instituciones municipales rosarinas emblemáticas: la Biblioteca Argentina y el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino (en obras, este último). También quedaron inaugurados cuatro espacios en la Franja del Río. Antes de irse, Espacio Santafesino se dio el lujo de sacar de imprenta "El tiempo de la pintura", libro de alta gama que se propone como museo de reproducciones del arte provincial. Desde el municipio se produjo una edición de la Quincena del Arte centrada en lo queer. Desde la Universidad Tres de Febrero vino el proyecto Bienalsur a activar espacios para la exhibición de arte contemporáneo en la explanada del Museo de la Memoria y otros ámbitos institucionales oficiales. Sin duda lo mejor de Bienalsur fue la curaduría de obras patrimoniales que desplegó el intelectual paraguayo Ticio Escobar en el MACRO. 

Otra exposición de singular belleza, pero que pasó casi desapercibida, fue la de Maxi Rossini y Fabiana Imola en el espacio institucional de la Alianza Francesa de Rosario. Las instituciones privadas OSDE y San Cristóbal produjeron muestras de excelente calidad.

Por una de esas sincronicidades que hacen apetecible la vida, "el" galerista de Rosario, Diego Obligado, es pariente de María Obligado. La muestra individual de Andrea Ostera en su galería (Güemes 2255) fue un punto alto en una escena local cuyos circuitos viven gracias al esfuerzo independiente, que aún bajo inclemencias nacionales logra una calidad museográfica. Subsuelo (Balcarce 238) abrió una nueva sala (Gabinete) donde expusieron (entre otres) artistas de fina sensibilidad como Andrés Dorigo, Rosa Aragone y Darío Homs. La sala grande se lució con una muestra homenaje al escultor rosarino Rubén Baldemar. Instaladas en barrios, tanto Gabelich Contemporáneo (Corvalán 448, Refinería) como Crudo (Viamonte 671, La Sexta) articulan residencias internacionales y otras instancias muy serias de formación entre pares. EstudioG (Catamarca 1427) y On Gallery (Entre Ríos 579), junto a las librerías Oslo y Mal de Archivo, Darkhaus (Corrientes 267) y el Pasaje Pan, configuraron un vibrante circuito céntrico de exposiciones de arte.

Las galerías rosarinas están agremiadas en Meridiano, la Cámara Argentina de Galerías de Arte Contemporáneo, y organizan los recorridos GIRO para un público amplio. La zona Bonino de la feria cordobesa Mercado de Arte Contemporáneo dio visibilidad e impulso a las galerías emergentes Carambola (Corrientes 908, Rosario), FUGA (Santa Fe) y Luogo (25 de mayo 1199, Rafaela). En Rafaela, el arte contemporáneo está muy activo gracias además al Museo Municipal Urbano Poggi y a la Bienal de Arte Contemporáneo. Cabe esperar que el nuevo gobierno provincial apoye todas estas iniciativas, surgidas en su gran mayoría de gestores y gestoras culturales que son artistas o estudiantes de arte. Deuda pendiente sigue siendo el coleccionismo de arte contemporáneo, justamente en una provincia cuyos patrimonios artísticos públicos surgieron de donaciones privadas.