Los vecinos de Villa Devoto están felices: ayer, después de una larga lucha, se inauguraron las obras de remodelación y puesta en valor del polideportivo Ermindo Onega, en Gabriela Mistral 3819. 

Pablo Zapata, de la agrupación Luchemos por el Poli, empezó a contar la historia: “Jugamos al fútbol aquí desde hace doce años. El poli abrió en 1988. Como nadie se hacía cargo del mantenimiento, estaba abandonado, en un estado desastroso. Durante años se fue deteriorando, pese a nuestros esfuerzos”. Su compañero Gonzalo Gambetta amplió: “Todo empezó por pedirle al Gobierno de la Ciudad que mejorara la cancha de fútbol. Después nos pusimos en contacto con otros polideportivos (en la ciudad hay cinco) y tratamos de juntar los esfuerzos. Como es importante no sólo que lo arreglen, sino también que lo mantengan, estamos muy contentos con lo que conseguimos. La empresa Indaltec es la que hizo los trabajos, y tiene contrato hasta el 2018 para ocuparse del mantenimiento”. 

Fue un logro de los vecinos, acompañados en la lucha por Paula Vitobello, en representación de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. “Para la Defensoría son muy importantes todos los polideportivos, y notamos que los que no tienen colonia de verano porque no tienen pileta están relegados. Cuando se acercaron los vecinos para pedirnos ayuda contra la privatización, nos sumanos. Queremos mantener la calidad y la gratuidad de los polideportivos. Estos espacios siempre se usan, incluso si no tienen mantenimiento o parecen abandonados. La gente viene a tomar mate, a socializar, a hacer deportes. Cumplen una función muy importante. El deporte borra las diferencias sociales, desarrolla el sentimiento de pertenencia al barrio”.

Gonzalo siguió desarrollando la historia: “Mientras buscábamos que arreglaran la cancha de fútbol, apareció en el Boletín Oficial el decreto 211/15, de privatización del Onega. Llamaba a licitación para concesionar en terreno del polideportivo una confitería y otras cosas. Y con mucha lucha, en dos años pudimos revertir la situación”.

Pablo acotó: “Fue muy repentino. Empezamos por pedir reformas y frenamos una privatización y ya estamos ocupándonos de los profesores, de que contraten la gente que se necesita para que haya más deportes. Lo de los profesores va bien. También estamos peleando para conseguir los materiales y elementos para cada práctica. De qué nos sirve la mejor cancha del mundo si no tenemos pelotas...”.

Las reformas (en las canchas de fútbol, en las de básquet y en las de tenis) obligaron a mantener cerrado el polideportivo desde el 16 de enero. “Estuvimos casi todo el verano sin poder usarlo, pero valió la pena”. El polideportivo está abierto de 8 a 20 y hay fútbol para todas las edades, vóley, handball, gimnasia para la tercera edad, básquet y patinaje.

Para darle un cariz oficial a la reapertura del Onega y a la inauguración de las obras, concurrió el vicejefe de Gobierno de la Ciudad, Diego Santilli, que mostró su destreza en un voley mixto improvisado para la ocasión y en un peloteo de tenis con Luis Lobo, secretario de Deportes de la Ciudad.

En la recorrida por las instalaciones, entre saludos y sonrisas, se repetía un reclamo de los vecinos y usuarios: “Los polideportivos tienen que seguir siendo públicos y gratuitos. No los privaticen”. Santilli insistió en que no era ésa su intención, pero los vecinos no terminaban de creerle. Gonzalo explicó: “Lo que pasa es que el decreto de privatización está suspendido y no derogado. Y todos tenemos miedo de que en algún momento lo retomen. Queremos estar tranquilos”. Todos insistían con el tema del decreto hasta que Gonzalo se puso a hablar mano a mano con Santilli. Al rato, llamó a varios de los que andaban por ahí: “Vení a escuchar esto”. Entre divertido y atónito por la marca a presión, en medio de la cancha de tenis, Santilli le dijo a Gonzalo, delante de testigos: “Me comprometo a derogar los decretos de privatización de los polideportivos”.