El Gobierno busca imprimir mayor progresividad al sistema tributario con la suba del impuesto a los Bienes Personales. Según anticipó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, las escalas del impuesto no se van a mover, pero sí subirán las alícuotas. “Tiene una lógica distributiva. Hay un aumento de las alícuotas, con los mismos topes. O sea, no se mueven los mínimos imponibles. Lo que hacemos es actualizar los porcentajes de las alícuotas. Del 0,25 por ciento pasaría al 0,50 por ciento lo que ahora 0,50 por ciento pasa a 0,70 por ciento y así. Siempre queda afuera del sistema las viviendas familiares”, dijo Cafiero.
El año pasado, Bienes Personales representó el 0,4 por ciento de la recaudación total. Un especialista consultado por este diario plantea que “la modificación de Bienes Personales no tiene prácticamente efecto fiscal real. Se trata de un cambio que guarda una lógica en un sentido de redistribución”. Por encima del mínimo no imponible de 2 millones de pesos y de 18 millones para los inmuebles (equivalente a 285.714 dólares al tipo de cambio vigente) comienza a regir el impuesto.
Los cambios implicarían que los primeros tres millones de pesos por encima del mínimo no imponible (de 2 millones de pesos y de 18 millones para inmuebles) pasarían de tributar de 0,25 a 0,5 por ciento, mientras que de 3 millones a 18 millones pagarán una alícuota de 0,7 (en lugar de 0,5) más el 0,5 por ciento por los primeros 3 millones. Por encima de los 18 millones de pesos, la alícuota también subiría desde los actuales 0,75 por ciento.