Al ver las consecuencias del programa económico de Mauricio Macri, la entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner planteó la necesidad de llevar adelante un pacto o contrato social. Poco después, Alberto Fernández presentó esta necesidad como uno de los ejes de su gobierno ante la caída de rentabilidad de las empresas, la pérdida de puestos de trabajo y, por supuesto, la licuación del salario de los trabajadores. La industria automotriz argentina no fue la excepción a la crisis. Mientras el gobierno de Cambiemos miraba para otro lado, el Smata, el sindicato que conduce Ricardo Pignanelli, llevó adelante un programa que bien podría considerarse como el primer pacto social que se conocerá como el Plan Estratégico 2030 consensuado con las organizaciones patronales e incluso los otros gremios que participan de la actividad. “Este pacto social es un acuerdo realizado actividad por actividad, donde nos pusimos de acuerdo trabajadores, a través de sus sindicatos, empresas y el Estado”, aseguro Pignanelli a este diario. Lo presentará este martes a partir de las 9.30 en la sede del gremio.
A principios de este año, la situación de la industria automotriz evidenciaba cada vez más las consecuencias del modelo macrista con el crecimiento de los despidos y la caída en la producción de las fábricas de autos y camionetas que tiene la Argentina. A modo de ejemplo, en 2011, el año récord en producción de vehículos, se produjeron unas 845 mil unidades. En la actualidad esa cifra no supera las 315 mil unidades y lo único que creció, según datos provistos por Smata, es la capacidad ociosa de las plantas automotrices que llegó al 75 por ciento.
Esto es lo que llevó a que Pignanelli impulsara el desarrollo de este pacto que le presentarán este martes al presidente Fernández en el salón de acto del Smata donde le expresarán el nivel de acuerdo alcanzado y propondrán la necesidad de elaborar una ley que proteja la industria automotriz teniendo en cuenta que la Argentina es uno de los 19 países que fabrican autos en el mundo. “Una Ley Nacional para la Industria Automotriz será el instrumento para que este actor fundamental para el desarrollo económico y social del país alcance todo su potencial. Nosotros siempre estuvimos a disposición del diálogo equilibrado, porque ésa es nuestra esencia. En la diferencia vamos a tener discusiones, pero siempre de las discusiones salieron los consensos”, indicó Pignanelli.
El modelo que propone este gremio se sustenta en los datos negativos que arrojó el paso del macrismo por el gobierno nacional. Por caso, de los 230 mil puestos de trabajo que mostraba esta industria en 2011, en la actualidad llega solo a 196 mil. Es preciso tener en cuenta que la sumatoria de los empleos indirectos que produce esta industria eleva la cifra a 650 mil empleados, pero que no implica un dato positivo en el marco de la crisis económica que desató el macrismo. De acuerdo a las previsiones y estudios que se realizaron al momento de acordar este pacto social, se prevé que para 2030 la industria automotriz alcance los 770 mil puestos de trabajo directos y hasta 1,3 millones de trabajadores entre puestos directos e indirectos.
Este acuerdo que se alcanzó en los últimos días es fruto de un trabajo que comenzó en febrero pasado por iniciativa del Smata donde confluyen además gremios como la Unión Obrera Metalúrgica, los obreros curtidores, trabajadores químicos y petroquímicos, textiles, camioneros y los del sindicato del vidrio junto a la Asociación de Fabricantes y Distribuidores de Repuestos para Automotores, la Cámara empresaria autopartistas, la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), la asociación de concesionarios (Acara) y la asociación de empresarios metalúrgico (Adimra). Todo esta tarea fue coordinada por la Escuela de Negocios de la Universidad Austral. La intención es que este pacto se traduzca en una ley de la industria automotriz que, según entienden estas organizaciones, permita desarrollar toda la cadena de valor de la actividad y eso es lo que le propondrán al presidente Fernández en la sede del Smata en avenida Belgrano 665.
"Smata tiene como prioridad la defensa del trabajo. Cada vez que en Argentina hubo un acuerdo social, con un Plan estratégico de desarrollo, hubo crecimiento. Con la unidad como bandera, el Smata cree en la cultura del encuentro, y en la capacidad de tener un proyecto autónomo y nacional para que se recupere la industria automotriz, con el objetivo de ser destino de inversiones y de colocación de mano de obra calificada en otros países. Este plan es el ejemplo vivo del pacto social que propuso nuestro presidente Alberto Fernandez", indicó a este diario el exdiputado nacional Julián Domínguez que fue uno de los representantes del gremio de mecánicos en la tarea de alcanzar el pacto social.
Según los estudios que realizó este grupo, la industria automotriz tuvo en 2011 un impacto positivo en el PIB del 1,04 por ciento. Durante el gobierno de Macri ese impacto llegó apenas al 0,8 por ciento. Las metas que presenta este acuerdo entre trabajadores y empresarios del rubro automotor asciende al 2 por ciento para el año 2030. “Debemos tomar conciencia de que las reivindicaciones que el pueblo trabajador espera y merece no se cristalizarán en el corto plazo. La destrucción del tejido social y la matriz productiva ha sido muy profunda, sentar las bases para reconstruir la Patria demandará entendimiento, voluntad y paciencia en todos los estamentos sociales. Nuestro compromiso es sumar a esa reconstrucción desde el aporte de ideas, como lo es este Plan Estratégico 2030 que presentamos”, aseguró Mario “Paco” Manrique, secretario adjunto del Smata.