Familiares de los siete detenidos que murieron en un incendio en la Comisaría 1º de la ciudad bonaerense de Pergamino denunciaron que, antes del siniestro, recibieron mensajes en los que los detenidos decían que “la policía les estaba tirando tiros”, que “los iban a acuchillar” y advirtieron que los policías “en ningún momento intentaron salvarlos”. Además, aseguraron que los bomberos “tardaron más de cuarenta minutos” en llegar a la seccional. El intendente de Pergamino, Javier Martínez, pidió que la Justicia investigue la “cadena de responsabilidades” para determinar las causas por las que murieron los detenidos. Y el fiscal del caso, Nelson Mastorchio, titular de la Fiscalía 3 de esa ciudad, separó a la Bonaerense de la investigación.
Osvaldo Perrota, tío de Federico, quien falleció en el incendio, contó a PáginaI12 que el joven “a las 18.50 le envió un mensaje de texto a su madre en el que le decía que la policía estaba entrando y que los iban a acuchillar”. “Inmediatamente su madre se dirigió a la comisaría. Al llegar, ya se encontraban algunos familiares, y no la dejaron entrar, pero ya era tarde. Ya estaba apostada la infantería”, detalló.
Respecto al incendio, Perrota informó que los detenidos “prendieron fuego los colchones porque querían llamar la atención para que los sacaran de ahí adentro dado que estaban hacinados, pero es totalmente falso que hayan usado alambres, los ataran a las rejas y que por eso la policía no ingresó”.
Por su parte, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) responsabilizó por las muertes al Estado provincial. “Lo que ocurrió no es una casualidad, es la consecuencia directa y totalmente previsible de una política criminal y de seguridad centrada en el encarcelamiento que presiona sobre un sistema penitenciario en crisis crónica por el hacinamiento y la violencia”, señaló la entidad en un comunicado, que además recordó que “el alojamiento de detenidos en comisarías está prohibido desde el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso ‘Verbitsky’ en 2005 que declaró que el encierro en estas dependencias es inconstitucional”. El organismo señaló que la provincia de Buenos Aires debe discutir “una ley de control de sobrepoblación que permita revertir esta crisis humanitaria en las cárceles y comisarías bonaerenses”.
Ayer, en diálogo con este diario, el tío del joven Perrota contó que un sobreviviente “contó que en el momento en que incendiaron los colchones, la policía se retiró del lugar, en ningún momento intentaron salvarlos, los dejaron morir”, Además, dijo, “la policía quiere quitarse responsabilidad de lo que pasó, esa es la verdad”.
Antes de morir, “los chicos se fueron pasando el celular entre ellos para avisarle a sus familiares que fueran a buscarlos porque los iban a matar” añadió Perrota.
Ariel, tío de Franco Pizzarro, recordó que se enteró de lo que estaba sucediendo cerca de las 18.20, cuando recibió un mensaje de texto de su sobrino en el que le pedía que por favor lo sacara de la comisaría porque lo iban a matar y le estaban tirando tiros. “Me decía venite a la comisaría por favor, me pedía que lo saque, que lo iban a matar, que le estaban tirando tiros. Nos están tirando tiros, venite, nos matan, nos matan. Todo por mensaje, nada de audio”, narró el tío de Pizarro.
Unos 15 minutos después, al llegar a la comisaría, vio humo y la policía le dijo que se quedara tranquilo, que había habido una pelea pero que ya estaba “todo bien”. “Los bomberos tardaron cuarenta minutos y están a diez cuadras y, lamentablemente, por los siete chicos que estaban en el calabozo, ya no pudieron hacer nada”, concluyó.
Por su parte, Ana, esposa del fallecido John Mario Chillito Claros, de nacionalidad colombiana y detenido en el marco de una causa por drogas, contó en declaraciones televisivas: “Me mandó mensajes pidiéndome que lo vaya a ayudar por favor, todos los chicos que tenían celular adentro mandaron mensajes a sus familiares diciendo que se estaban por morir”.
Néstor Líber Álvarez, abogado de Alan Córdoba, uno de los fallecidos, contó que Claudia, la madre del joven, recibió un mensaje en el que su hijo le alertaba que habían golpeado a otro de los detenidos, Juan José “Noni” Cabrera. “Mamá, decile a papá si puede ir a la casa del ‘Noni’ ahora así viene la madre, este chico está todo roto. Haceme el favor”, decía el mensaje enviado por Córdoba, según relató su defensor a la prensa.
“Ahora cuando empieza Claudia a recibir los mensajes, son muy claritos. La represión era policial y era la Policía la que estaba fogoneando toda esta situación”, relató el abogado de Córdoba.
Por otro lado, el fiscal que investiga lo sucedido, Nelson Mastorchio, titular de la Fiscalía 3 de esa ciudad, realizó ayer una inspección ocular en los calabozos de la dependencia y se entrevistó con los familiares de las víctimas, a quienes pidió que guarden los mensajes que de texto que les enviaron los reclusos con pedidos de ayuda antes de morir. “Esta mañana (por ayer) me entrevisté con todos los familiares de las víctimas y les pedí que preserven todo el material para incorporarlo a la causa”, expresó Mastorchio, quien también decidió separar a la policía bonaerense de la investigación y ordenó que los Bomberos de Junín practiquen un peritaje para determinar dónde fue el inicio del incendio y qué tipo de colchones había dentro del pabellón.
Por otra parte, el intendente de Pergamino, Javier Martínez, pidió que la Justicia investigue la “cadena de responsabilidades” para determinar las causas por las que murieron siete presos de la comisaría primera de esa ciudad bonaerense, y negó que el origen del motín haya sido una pelea entre dos presos que supuestamente estaban alojados en el mismo pabellón y que habían sido apresados por una violación ocurrida días atrás en Pergamino.