El papa Francisco abolió el “secreto pontificio” para los casos de abusos sexuales de menores, informó el Vaticano. La decisión, que está contenida en una “Instrucción sobre la reserva de las causas”, ha sido promulgada gracias a un “Rescriptum ex audientia” que detalla en varios artículos las medidas que se deberán tomar de ahora en más en materia de abusos sexuales. Esta nueva decisión significa, además, que las magistraturas de otros países podrán tener acceso a los actos de los procesos canónicos contra violadores. El secreto de confesión, en cambio, permanece sin alteraciones, pese a que algunos países, como Australia e India, habían pedido que los sacerdotes denunciaran los abusos conocidos a través de la confesión de los fieles.
El artículo 1 del nuevo documento establece que “no son cubiertos por el secreto pontificio las denuncias, los procesos y las decisiones” que tienen que ver con los abusos sexuales de menores. El artículo 2 dice que el secreto pontificio queda eliminado también para los casos en que esos delitos “fueron cometidos en concomitancia con otros delitos”. La reserva, es decir el “secreto pontificio” ahora suprimido, deja en vigencia lo que legalmente se llama “secreto de oficio” que prevé tutelar la buena fama, la imagen y la esfera privada de las personas involucradas”.
El artículo 4 establece que el secreto de oficio no debe obstaculizar el trabajo de las autoridades judiciales y estimula una mayor colaboración con las magistraturas de los distintos estados.El decreto también modifica el límite de edad a partir del cual la Iglesia no considera entre los delitos más graves la posesión y la distribución de material sexualmente explícito que involucre a menores. Hasta ahora, el límite era si refería e incluía a chicas y chicos de hasta 14 años; en adelante, se considerará delito si incluye a menores de 18.
"A quien efectúa la denuncia, a la persona que afirma haber sido ofendida y a los testigos", prevé finalmente el artículo 5, "no se le puede imponer ningún silencio sobre los hechos de la causa".
Por último, Francisco estableció que ahora podrá ser un laico quien se desempeñe como abogado y como fiscal en las causas de abusos ante los tribunales diocesanos y de la congregación para la Doctrina de la Fe -que establece las reglas doctrinarias de la Iglesia- , un rol que antes debía ser cumplido por un sacerdote.
El papa Francisco había prometido para “antes de fin de año” un documento que cambiaría las reglas internas de la Iglesia en materia de abusos sexuales. Así lo dijo al concluir el encuentro sobre este tema que hizo con los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo y personas abusadas, en febrero en el Vaticano, y cuyo resultado no conformó a las organizaciones de víctimas de abusos que se hicieron presentes en torno al Vaticano en esos días.
Además del actual documento, en mayo el papa Francisco dió a conocer una Carta Apostólica en forma de “Motu Proprio” (documento de propia iniciativa titulado “Vos estis lux mundi”, Ustedes son la luz del mundo), con una serie de normas que reglamentan los procesos a los miembros de la Iglesia acusados de abusos sexuales y que entraron oficialmente en vigor el 1 de junio de 2019. Los 19 artículos de este Motu Proprio aclararon que “se aplican sin perjuicio de los derechos y obligaciones establecidas en cada lugar por las leyes estatales, en particular las relativas a eventuales obligaciones de información a las autoridades competentes”. Lo que significa que en cada país deberán ser respetadas las normas en materia de denuncias de abusos sexuales. En este Motu Propio se estableció que “todas las diócesis deberán establecer en el término de un año, un sistema accesible al público para las denuncias de casos de abusos sexuales. Entre los denunciantes están incluidos todos los clérigos pero también religiosos y religiosas que tengan noticias de esos abusos.
El documento indicó que la Iglesia no sólo deberá juzgar a los abusadores sino también a quien los encubra. La decisión parecería ir en línea con lo que quedó registrado y demostrado como estrategia en numerosos países: algunos obispos trasladaban a los acusados para evitar problemas y ocultaban las denuncias.
El anuncio del nuevo documento del papa coincidió con la renuncia obligada del embajador vaticano en París, es decir el nuncio apostólico en Francia, Luigi Ventura, quien está bajo investigación judicial por presuntos abusos sexuales contra dos jóvenes funcionarios de la intendencia parisina. Ya en julio pasado el papa había retirado la inmunidad diplomática a su representante en Francia, una revocatoria de la inmunidad que había sido solicitada por la justicia francesa y el ministerio del exterior de ese país. Otra denuncia por presuntas molestias sexuales había sido presentada contra Ventura en Canadá donde había sido nuncio entre 2001 y 2009.