Avanza la primera denuncia presentada en tribunales federales de Argentina por delitos de lesa humanidad en Bolivia. El Comité de Solidaridad con los Pueblos Latinoamericanos presentó el viernes 29 de noviembre en la ciudad de Córdoba una querella contra el actual gobierno de facto. Denuncia un plan sistemático de violaciones a los derechos humanos en el país del altiplano, y exige condenas por los delitos cometidos bajo el amparo del Estado. Aunque aún no hay respuestas formales desde la justicia, el Comité (compuesto por diversas organizaciones sociales, sindicatos y colectivos de derechos humanos) mantiene activa la causa incorporando pruebas tales como la denuncia de la Asamblea Legislativa de Bolivia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ahora, el colectivo convoca a un “firmazo solidario” este jueves a partir de las 10 de la mañana, en la sede cordobesa de Tribunales para sumar organizaciones sociales a la querella.
En la denuncia, el Comité no duda en ponerle nombre y apellido a los responsables de los delitos de lesa humanidad cometidos en Bolivia a partir del 20 de octubre, día de las elecciones : la lista incluye a “la actual Presidente Autoproclamada senadora por la oposición Jeanine Añez, sus ministros de la Presidencia Jerjes Justiniano, de Gobierno Arturo Murillo, de Comunicación Roxana Lizárraga, de Defensa Fernando López, de Justicia Alvaro Coimbra, los dirigentes opositores Luis Fernando Camacho y Carlos Mesa, junto con los responsables de las FFAA Comandante Carlos Orellana Centellas y su antecesor Williams Kaliman, y de la Policía Nacional Boliviana, Vladimir Calderón y su sucesor”.
Todos ellos participaron en la planificación y ejecución del golpe de Estado, según la denuncia presentada por el abogado Rafael Ortiz en representación del Comité. Mediante ese plan organizado para derrocar al presidente y vicepresidente electos hasta el 22 de enero de 2020, Evo Morales y Alvaro García Linera, se practicaron “diversos actos de terror generalizado y sistemático” contra las autoridades legítimamente electas y en ejercicio.
Entre esos actos, mencionan la persecución a los partidarios del MAS para eliminar su participación política e institucional mediante “torturas, vejaciones públicas, incendio (como la sede de las Seis Federaciones Cocacoleras del Trópico del Chapare y del MAS), saqueos de viviendas (como la del propio presidente en ejercicio de la ciudad de Cochabamba) y lugares públicos (quema de centros electorales), secuestro de familiares y coacción afectando su integridad física para imponer la renuncia de los funcionarios (como de la hermana del Presidente en ejercicio, Esther Morales Ayma ), la vejación pública de la alcaldesa de la ciudad de Vinto, Cochabamba, Patricia Arce el 7 de noviembre, así como la quema y pisoteo de símbolos indígenas como la wiphala ”.
Fue el propio ministro del gobierno autoproclamado, Arturo Murillo, quien legitimó ese accionar declarando que empezaba la cacería de los representantes del MAS y que los mismos ya podían empezar a “correr”. Murillo abrió la puerta peligrosamente al “uso indiscriminado e ilegal de armas de guerra por parte de los grupos paramilitares y las fuerzas combinadas de las Fuerzas Armadas y de la Policía”, denuncia el Comité.
El plan diseñado para la toma ilegal del poder incluyó “la impunidad para las fuerzas de seguridad responsables de las matanzas de decenas de civiles y heridas a centenares de ellos, a través del Decreto 4078 ” que impide declarar responsables de esos ilícitos de lesa humanidad a las fuerzas militares. La querella menciona en la misma línea el decreto que otorga la suma de cinco millones de dólares para equipamiento y armas a las fuerzas de seguridad.
El colectivo de derechos humanos también se refiere a la cobertura mediática del conflicto. Al respecto, entiende que “la represión al derecho de manifestarse de los pueblos indígenas y campesinos es brutal y los medios de prensa locales no muestran esta realidad. Bajo esos mismos propósitos diseñaron la persecución, la censura, el ataque de medios como Bolivia TV y la radioemisora Radio Patria Nueva, Abia Yala TV, a consecuencia de lo cual algunos periodistas locales fueron objeto de vejaciones públicas atándoselos en árboles como le ocurrió a José Aramayo de Prensa Rural”. En el mismo medio trabajaba el argentino Sebastián Moro , que falleció el 16 de noviembre en circunstancias dudosas.
El saldo del accionar represivo orquestado y legitimado desde el gobierno de facto incluye “el asesinato de 34 personas, más de mil heridos, más de mil detenidos ilegalmente y decenas de personas asiladas en Embajadas sin salvoconducto para salir al exilio”. Para el Comité, la conducta que desplegaron los denunciados encuadra en los tipos delictivos de tentativa de homicidio calificado reiterado, torturas, privación ilegítima de la libertad calificada reiterada, coacción e incendio calificados.
Para exigir condena a los actores culpables de delitos de lesa humanidad, el colectivo acudió a fallos como el del 30 de octubre de 2014, que juzgaba crímenes del franquismo en Argentina. Tanto ese caso como el de la presente denuncia se encuadran dentro de los "casos previstos en convenios internacionales de los que la República Argentina es parte", como por ejemplo la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU.
“El Comité de Solidaridad fue conformado a raíz de una convocatoria de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba. La Mesa es un espacio de articulación entre organismos como H.I.J.O.S., Abuelas, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, sindicatos y organizaciones sociales”, destaca Virginia Carranza, docente de Historia y Subsecretaria de la Secretaría de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Carranza estuvo trabajando en la coordinación el Comité. Sobre la decisión de presentar una denuncia contra el gobierno de facto de Bolivia, explica en diálogo con Página/12 que esto responde al “sedimento de aprendizajes sociales y políticos que nuestra historia nos ha dado. Si hay una fortaleza en nuestra democracia y cultura política es haber sostenido, no sin esfuerzo y no sin adversidades de todo tipo, los procesos de Justicia”.
La docente de la UNC reconoce que decidieron presentar la denuncia “tomando el ejemplo del juzgamiento de los crímenes del franquismo en Argentina. Entendemos que Memoria y Verdad son los pilares necesarios para la construcción de los pueblos”.
En relación a la continuidad de la causa, Carranza afirma que “se agregaron pruebas la semana siguiente a la presentación de la denuncia y se van a sumar más querellantes. La justicia lo único que hizo hasta ahora fue recibir la denuncia y asentarla. Ahora empieza la feria judicial que se prolonga hasta febrero, por eso queríamos hacer este acto político el jueves en tribunales de Córdoba, para mantener viva la llama de la denuncia“.
Informe: Guido Vassallo.