Opiniones sobre mi cuerpo, consejos sobre sexualidad no solicitados o comentarios desubicados durante la consulta por parte de médicos ginecólogos, a la hoguera. Ni que hablar sobre roces confusos durante la revisación o invitaciones poco claras: hoguera y lanzallamas. Y fuego eterno para las instituciones y colegas de estos médicos que encubren de manera cómplice. Y para la justicia, que ofrece pocas soluciones a la víctima porque “es tu palabra contra la del médico”. El acoso, abuso y la violencia en los consultorios ginecológicos también son temas que no deberíamos callar más.
*editora, escritora y docente.