En 2016 Paula Andrade consiguió una residencia artística en Finlandia. Un viaje que repitió al año siguiente. Y cualquiera que viniera siguiendo su derrotero autoral hubiera esperado un shönen argento ambientado en los hielos eternos nórdicos. Quizás ella misma lo esperaba. Pero lo cierto es que esas residencias van marcando un proceso introspectivo y reflexivo sobre su propio trabajo historietístico y llevan a Andrade a abrevar en el cómic autobiográfico, un género que ella no había transitado realmente hasta ahora. Se trata de Rakas, un tango a 12.938 km de distancia, publicado por Gutter Glitter.

Es interesante leer el recorrido autoral y editorial de Andrade. Comenzó en pequeñas antologías con material propio y de colegas, editadas en su propio sello. Siguió con un recopilatorio de ilustraciones y otro de historietas cortas, antes de recalar en Cría cuervos, su primera novela gráfica. En el medio, obtuvo cierta notoriedad internacional cuando Frank Miller se topó en Rosario con un dibujo suyo y se lo compró para incluir en una continuación de la mítica historia de persas y espartanos 300. Y ahora, Rakas.

El fuerte autoral de Andrade siempre estuvo en el dibujo, poderoso y vibrante, pero con espacio para los matices. En lo simbólico resultaba claro que la autora estaba desarrollando su iconografía y buscando la claridad meridiana para contar lo que lleva dentro. Esa búsqueda eclosiona en Rakas y eso marca el quiebre de género también en el relato. Queda atrás el shönen japonés, al menos en el sentido más explícito, y aparece la autobiografía.

La influencia del manga sigue ahí. Es parte insoslayable de lo que hace a Andrade, Andrade. No sólo en lo estilístico, también en lo narrativo. El concepto finés de “sisu” (parecido, pero no igual, al de resiliencia) es afín a la autosuperación de los mangas de aventuras, y hay ciertos modos en el tono (un pelín cursis) que también recuerdan a ese género de la historieta japonesa.

Lo “manga” de su obra persiste también en lo estilístico, pero la composición de página cambia. Por ejemplo, hay varias viñetas más por página en Rakas que en Cría cuervos, o una apelación a otros recursos narrativos menos lineales, casi infografías, para ofrecer al lector contexto y datos duros sobre Finlandia y su experiencia allí, que no aparecían en trabajos anteriores.

Uno de los aspectos más interesantes del proceso es que en Finlandia la autora también desnaturaliza situaciones y empieza a identificar lo “argentino” en su obra. Una influencia que no es sólo de temática, sino también de constricciones impuestas por el ecosistema autoral vernáculo. Históricamente machista y resistente a las voces que no se acoplan al molde de lo esperado, Andrade estuvo mucho tiempo en los márgenes de un circuito que no sabía en qué categoría ubicarla. Y ella lo sabe: con su obra se metió en circuitos que renegaban del manga y resistió el mandato de abordar las temáticas supuestamente “femeninas”. Su incursión a Laponia abre ahora una nueva etapa en su derrotero artístico. Una madurez autoral y, sobre todo, la certeza de que si no resbaló en el hielo nórdico, puede andar sin problemas en el áspero cemento porteño.

Lanzamientos

 

Amuleto (Kazu Kibuishi / Editorial Común)

Kibuishi avanza aquí en la construcción de una épica fantástica para niños. Lo más interesante de este tomo es que produce un quiebre en el enfrentamiento entre los protagonistas y el cada vez más fragmentado reino elfo. El auténtico enemigo, sugiere el autor, está en otro lado y tiene de su parte a la sombra y la desesperanza. Kibuishi sostiene la propuesta gráfica, que es muy sólida, pero lo mejor está en el guión. Aunque es conveniente leer los tomos anteriores, se sostiene bien sólo.

Tres veranos (La Watson / Maten al mensajero)

La Watson explora aquí las posibilidades de la narración con imágenes y plantea secuencias muy laxas, que operan más como destellos de situación que como acción concatenada. La autora propone ver el verano desde un punto de vista excéntrico, corrido de lo que habitualmente es protagónico: objetos, detalles, planos recortados de una panorámica. El sopor del mediodía estival (y vacacional) deviene aquí en clima gráfico y al mismo tiempo, representación de todos los posibles veraneantes.

El Ziggurat (Eduardo Mazzitelli y Quique Alcatena / Historieteca Editorial y Puro Comic Ediciones)

Mazzitelli y Alcatena recorren acá el imaginario gráfico y simbólico de la antigua Sumeria con una variante del relato del rey y el mendigo. Aunque menos profundo que en otras historias de la dupla, aquí vuelven a las cuestiones del poder y la ambición. Lo más atractivo pasa por la dedicación que Alcatena, no sólo por las toneladas de documentación para cada viñeta, sino por el amor con el que lleva el universo iconográfico de Sumer a sus páginas con imágenes vibrantes y repletas de intriga.

Ladrones y Mazmorras vol.2 (Rodolfo Santullo y Jok / LocoRabia y Grupo Belerofonte)

Más allá de magos, caballeros y dragones, hay un elemento imprescindible en el imaginario aventurero: los bribones y los tesoros por descubrir (si están bajo un dragón, mejor). Santullo y Jok se concentran en este aspecto de la vida aventurera y les sale muy bien. Fue publicada originalmente en el portal Aces Weekly (de David Lloyd) como aventuras autoconclusivas apenas ligadas por sus personajes y algo de desarrollo. Una gran opción para disfrutar de la fantasía épica sin solemnidades.


Viñetas

Dora, en Angouleme

La novela gráfica de Ignacio Minaverry Dora 4, que en Argentina se publicó bajo el título Dora. Amsel, Vogel, Hahn, figura entre los seleccionados del Festival Internacional de la BD de Angouleme, Francia, el más prestigioso de Europa. La saga de Dora narra las investigaciones de una joven que sigue la pista de nazis en la posguerra para enjuiciarlos. Comenzó a publicarse en la revista Fierro.

Termina Dibujadxs

“El Dibujados que viene es el último: cumplimos 10 años, es el número 20 y estamos cansados”. Con esas palabras, sencillas y sinceras, Luis Roldán, historietista y uno de los organizadores del festival de historieta “ultraindependiente”, anunció junto con sus compañeros el fin del ciclo. Después de la próxima edición (abril de 2020, en la ya clásica sede del Teatro El Mandril), sus organizadores volcarán todas sus energías a sus respectivos proyectos personales. “Empezó con una muestra de 40 dibujantes en un hostel y se convirtió en esto”, agregó Roldán a modo de balance. “Esto” son dos muestras anuales, un centenar de stands por edición y una cita ineludible en el calendario comiquero. Roldán arengó a seguir trabajando. “Si Dibujados se termina, es el momento para que cualquiera de ustedes tome la posta: hay que poner tiempo y no dejarlo para mañana o esperar a que otro lo organice”.

Una nueva editorial
Multiversal Ediciones lanzará en 2020 tres títulos con el apoyo del programa Espacio Santafesino. El sello está liderado por Mariano Abrach y es una ampliación de sus actividades como distribuidora. Además, ya se anunció su integración al colectivo editorial BS (junto con La Pinta, Le Noise y Szama Ediciones, que también publicó sus primeros libros gracias a Espacio Santafesino). La primera colección de Multiversal será “De exportación”, contó Abrach a Página/12 y busca “repatriar el trabajo que dibujantes argentinos hicieron para afuera y no se conoce tanto aquí”. El primer título será Ichabod Jones, del norteamericano Russell Nohelty y el rosarino Renzo Podestá (El aneurisma del chico punk y otros).