Por suerte a veces falla. Y falló. Mauricio Macri no hizo más que sabotear el Parlasur. Pero sobrevivió, funciona y hasta produce inauditos niveles de consenso. Un argentino, Oscar Laborde, acaba de ser votado presidente del organismo por 68 votos sobre 69. O sea por la bancada progresista y por la bancada conservadora de argentinos, paraguayos, brasileños, uruguayos, paraguayos e incluso venezolanos
Laborde preside el bloque del Partido Justicialista-Frente para la Victoria, que ahora debe cambiar de piloto. Será proclamado en el nuevo cargo el 1° de enero en reemplazo del uruguayo Daniel Caggiani, del Frente Amplio. La presidencia dura un año y rota por país.
Laborde fue propuesto sin fisuras por el bloque PJ-FpV. Esa parte no sale de la normalidad. Los que sí se escapan de lo habitual son los capítulos siguientes.
El primero es que todos los parlamentarios argentinos menos uno, Alberto Asseff, aprobaron la elevación de Laborde a presidente. Todos menos uno incluye a los del PRO y a los cuatro radicales, que sin separarse de los macristas puros y formar otro bloque a la vez se movieron como grupo. Entre los parlasures PRO la figura más llamativa del apoyo es la de Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, el jefe de la mesa de operaciones judiciales que funcionaba en la Casa Rosada con Mauricio Macri de Presidente. Los otros PRO son Osvaldo Mércuri (de origen peronista, cercano a los cambiemitas de Emilio Monzó) y Daniel Ramundo. El radicalismo endosó la propuesta mediante el voto de María Luis Storani y Lilia Puig y las notas de Gabriel Fidel y Mónica Aguirre, de Mendoza y Jujuy.
De las bancadas no argentinas una novedad fue el apoyo de Williams Dávila, diputado a la Asamblea Nacional venezolana por la Mesa de Unidad Democrática, una de las fuerzas de oposición a Nicolás Maduro.
El otro dato saliente fue el voto afirmativo de Celso Russomanno, diputado nacional brasileño de la bancada que responde al presidente Jair Bolsonaro. Ex periodista, en 2014 alcanzó el record de convertirse en el segundo diputado más votado de Brasil, con un millón y medio de votos.
Tanto los parlasures de Juntos por el Cambio como los venezolanos opositores y los brasileños oficialistas votaron por Laborde aun cuando el candidato puso todas las cartas sobre la mesa. En su discurso de aceptación de la propuesta argentina dijo que reconocía la existencia de problemas en Venezuela y llamó a resolverlos por el diálogo, con la eventual colaboración del Parlasur, rechazó cualquier salida intervencionista y pidió elecciones prontas en Bolivia.
“La región fue perdiendo instancias de diálogo”, dijo Laborde a Página/12. “La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Celac, está congelada y Unasur está paralizada”, opinó. “En este cuadro el Parlamento del Mercosur, como representante de los pueblos, puede ser una herramienta útil para que convivan y conversen dirigentes políticos de distintas extracciones y afines a diferentes gobiernos. Ya nos conocemos todos y tuvimos nuestro momento de discursos encendidos. Ahora tenemos que aportar a la integración desde donde estemos.” Añadió Laborde que, tal como recordó haberlo dicho en su discurso en la sede de Montevideo, “todos los parlamentarios somos expresiones del voto y por eso no tenemos que dejar que se achiquen los espacios democráticos”.
Para las últimas elecciones Macri, por decreto, anuló en mayo la convocatoria a votar por nuevos representantes ante el Parlasur. La excusa fue que cancilleres del grupo habían resuelto anular las votaciones directas, que ya se aplicaban en la Argentina y en Paraguay. Antes Macri les había quitado todo tipo de remuneración fija a los delegados.
Ante un planteo del Frente de Todos, el 22 de octubre la Cámara Nacional Electoral le ordenó al Poder Ejecutivo que convoque a elecciones de parlasures. “La pretensión de una mera declaración de cancilleres desconsidera los principios democráticos de la Constitución de la Nación Argentina”, dijo la CNE, máxima instancia de la Justicia electoral. “El Poder Ejecutivo Nacional incumplió con el derecho vigente”, estableció en un fallo firmado por los jueces Santiago Corcuera y Alberto Dalla Vía.
Este diario pudo saber a través de altos funcionarios que el nuevo Gobierno está interesado en revisar la decisión de Macri.