Argentina posee una de las mayores reservas de litio en el mundo (la cuarta por detrás de Australia, Chile y China), recurso que se posiciona cada vez más como un factor vital para el desarrollo industrial. Actualmente, su uso es comúnmente conocido por las baterías que utilizan diversos dispositivos, más que nada los teléfonos celulares, que son fabricadas en el exterior e importados a nuestro país. Sin embargo, algunas universidades nacionales ya desarrollan en conjunto modelos propios, destinados a reemplazar a los importados y a enriquecer el mercado nacional.

“En 2011, el doctor Arnaldo Visintin del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA) en La Plata y el doctor Juan Collet de la Comisión Nacional de la Energía Atómica (CONEA) venían trabajando en el tema de baterías al igual que yo, que venía interesando también en el tema tanto en lo científico como en lo económico debido a los yacimientos nacionales”, explicó el responsable del Laboratorio de Energías Sustentables (LAES) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Daniel Barraco, al Suplemento Universidad.

“Nos propusimos aunar esfuerzos a los fines de poder acceder, en el laboratorio y luego a nivel industrial, a la tecnología de las baterías de litio que había en el mercado y luego a las que se estaban investigando para el futuro”, añadió.

Con este objetivo en mente, e inmediatamente luego de esa reunión con Visintin y Collet, Barraco contactó a Ezequiel Leiva, doctor en físicoquímica, y formó el LAES, espacio actualmente coordinado por el CONICET; las facultades de Ciencias Químicas; de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y la de Matemática, Astronomía y Física de la UNC; que además trabaja junto al INIFTA y a un grupo del CONICET de la Universidad de Catamarca.

Tras años de trabajo, este ambicioso grupo de investigación logró desarrollar “materiales conocidos que exhiben las mismas capacidades que los comerciales”, aunque la prioridad es, según Barraco, buscar “vías alternativas” que permitan producir a partir de materia prima existente en el país. “Esto nos podría hacer competitivos en la fabricación de materiales ya conocidos, que se requieren en el mercado de baterías. Aparte de esto, desarrollamos materiales inéditos, que presenten alguna ventaja competitiva con los existentes: costos, velocidad de cargado y durabilidad. Todo con el propósito de tratar de dar valor agregado a nuestro litio”, afirmó el director del LAES, quien además describió a los resultados obtenidos hasta ahora como “muy satisfactorios”.

El proyecto salió adelante también gracias a la colaboración de la división Tecnología de YPF, y ante la nueva gestión presidencial de Alberto Fernández, Barraco insistió en que el convenio debe continuar “ya que los desarrollos tecnológicos requieren de un apoyo sostenido, más allá de los subsidios usuales para investigación, que son muy competitivos y cuya obtención no está garantizada”.