El gobierno de Mauricio Macri se despidió dejando en el tercer trimestre del año 1.282.423 desocupados, el 9,7 por ciento de la población activa, de acuerdo con el Indec. Esto representó un incremento de 0,7 puntos respecto de los registros de igual trimestre del 2018, cuando comenzaba a profundizarse la recesión económica. La subocupación, trabajadores que no alcanzan a cumplir una jornada laboral completa de 35 horas semanales, aumentó un punto porcentual al pasar de 11,8 a 12,8 por ciento de la población. Se trata de 1.692.270 personas ocupadas a medio tiempo producto de los recortes de horarios laborales y los altos niveles de capacidad instalada ociosa.

En los últimos años comenzó a cobrar importancia un indicador de la actividad fabril, la capacidad instalada, clave para entender el volumen de inversión en maquinaria e instalaciones que está listo para usar pero no es rentable ponerlo en marcha. En promedio existe un 40 por ciento de esa capacidad sin usar, pero ese porcentaje es mayor en actividad mano de obra intensiva. El resultado es una reducción de las nóminas laborales y de la cantidad de horas empleadas. Según el Indec, el nivel de actividad en el tercer trimestre fue de 47,2 por ciento, 0,5 puntos menos que un año atrás, pero 0,5 puntos más que el trimestre previo. En ese lapso el nivel de empleo fue de 42,6 por ciento de las 13.220.865 personas que integran la población económicamente activa, igual que el trimestre previo y apenas 0,1 más que en 2018.

Las cifras corresponden al total de aglomerados urbanos. La tasa de ocupados demandantes de empleo, a quienes el ingreso por su actividad principal no les alcanza para vivir, tocó su máximo en la serie anual, al registrar una cifra de 18,6 por ciento. “De este modo, la presión sobre el mercado de trabajo (calculada con base en la suma de los desocupados abiertos, los ocupados demandantes y los ocupados no demandantes disponibles) se ubica en el 34,4 por ciento”, detalla el comunicado del ente estadístico que conduce Marco Lavagna. En lo que respecta a la tasa de desocupación por grupos de sexo y edad, el mayor desempleo corresponde a las mujeres de 14 a 29 años, para quienes la tasa asciende a 22,6 por ciento.

Entre quienes están ocupados también hay diferencias. Del 42,6 por ciento de la población empleada, el 23,2 por ciento está conformado por ocupados plenos, un 6 por ciento de subocupados, que trabajan menos de 35 horas semanales y buscan sumar horas, y un 12 por ciento por sobreocupados (aquellos que trabajan más de 45 horas semanales). Las principales ramas empleadoras son el comercio, con el 18,2 por ciento del total de ocupados, seguido por la industria manufacturera, con el 11,7 por ciento, y el sector de servicios financieros, de alquiler y empresariales, con el 11,7 por ciento. “También se destaca un 9,3 por ciento de ocupados en la construcción, un 8,5 por ciento en la enseñanza y un 7,4 en el servicio doméstico”, agrega el informe.

La destrucción de puestos de trabajo registrada a lo largo de los últimos cuatro años fue acompañada por otros dos procesos: la pérdida en la capacidad de compra de los salarios y la precarización en las condiciones laborales. Como resultado de las transformaciones en el mercado de trabajo asociadas a la política económica implementada durante el gobierno de Mauricio Macri, la fragilidad laboral escaló hasta 39,7 puntos en el segundo trimestre de 2019. El indicador elaborado por el CITRA de la UMET marcó así un incremento del 9 por ciento frente a los valores observados en el mismo período de 2016. La exacerbación del deterioro a partir del año pasado fue acompañada por un alza de 13 por ciento en la fragilidad laboral en los segundos trimestres de 2018 y 2019. Mujeres y jóvenes son los sectores más afectados por la pauperización en las condiciones del mercado de trabajo.

Si se analiza la situación por nivel educativo, el 27,4 por ciento de los ocupados posee el secundario completo, el 25,2 por ciento el nivel superior o universitario completo y el 15,8 por ciento el secundario incompleto, según el relevamiento del Indec. “La relación de parentesco de los desocupados está compuesta en un 27,4 por ciento por jefes y jefas de hogar, en un 18,8 por ciento lo integran cónyuges y en un 44,1 por ciento por hijos e hijas del jefe o jefa de hogar. Finalmente, del análisis de la distribución de la población desocupada con relación al tiempo de búsqueda de empleo, se evidencia que el 38 por ciento de los desocupados lleva más de un año de búsqueda, mientras que el 23 por ciento lleva de uno a tres meses buscando empleo y el 14,9 por ciento acumula de 6 a 12 meses de búsqueda.