El juez federal Nº 2 Francisco Miño dictó ayer la prisión preventiva del ex jefe de la Policía Federal en Santa Fe, Mariano Valdés, y del segundo, Higinio Bellaggio y hoy los indagará por los cargos que les imputó el fiscal federal Walter Rodríguez: supuesta “confabulación para el transporte de estupefacientes”, “abuso de autoridad”, “incumplimiento de los deberes de funcionario público”, “sustracción de pruebas” y “falso testimonio”, entre otros. El juez coincidió con el Ministerio Público que los dos comisarios “utilizaron sus altas jerarquías en la fuerza para fines individuales” y pusieron “los bienes del Estado nacional a disposición de una empresa delictiva”. Por lo tanto, deben seguir detenidos porque si quedan libres o en prisión domiciliaria, el “peligro” procesal es que podrían “entorpecer la investigación” y afectar los “elementos de prueba”, explicó el magistrado.

Miño ordenó la preventiva de Valdés y Bellaggio porque ayer vencía la cautelar que dispuso la jueza de Villa Constitución, Marisol Usandizaga, cuando la causa se investigaba en el fuero ordinario. Usandizaga decretó la medida el 24 de setiembre, la ratificó el 28 de noviembre y ayer, antes del vencimiento del plazo, el juez Miño les impuso la prisión preventiva y rechazó los planteos de la defensa. Valdés había pedido la domiciliaria y Bellaggio, la libertad. Hoy, se realizarán las indagatorias.

En su resolución, el juez recordó el fallo de la Cámara Federal de Rosario (sala B) del 6 de noviembre que confirmó el procesamiento y la prisión preventiva de otro ex jefe de la Policía Federal en Santa Fe, Marcelo Lepwalts por supuesto “encubrimiento agravado” del narcotráfico y “tenencia de estupefacientes”, entre otros cargos. Valdés reemplazó a Lepwalts, cuando éste fue detenido junto a tres subalternos, el 9 de mayo.

En ese fallo, la Cámara alertó sobre el “narcotráfico” en la provincia y el “impacto negativo” de excarcelar a “este tipo de probables delincuentes”, como los llamó. “La libertad provisional de estos policías genera” en el seno de la fuerza “desaliento y controversia sobre la utilidad de la prevención”, la “persecución” y “lucha contra el flagelo”. Ese contexto en Santa Fe que señaló la Cámara, ayer lo reiteró el juez Miño, como lo había hecho el fiscal Rodríguez –el lunes- cuando pidió la indagatoria de Valdés y Bellaggio por lo que llamó la “concertación de un plan y la realización de actos preparatorios del delito de tráfico de estupefacientes en su modalidad de transporte”.

Según el fiscal, los dos comisarios pusieron sus “altas jerarquías” y los “bienes del Estado” a “disposición de una empresa delictiva”. Y señaló como prueba el día en que fueron detenidos, el 20 de setiembre, cuando utilizaban “las instalaciones de la Delegación de la Policía Federal en Santa Fe”, pese a que la ex ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich había dicho que Valdés estaba “marginado de la actividad policial” y de su cargo.

Todas “estas circunstancias” valoradas en conjunto permiten “efectuar un pronóstico desfavorable sobre la futura conducta y obediencia procesal” de Valdés y Ballaggio si salen en libertad, dijo el juez. Y planteó que el “peligro” es que podrían “entorpecer la averiguación de la verdad” y “afectar elementos de prueba”.

En su dictamen, el fiscal mencionó los “episodios dirigidos a desviar la investigación”:

*La “sustracción” del bolso de Valdés que afectó “sensiblemente” la escena del hecho después del tiroteo de la autopista del 9 de setiembre. El bolso apareció en el allanamiento del 20, en Santa Fe, y luego la PSA detectó restos de drogas sintéticas.

*La “versión” de Valdés acerca de ese tiroteo en el que resultó herido que fue “refutada” por “filmaciones, pericias balísticas, testimonios” y otras pruebas.

*La “extracción de datos de los teléfonos celulares secuestradas a Valdés” revelan que “se habrían eliminado contenidos de interés” para la investigación. El fiscal menciona que borró la “aplicación de WhastApp” de un “abonado” de Buenos Aires de una línea de la Policía Federal Argentina.

*Y el mensaje que le envió a su acompañante en el tiroteo, la oficial Roxana González: “Importante. No hables con nadie sobre el tema por teléfono. Haceme caso. Ya te explicaré”.