Sin exclusividad. Sin restricciones de acceso. La apertura fue la consigna para la presentación en sociedad del flamante ministro de Cultura Tristán Bauer y parte de su gabinete. Salvo un par de filas dedicadas a las autoridades flamantes y personalidades indispensables como Estela de Carlotto, la Ballena Azul, la gran sala sinfónica del Centro Cultural Néstor Kirchner, estuvo abierta a quien quisiera asistir. Allí se congregaron artistas de distintas disciplinas, gestores culturales, editores, empresarios y productores. La mayoría afines ideológicamente con la gestión que asumió hace diez días, pero atravesados todos por un optimismo que se alimenta no sólo por la recuperación para la cultura del rango ministerial que le cercenó el macrismo, sino también por las declaraciones periodísticas del propio Bauer, que adelantó los ejes de su gestión (una extensa entrevista en PáginaI12 de ayer), o de alguno de sus designados (como Luis Puenzo al frente del Incaa). Ante una sala repleta marcó pautas programáticas y filosóficas de su cartera y anticipó algunos temas que ocuparán la agenda de 2020.

Bauer hizo especial hincapié en el respeto a los trabajadores de la cultura, “que fue un pedido especial de Alberto (Fernández)”, aprender de las mujeres, concebir la cultura en sentido amplio (mencionó el satélite Arsat, por ejemplo), sostener la diversidad cultural y un enfoque no centralista, mantener a su cartera activa en el mundo digital y extender el trabajo a la colaboración con otros ministerios. Además, adelantó que en 2020 se prestará atención al aniversario de Beethoven (y confió que ya estuvo charlando al respecto con el embajador alemán) y el aniversario del nacimiento y muerte de Manuel Belgrano.

Acompañarán a Bauer Ricardo Ferraro y María Rosenfeldt (ex directora de Canal Encuentro) en Tecnópolis; Martín Bonavetti (ex director de la TV Pública) y Verónica Fiorito (ex jefa de gabinete de Teresa Parodi) dirigirán el CCK; Esteban Falcón será el jefe de gabinete; Maximiliano Uceda, secretario de Gestión Cultural y Lucrecia Cardoso y Valeria González, secretaria de Industrias Culturales y Patrimonio, respectivamente.

La cultura, vapuleada en los últimos años por la gestión del vaciador Pablo Avelluto, ve una esperanza de crecimiento o, cuanto menos, de respeto por su actividad. De hecho, una de las declaraciones más significativas del flamante ministro fue pedir perdón a los trabajadores del ministerio por el maltrato y la degradación de la gestión anterior y agradeció la “resistencia” que ofrecieron, lo que le valió una ovación. El respaldo de esos trabajadores ya se advirtió la semana pasada en redes sociales, cuando circuló el video del saludo que los empleados le hicieron al cineasta, que respondió emocionado.

En la Sala Sinfónica Bauer fue recibido con parecido entusiasmo. Con cantitos de “Cultura es ministerio...” y todo el mundo de pie, una recepción idéntica a la que el auditorio prodigó a Carlotto y a Teresa Parodi (“tu gestión es nuestra bandera”, la elogió el orador). Es difícil imaginar a los funcionarios salientes del área caminando tranquilamente por la calle al terminar un acto de este tipo. Cuando a Angel Mahler lo llevaban de recorrida por las actividades culturales de la Ciudad siempre iba rodeado y a distancia prudente del público. Ayer por la calle circulaban artistas de primera línea y exfuncionarios. La propia Parodi se alejó caminando tranquilamente por Av. Alem.

“Podría estar invertida la sala, porque este enorme esfuerzo de poner de pie la cultura vamos a hacerlo entre todos”, advirtió Bauer sobre la tarea por delante. “Cultura es ministerio gracias al triunfo popular, gracias a la decisión de nuestro presidente Alberto y de nuestra vicepresidenta Cristina”, destacó.

El único orador además del ministro fue el pianista Horacio Lavandera, quien interpretó el himno argentino cuando la sala sinfónica del CCK fue inaugurada y que ayer repitió su performance. Contó cómo investigó en torno al himno nacional en el Museo Histórico Nacional, cómo accedió a tocar un instrumento de la época, reconstruido en 2006. “Esas cosas que pasaron fueron maravillosas para construir cultura, una mirada hacia el pasado para construir un futuro cada vez mejor”, celebró el joven, antes de ofrecer una interpretación emocionante de la canción patria (entre los asistentes, además, había varios cantantes de distintos géneros y sus voces se mezclaron con gran efecto).

Bauer también criticó al gobierno macrista. “Decían que iban a instalar el modelo cultural de la meritocracia y lo que instalaron fue la cultura del hambre, del descarte, ahora tenemos todos la tarea de revertir eso”, señaló y objetó el esquema neoliberal que propugna el individualismo y que devino en crisis demoledoras. “Alberto nos lo dice con mucha claridad: nosotros nos tenemos que dirigir fundamentalmente al sector que más lo necesita, desde ahí lo que puede hacer la cultura es algo extraordinario, porque la cultura es cultivar el alma en sociedad, es reparadora y puede sanar las heridas del tejido social”, ahondó. “Nosotros creemos en la cultura de la solidaridad, en levantar siempre al hermano caído; creemos en la cultura de la paz para frenar la violencia y los desencuentros en nuestra América; creemos en la cultura de la esperanza para volver a soñar el país que queremos”. En ese punto recordó al asesinado Pocho Lepratti. “Esos Pochos que hacen patria, que reconstituyen el tejido social en las escuelas, clubes de barrio y bibliotecas populares, son ejemplos de lo que tenemos que hacer, porque este centro cultural es fundamental, pero todos esos lugares son tan fundamentales como este”, apuntó.

“Este es el ministerio de todos y todas los argentinos y las argentinas, somos un pueblo de muchas culturas . La diversidad no nos divide. Nos suma”, agregó. “Quisieron borrarnos con la persecución política, pero no se puede borrar la memoria, no se puede construir futuro sin memoria”, advirtió y citó a Atahualpa Yupanqui en aquello de “En nosotros nuestros muertos, para que nadie quede atrás”. En el cierre, aludió a otro poeta, Juan Gelman, y recitó un pasaje de “Los sueños rotos por la realidad”. El camino, señaló, “se trata de juntar los pedacitos para hacer la patria que tantos y tantas soñaron”.