Los movimientos populares CTEP, Somos Barrios de Pie, CCC y Frente Darío Santillán presentan este sábado su sindicato, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular. Para conducirlo eligieron a Esteban “Gringo” Castro. Referente social de Moreno, de perfil peronista y cercano a la iglesia de Jorge Bergoglio, Castro fue -a lo largo de la década que termina- uno de los constructores de la Coordinadora de Trabajadores de la Economía Popular, el espacio que implicó un salto organizativo en el mundo de los movimientos sociales, al poner bajo un mismo paraguas una diversidad de agrupaciones de trabajadores excluídos: cartoneros, trabajadoras de los jardines barriales, de emprendimientos textiles, de las cooperativas que limpian arroyos, vendedores ambulantes. El dirigente señala que ahora, con la UTEP, el objetivo es avanzar “en el proceso de integración necesita generar la Argentina”. El término alude a la intención de que el sindicato de los movimientos sociales ingrese a la CGT, pero además a articular acciones con otros actores económicos y sociales. “Muchos que se están acercando a conversar, porque a este concepto de integración social lo están manejando la pequeña y mediana empresa, sectores de la iglesia católica, de la iglesia evangélica, los movimientos populares y el movimiento obrero”, señala Castro.
Como gremio, la UTEP se plantea dotar de derechos laborales a quienes viven de la economía popular. “Nosotros planteamos que no hay que hablar más de inclusión, porque este sistema es excluyente, no nos puede incluir. Lo que tiene que hacer es integrar nuestros planteos. Construimos en ese camino, y con esta unidad fortalecemos esa idea de integración social”, dice Castro a horas de la presentación.
El concepto de trabajador de la economía social no es compartido por la totalidad de las organizaciones sociales, aunque sí puede decirse que es una idea de época, el modo más extendido de entender la permanencia de un núcleo duro de la pobreza. Para los dirigentes de las organizaciones que integran la UTEP, la idea del país de pleno empleo que la Argentina conoció -en el sentido de un empleo formal, bajo relación de dependencia y con coberturas sociales, en el ámbito privado o la administración pública-, ya no puede pensarse como posible. El desarrollo tecnológico, la automatización de los procesos productivos, vuelven cada vez más chico el mercado de trabajo de la economía formal. Bajo esta mirada, la implementación de planes sociales como un sostén transitorio, para la emergencia, no se sostiene. En cambio, el reclamo es que el Estado apoye el desarrollo de la economía popular, una economía de subsistencia que es frágil pero a la vez masiva, y que por sus condiciones de nacimiento puede romper la lógica de la ganancia.
El ingreso a la CGT debe vencer todavía resistencias dentro de la central obrera. Para abrir esa puerta, los movimientos vienen teniendo conversaciones con Héctor Daer, Juan Carlos Smith, Pablo Moyano, con los dirigentes de la Corriente Federal y de las CTA. Mucho depende, en realidad, de cómo sea el proceso de unificación que la central obrera podría darse este año. La intención tiene ya su tiempo sin lograr concretarse, aunque los dirigentes sociales ponen en la balanza otros elementos. Consideran, por ejemplo, que sin el apoyo de la CGT no hubieran logrado la sanción de la emergencia social, con la que durante el macrismo obtuvieron la creación del salario social complementario. De la misma manera, el respaldo sindical les dió mejor sostén la presentación del paquete de proyectos de ley permitió instalar en la agenda política sus demandas.
“Nos planteamos que con esta unidad fortalecemos la idea de integración social. Ese es el objetivo más importante para nosotros en esta etapa: avanzar en un proceso de integración que hay que generar, para que los sectores que quieren partir a la Argentina al medio sean cada vez más chicos, menores”, agregó Castro.
El lanzamiento de la UTEP está previsto para las 11 de la mañana del sábado, en el microestadio de Ferro. Allí se verá, junto a las cuatro organizaciones fundadoras a algunas agrupaciones que se sumaron a la convocatoria para integrar el sindicato, como el movimiento Compromiso Social, de Quilmes. También participó de conversaciones el Movimiento Territorial de Liberación (MTL), que aún no definió su postura. La UTEP tendrá una mesa de conducción que cuya integración està terminando de definirse, ya que varios de los dirigentes que incialmente iban a ocupar esos lugares están asumiendo funciones en cargos de gobierno, como Daniel Menéndez (Somos Barrios de Pie) o en el Congreso, como Juan Carlos Alderete, que esta semana asumió como diputado.