No fue una sesión fácil para el interbloque de Juntos por el Cambio en su regreso al terreno de la oposición en el Senado. Con cara de pocos amigos el senador Martín Lousteau salió de la reunión del interbloque de Juntos por el Cambio y se encaminó al recinto de la Cámara alta. El enojo del legislador se generó porque estaba empecinado con dar la pelea para trabar la sesión mientras que el resto de los senadores ya había decidido permitirle al oficialismo que consiga las voluntades necesarias para tratar la ley ómnibus. Así el Frente de Todos consiguió que sobre tablas se debata el proyecto de Ley de Emergencia, que había sido aprobado en la Cámara de Diputados en una sesión que duró casi 20 horas.
El martes por la tarde fue la primera reunión del interbloque de Juntos por el Cambio para definir qué postura tomar frente a la posibilidad de trabarle al peronismo la mayoría especial para sesionar sobre tablas el proyecto de Ley de Emergencia, o darle al gobierno de Alberto Fernández su primer logro parlamentario. El acuerdo llegó varios días después, minutos antes de la sesión y dejó a algunos bastante desencantados.
El bloque de senadores de Juntos por el Cambio se reunió el jueves a última hora mientras los diputados debatían. Sin llegar a un acuerdo, quedaron dos posturas firmes. Una que tenía intereses similares a la de los tres gobernadores del radicalismo, Rodolfo Suárez (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes) y Gerardo Morales (Jujuy), y no les interesaba generarle un disgusto al presidente Fernández. "Saquémosla ahora y mantengamos la buena relación con el Gobierno", dijeron algunos de los legisladores "acuerdistas". Uno de los armadores de este núcleo fue el mandatario jujeño que estuvo en contacto permanente con el jefe del bloque de la UCR, Luis Naidenoff, en estos días.
En el otro bando estaban los senadores sin compromiso territorial, ni acuerdos con la Casa Rosada, según pudo saber Página/12. Entre estos destacaban Lousteau, la cordobesa Laura Rodríguez Machado (PRO), el mendocino Julio Cobos (alejado de su gobernador) y su correligionaria Pamela Verasay (UCR), el bonaerense Esteban Bullrich (PRO) y la porteña Guadalupe Tagliaferri (PRO), entre otros funcionarios. La tensión entre ambos bandos se mantuvo latente entre el miércoles y el viernes. Incluso, durante la hora y media que la sesión estuvo en cuarto intermedio --solicitado por Naidenoff para "revisar el texto que llegó de Diputados”-- el clima se fue complejizando, deslizaron a este diario distintas fuentes parlamentarias.
El desenlace de este conflicto llegó luego de un acuerdo entre los presidentes de los principales bloques de la Cámara alta: el misionero Humberto Schiavoni (PRO), y los formoseños José Mayans (Frente de Todos) y Naidenoff, según pudo confirmar este diario con distintas fuentes. "El peronismo ya tiene los dos tercios necesarios, no hace falta que bajemos", dijeron los opositores y fijaron la postura del interbloque: entregarle el número necesario al Frente de Todos para que pueda sesionar y sancionar la primera ley del gobierno de Alberto Fernández. Con esta novedad los legisladores del PRO aceptaron la derrota en la pulseada, mientras que algunos seguían insistiendo con que debían dar la pelea para trabar la sesión.
Informe: Antonio Riccobene