Desde que Gustavo Sáenz asumió el poder ejecutivo provincial, con el recambio ministerial y de secretarías que eso conlleva, la postal de trabajadores y trabajadoras que desfilan sin saber cuál será su futuro laboral recuerda a la de los inicios de la gestión Macri o la del actual senador nacional y ex gobernador Juan Carlos Romero, que en la decada del 90 acuñó el término "excedentes" para referirse a los 5 mil empleados que despidió cuando comenzó su gobernación.

Personas llorando por los pasillos de la Casa de Gobierno, muchas otras indignadas por el maltrato recibido, cientos haciendo silencio, bajando la cabeza y esperando que les anuncien, más tarde o más temprano la decisión final, “no vuelvas, terminó tu contrato”.

La precarización laboral de la mayoría de los contratados por el Estado provincial permitió a la gestión Sáenz arrasar con cientos de trabajadores con años de experiencia para que ingresen en sus lugares “los propios”, “los que se embarraron en la campaña de Gustavo”.

Las versiones sobre listas que circulan en manos de ministros con nombres de empleados vetados por su procedencia partidaria o participación en la campaña están a la orden del día, convirtiendo la continuidad laboral en una verdadera caza de brujas. 

Mito o realidad, esas versiones agitadas desde el propio Grand Bourg, crean un tenso clima de trabajo diario entre quienes sospechan tener la espada de Damócles en la cabeza.

Ni siquiera las redes sociales personales se salvan de la "investigación" curricular. Un posteo en apoyo de otro candidato en las últimas elecciones puede ser causa de despido.

Los cambios de estructuras que generó la Ley de Ministerios también colaboraron con la incertidumbre, muchos no saben bajo qué dependencias quedarán. Otros, como quienes trabajaban en el Polo Integral de las mujeres, prefieren renunciar antes de quedar bajo las órdenes del militar negacionista Juan Manuel Pulleiro en el Ministerio de Seguridad.

En Modernización echaron a todos los encuadrados como Agrupamientos Políticos (AP) sin siquiera escucharlos porque la nueva gestión señaló que ahí había lugar solo para su gente.

“En Defensa al Consumidor cesantearon, o no le renovaron contratos por lo menos a unas 10 personas que estaban en distintas situaciones”, dijo una fuente cercana a esa dependencia.

Un ex empleado explicó que cuando la nueva gestión (a cargo de Pía Saravia) llegó, “lo primero que averiguaron fue quién no era planta permanente. En nuestro organismo prácticamente el 70% está en esa situación. Ellos reunieron sólo a los de planta para hablar y comentarles que los demás cargos los van a ocupar gente de Sáenz”.

“Acá los cargos los van a ocupar quienes se ensuciaron los pies con barro para la campaña de Gustavo, nos dijeron textualmente”.

Esa misma fuente indicó que Saravia recién se presentó en las oficinas el 12 de diciembre y hasta ese momento todos los contratados seguían trabajando normalmente porque tenían tareas impostergables como audiencias fijadas o atención al público, “pero ella nos maltrató públicamente y nos preguntó qué hacíamos ahí, que ya no deberíamos estar porque no formábamos más parte de su institución”.

Con respecto a quienes son planta permanente, también hubo muchos malos tratos y sin preguntar qué funciones cumplían los envió a todos a recibir audiencias conciliatorias, “sin saber el giro que tenía la Secretaría y en qué estaba especializado cada uno, como gente de prensa, educación o sumarios, que nada que ver con tomar audiencias”.

Muchos que tienen contratos hasta el 31 de diciembre están muy atemorizados por lo que pueda pasar con su futuro laboral, ya que nos les comunican cuál será la decisión y Saravia no las atiende.

Otros organismos como el Registro Civil, o los ministerios de Gobierno y Educación estarían atravesando situaciones parecidas. 

“Hay una gran improlijidad en la transición”, expresó otro trabajador que está desde hace más de 12 años en el Grand Bourg, y sostuvo que deberían haber tomado decisiones mucho antes y comunicarlas como corresponde.

“Yo formé parte de la transición hace 12 años, cuando asumió Urtubey, en ese momento la transición fue mucho más corta pero más prolija y formal”, concluyó.

Al respecto en los ministerios de Salud y Desarrollo Social hay personal que siguen sin saber cual es su condición. Los que trabajan en el call center del 148 tampoco conocen que va a pasar con ese servicio. 

Y las dudas son tales que reina la incertidumbre sobre si los que siguen cobran este mes, porque había tiempo hasta el 20 de diciembre para liquidar los sueldos y hasta el momento nadie les informó cual es su situación.

Tanto el secretario general de ATE, Juan Arroyo, como el de UPCN, Gustavo Soto, manifestaron preocupación por lo que está sucediendo, y contestaron que no tienen un número aproximado de personas que fueron desvinculadas en el último tiempo, explicaron que esto se debe a las condiciones de contratación, que no les permiten agremiarse.

A su vez, ambos comentaron que esperan una situación aún peor para el 31 de diciembre, cuando concluyen la mayoría de los contratos.

Arroyo dijo que se presentó un recurso de reconsideración ante la Gobernación que aún no fue contestada, mientras que Soto calificó de “injusticia” lo que está sucediendo, “porque muchos eran trabajadores honestos que cobraban alrededor de 7000 pesos y hoy están en la calle”.

Desafecciones

El pasado 13 de diciembre la artista visual Carolina Grillo fue notificada de su desvinculación. Llevaba 12 años en la administración pública de la provincia, desempeñándose como fotógrafa del Área de Comunicación dependiente de la órbita del Ministerio de Gobierno. La noticia de su despido cobró visibilidad especialmente entre la comunidad de artistas, ya que coincidió con la fecha de apertura de la muestra “Desviaciones”, organizada por el Institut Français d' Argentine y la Embajada de Francia en el espacio del MAC (Museo de Arte Contemporáneo).

Uno de los proyectos exhibidos pertenece a Carolina Grillo, con su obra Desafección, un videoarte de 7 minutos que mediante distintas acciones repetitivas y casi obsesivas, busca “desmantelar afecciones de mi historia personal”, explicó Grillo.

En la inauguración de la muestra, este montaje, que formó parte de una clínica de seguimiento del Fondo Nacional de las Artes, terminó convirtiéndose en un espacio inigualable para visibilizar el despido injustificado, perpetrado por la nueva gestión provincial.

La elocuencia del nombre de la obra será aprovechado en diferentes instancias por la artista, para darle un nuevo significado al verbo desafectar.

En cada aparición pública Grillo se coloca una remera con la insignia fotógrafa mandato cumplido de un lado, y del otro, contrataciones y su número de teléfono, hilvanando a su vez en las redes sociales otras formas discursivas con que esta expulsión se suele retratar: #desafectada, #cesante, #sinindemnización son piezas del acto performativo que hablan de manera general de un incremento sostenido de la vulnerabilidad de los trabajadores en el sector público.

Grillo comenzó a trabajar en el estado provincial en 2007. Recordó que el grupo de personas que antes se había dedicado intensamente a cubrir la campaña del entonces candidato a gobernador Juan Manuel Urtubey, ingresó a una estructura ya armada del área de prensa una vez que este fue elegido.

La diferencia con la gestión de Sáenz, afirmó, es que en aquel entonces no hubo despidos. En todo caso, movimientos de algunas personas a otras áreas o dependencias. La novedad, desde su perspectiva, es que desde la asunción de esta nueva administración se observa una lenta pero sistemática desvinculación de trabajadores, como parte de un estilo y lógica de gestión que es admitida.

Desde que ingresó Carolina Grillo tuvo un contrato por Agrupamiento Político, el cual rigió su relación laboral durante 12 años.

Esta relación contractual, irregular por la cantidad de tiempo, vulnera su derecho a gozar de una estabilidad en el empleo, aunque sin embargo, hasta concretarse su despido, accedía a protección y seguridad social, así como al beneficio del aguinaldo.

Carolina recibió un viernes 13 de diciembre la noticia de su desafectación. De manera informal, una secretaria de rango menor le comunicó la noticia. Después de 12 años el Estado no precisó de papel o documento, ni le hizo falta argumentar, alcanzó con decir “se terminó tu contrato”.

A otros compañeros les sucedió igual, según relató, el día anterior o en la tarde del mismo día. En otras dependencias como la vicegobernación, “nos enteramos que a los empleados les está vedado entrar a sus lugares de trabajo. El guardia que antes los saludaba todos los días, ahora está para impedir su paso”.

Para Carolina, lo que describe con más crudeza este escenario de completo desamparo es que “si te vas, te vas sin nada”. Algunos vuelven a preguntar por su situación, algunos esperan ser reincorporados, y Carolina optó por transformar en arte y en comunicación esta experiencia, porque quiere más que nada en el mundo, desnaturalizarla.

Al cierre de esta nota se supo que en Prensa de Gobierno desafectaron más personal y que en esta semana "les llegaría el turno a dos más, para poner a los suyos".