Mientras intenta recuperar el nivel que alguna vez lo llevó a ser candidato para convertirse en el MVP de la NBA a pesar de su 1,75 metro de altura, el base Isaiah Thomas se vio involucrado en un incidente con dos hinchas durante un partido entre sus Washington Wizards y los Philadelphia 76ers, que le terminó significando dos partidos de suspensión sin goce de sueldo por parte del Comité de Disciplina de la liga.
A falta de dos minutos para el final del encuentro y con una diferencia considerable en favor de los locales 76ers (ganaron por 125-108), Thomas decidió que ya había escuchado suficientes insultos hacia su persona, se dirigió a las tribunas, subió un par de escalones e increpó a dos espectadores de Philadelphia. "Un fan tenía sus dos dedos medio en alza, y me dijo 'fuck you' tres veces seguidas. Fui a las gradas a confrontarlo. Su respuesta fue que lo sentía, que sólo quería un Frosty", explicó el base luego del episodio.
El Frosty en cuestión es un postre helado de la cadena de comidas rápidas Wendy's, que patrocina a los 76ers y que ofrece durante los partidos del equipo como local una curiosa promoción que desata la "locura" de los fanáticos. La misma contempla que, durante los segundos tiempos de los encuentros, cuando un jugador rival falle dos tiros libres consecutivos, los ciudadanos de Philadelphia podrán acercarse al día siguiente del partido a los restaurantes de la cadena y reclamar un Frosty gratis. Si el equipo adversario falla más de una vez dos tiros libres seguidos en un mismo viaje a la línea, el tamaño del helado será cada vez más grande.
Pero, ¿qué tiene que ver Thomas en todo esto? Es que a falta de tres minutos y con el partido prácticamente definido (diferencia de 15 puntos), el base fue a la línea de libres y falló su primer intento, cuando previamente había convertidos sus siete lanzamientos desde esa zona. Ante la posibilidad de que errara el segundo y se desate la lluvia de helados, los fanáticos habrían intentado distraer al jugador de cualquier manera posible. No lo lograron.
Tras encestar su segundo intento, hubo un tiempo muerto y Thomas aprovechó el momento para acercarse a uno de los fanáticos en especial y reclamarle que "no sea irrespetuoso", que "él es una persona ante todo", según relató el jugador. Mientras se dio el intercambio verbal, se aprecia además cómo el otro hincha intenta llevarse -sin éxito- un apretón de manos de Thomas, quien rápidamente y siempre en calma es retirado por un miembro de la seguridad del estadio. Más tarde, sería expulsado del juego, donde firmó 20 puntos (3/8 en dobles, 2/5 en triples y 8/9 en libres) y tres asistencias. Antes de retirarse de la cancha, le regaló su vincha a un niño.
Más allá de la mera iniciativa de márketing por parte de la empresa patrocinadora, esta es una de las tantas atracciones que se ponen a prueba durante los eventos deportivos estadounidenses para mantener la atención de un público muy disperso. Además, en el caso de partidos con resultados aparentemente definidos, es una forma de mantener en sus asientos a unos hinchas sedientos de volver a sus hogares.
Finalmente, quienes se llevaron la peor parte en materia de castigo fueron los dos fanáticos de los Sixers, ya que recibieron una prohibición de un año para volver a pisar el estadio, mientras que al dueño de los abonos -que les vendió las entradas para ese juego a los hinchas suspendidos- le fueron revocados los mismos, aunque le devolvieron el dinero. Philadelphia es, desde hace dos temporadas, uno de los equipos sensación de la NBA y lidera actualmente el ránking de espectadores.
El caso previo
El antecedente inmediato a lo ocurrido en Philadelphia se encuentra en marzo de este año, en un duelo entre Utah Jazz y Oklahoma City Thunder. En Salt Lake City, un hincha local comenzó a agredir al jugador visitante Russell Westbrook con comentarios racistas, lo que provocó la reacción del ahora base de Houston Rockets, quien amenazó al espectador. Tras el incidente, Westbrook tuvo que pagar una multa de 25 mil dólares, mientras que el espectador racista (Shane Kiesel) recibió una prohibición de por vida para volver al estadio. Lo curioso del caso es que, meses después, el hincha -además seguidor de Donald Trump- demandó a los Jazz por más de 100 millones de dólares por "daños y perjuicios".
Thomas, en busca de volver a ser
Elegido en la última posición del Draft de 2011, Thomas tuvo impacto inmediato en su llegada a la NBA. Tras tres temporada en Sacramento y un corto paso por Phoenix promediando 15 puntos por juego, la gran explosión del chiquitín de 1,75 metro fue en Boston. Thomas fue líder absoluto de los Celtics, quienes bajo su comando, volvieron a ser protagonistas en los Playoffs. En la temporada 2016/2017, firmó 28,9 puntos por juego, terminó tercero en la lista de anotadores, fue All Star, All NBA y quinto en los votos para MVP. Antes de comenzar la postemporada, la hermana menor de Thomas murió en un accidente automovilístico, lo que no le impidió al base llevar a los suyos hasta las Finales de Conferencia (1-4 vs. Cleveland).
En el año siguiente, en el pico de su idolatría en Boston, fue inesperadamente traspasado a los Cavaliers de LeBron James, a cambio de Kyrie Irving. La cosa allí no duró demasiado (15 partidos) y Thomas comenzó un periplo por varias franquicias (17 encuentros con los Lakers y 12 con Denver) hasta llegar esta temporada a Washington, donde la lesión del titular John Wall le permitió volver a disfrutar de acción como titular (13,6 puntos y 4,8 asistencias), aunque en un elenco (8 victorias y 20 derrotas) con aspiraciones más bien modestas.