Cuando el año pasado el Concejo aprobó la creación del Registro Unico de Aspirantes para travestis, transexuales y transgénero que quisieran trabajar dentro de la Municipalidad, el sentido pretendía abrir el mercado laboral formal a personas que asoman a la vida la mayoría de las veces enfrentando el rechazo familiar y social, compelidas generalmente a la prostitución. Esta semana es la última vigente para inscribirse en este nuevo espacio, el primero a nivel país, y hasta ahora se anotaron 36 mujeres y 15 varones. "Consideramos que la respuesta es favorable porque esta ordenanza es inédita y se trata de personas que en su mayoría viven en situación de mucha vulnerabilidad en lo social y en lo económico", explicó Noelia Casati, coordinadora del Area de Diversidad Sexual de la Municipalidad.

La inscripción cerrará el viernes, y habilitará la incorporación de cinco personas trans por año al plantel municipal, en cualquiera de sus áreas. "No es que la Municipalidad necesita cubrir determinados puestos y por eso convoca. No. Se trata de que se inscriban y generar un banco de perfiles para pensar puestos de acuerdo con las características de quienes se postulen. La inclusión se hará efectiva considerando las condiciones de quienes se presentaron en el registro", aclaró Casati.

Desde el municipio incluyen este registro como otra de las medidas en favor de los derechos de la población LGBT, como capacitación en oficios o procesos de hormonación.

En la percepción del colectivo trans hay más prudencia respecto de esta posibilidad laboral, empezando por el hecho de que la admisión se dará a razón de 5 personas por año. Pero lo asumen como un paso adelante. "Es que al 90 por ciento de las chicas las echan de la casa a los 13 o 14 años, y terminan en la calle, durmiendo en una plaza, entonces no terminan la escuela, se prostituyen, y cuántas mueren en el camino", expuso Luna Nicole Giménez, militante LGBT y una de las inscriptas en el registro.

 

El viernes cierra la admisión y hasta ahora se anotaron 36 mujeres y 15 varones. Ingresarán como mínimo 5 postulantes al año.

 

"Yo empecé a trabajar de chica, en una rotisería, no tuve problemas porque soy caradura, además me gusta trabajar y me sirvió para salir de la villa. Pero muchas chicas no pueden, la gente te juzga por ser trans y te discriminan hasta para alquilar un departamento. Sólo si la familia te acepta es más fácil porque una deja de estar a la defensiva y se sociabiliza, se puede terminar la escuela, hacer el secundario. Son muy pocas las que terminaron la escuela primaria, y muchas menos las que hicieron la secundaria. Y se sufre porque al principio una no es divina, se siente culpable y carga con su identidad y con el rechazo del entorno. Después sí, una se hace las tetas, se produce linda y entonces es otra etapa, pero eso también tiene su final. La calle es dura, por eso este cupo laboral al menos a mí me da expectativas", añadió.

Luna tiene 30 años y ella misma asume que su vida laboral en la prostitución tiene la misma trayectoria que la de un futbolista: "A los 35 años ya somos viejas para esto, porque viene una de 18 y fuiste. Además, ahora hay más visibilidad, las chicas no tienen más miedo, a los 16 años ya salen. Por eso el registro me da mucho entusiasmo, porque yo ya estoy de vuelta y ya estoy cansada. Tengo todas las expectativas de conseguir un trabajo y que sea un trabajo justo, aunque no pueda dejar lo otro del todo", confió.

Casati contó que desde que se abrió la inscripción el 25 de enero, las aspirantes que se acercaron lo hicieron "con muchas dudas y preguntas, muchas veces sin haber blanqueado su identidad hacia el seno de su familia". Por lo tanto, tuvieron que complementar el contacto con asesoramiento profesional y hasta tramitar algún DNI. "El registro habilita a trabajar mejor con la reivindicación de derechos de estas personas social y económicamente vulnerables", resumió la funcionaria municipal.

Patricia Emanuelle, trans y activista LGBT, colabora en la Secretaría de Diversidad Sexual de la provincia y desde allí participó del grupo impulsor de la ordenanza 9543, promovida por los concejales Eduardo Toniolli y Norma López. Ella no se anotó en el registro porque, aunque empezó a ganarse el pan con la prostitución, luego hizo pie en el comercio formal, explotó una cochera con lavadero y trabaja como asistente gerontológica. Pero sabe que su caso es poco menos que la excepción. Las 51 personas inscriptas, para ella, es una cifra mínima dentro de la población trans en Rosario. "Todavía es muy poco porque hace rato que se juega con nuestros derechos. Recién cuando entren a trabajar las primeras cinco personas tal vez empiece a cambiar", imaginó.

Los y las interesadas para inscribirse pueden consultar en el Area de Diversidad Sexual: Buenos Aires 856, piso 4, oficina 6, de lunes a viernes, de 9 a 13, o al teléfono 4802077, interno 422.