En su mensaje de navidad el Papa Francisco advirtió sobre las "tinieblas" que se abaten sobre el mundo y pidió esperanza para América latina ante la agitación social que atraviesan varios países. Desde el Vaticano expresó su preocupación por los conflictos que sacuden Venezuela, Siria e Irak. Pidió soluciones a las crisis en Oriente Medio y África. Y dedicó un párrafo especial a condenar lo muros de indiferencia que se levantan contra la población migrante.
En su tradicional saludo desde la Basílica de San Pedro el Papa dejó un mensaje para los que luchan por la igualdad en América latina. "Que Jesús bendiga los esfuerzos de cuantos se están prodigando para favorecer la justicia y la reconciliación, y se desvelan para superar las diversas crisis y las numerosas formas de pobreza que ofenden la dignidad de cada persona", agregó el Papa en su séptimo mensaje navideño como pontífice. También expresó su preocupación por la realidad política que vive la región. "Que el pequeño Niño de Belén sea esperanza para todo el continente americano, donde diversas naciones están pasando un período de agitaciones sociales y políticas", planteó el pontífice.
Además se refirió a la compleja actualidad de Venezuela. "Que reanime al querido pueblo venezolano, probado largamente por tensiones políticas y sociales, y no le haga faltar el auxilio que necesita". En 2016 el Vaticano fue facilitador del diálogo sin poder resolver las diferencias entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición.
El Papa también dedicó su mensaje a los pueblos de medio oriente. "Que Cristo sea luz para tantos niños que sufren la guerra y los conflictos en Oriente Medio y en diversos países del mundo". El conflicto que sacude a Siria desde 2011 fue otro tema que abordó Francisco. "Que sea consuelo para el amado pueblo sirio, que todavía no ve el final de las hostilidades que han desgarrado el país en este decenio", agregó el sumo pontífice.
Luego dio la tradicional bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo). "Que remueva las conciencias de los hombres de buena voluntad. Que inspire a los gobernantes y a la comunidad internacional para encontrar soluciones que garanticen la seguridad y la convivencia pacífica de los pueblos de la región y ponga fin a sus sufrimientos", expresó el Papa.
Desde la Basílica Francisco pidió por las millones de personas que año a año emigran de sus hogares. "La injusticia los obliga a atravesar desiertos y mares, transformados en cementerios. La injusticia los fuerza a sufrir abusos indecibles, esclavitudes de todo tipo y torturas en campos de detención inhumanos", agregó en defensa de los derechos de los migrantes. El Papa hizo del apoyo a los migrantes una de las prioridades de su pontificado. "La injusticia les niega lugares donde podrían tener la esperanza de una vida digna y les hace encontrar muros de indiferencia", enfatizó Francisco.
Frente a miles de fieles que lo escucharon en la Plaza San Pedro, el Papa pidió por los pueblos de África. "Que el Señor recién nacido sea luz para los pueblos de África, donde perduran situaciones sociales y políticas que a menudo obligan a las personas a emigrar, privándolas de una casa y de una familia", especialmente en República Democrática del Congo, Burkina Faso, Malí, Níger y Nigeria.
Durante su tradicional homilía de Navidad, el martes por la noche, el Pontífice enfatizó la importancia del amor incondicional y libre frente a la lógica del mercado. "No esperemos a que nuestro prójimo se vuelva bueno para hacerle el bien, que la Iglesia sea perfecta para amarla, que otros nos consideren para serviles. Comencemos los primeros", dijo el Pontífice.
Jorge Bergoglio llamó a lograr una solución a la crisis política en Líbano, y denunció la acción de los grupos extremistas en el continente africano. Antes de hablar desde la Basílica, el Papa había enviado un mensaje especial a los líderes de Sudán del Sur, a donde podría viajar en 2020, para animarlos hacia la reconciliación y fraternidad en el país.
Este año las festividades están marcadas por el regreso a Tierra Santa de lo que se considera un fragmento de la cuna de Jesús. Después de 1300 años en Europa este regalo del Papa Francisco fue recibido en Jerusalén y luego transferido a Belén, a fines de noviembre. La imagen de la Iglesia Católica está ensombrecida en varios países por los enormes escándalos de abusos sexuales cometidos por el clero. Actualmente el papa trata de llevar a cabo una reforma de las finanzas de la Curia.