El 2019 será recordado por muchos sucesos, pero uno de los principales es que en la televisión argentina hubo personajes gays, tortas y trans en el prime time. Un hecho impensado años atrás. ¿La televisión se ha vuelto queer? El empujón lo dio 100 días para enamorarse el año pasado, guante que recogió Pequeña Victoria, tira creada por Erika Halvorsen y Daniel Burman. Además de plantear otras formas de construir una familia, y de tener como protagonista a la actriz trans Mariana Genesio Peña, esta novela que duró tres meses hizo quelos nombres Lohana Berkins y Susy Shock entraran a hogares variados. Al mismo tiempo, en canal 13, una novela de época, Argentina, tierra de amor y venganza,con guion de Leandro Calderone y Carolina Aguirre, tuvo a su Virginia Innocenti lesbiana y a un amor gay en los años 30. Sin olvidar incluir en escena al modisto de Eva Perón Paco Jamandreu, interpretado por Mariano Saborido. Pero no solo se vive de culebrones, también hubo películas, series, realitys e historietas LGBTIQ que nos hicieron llorar, reír, calentar y aferrarnos a nuestras rarezas. A continuación, las diez obras inolvidables de este año que parece llegar a su fin. 

1. La temporada final de Orange is the New Black

En algún momento entre las siete temporadas de Orange is the New Black Piper Chapman (Taylor Schilling) y Alex Vause (Laura Prepon) se volvieron reales. Como si no existieran cámaras, ni directores ni guionistas detrás de ese vínculo amoroso que nos mantuvo en vilo y sufriendo como con un melodrama de Douglas Sirk en versión torta. No solo nos ocupó la tensión y las lágrimas derramadas, un interrogante limó las rejas de la prisión y nos persiguió durante todos estos años: ¿Piper y Alex realmente se eligen por sobre cualquier amante o simplemente están juntas para sobrellevar el encierro? ¿Las une el amor o el espanto? La temporada final de la serie creada por Jenji Kohan, y basada libremente en la vida de Piper Kerman, por fin responde esta inquietante pregunta. Por primera vez Piper disfruta (o no) de su reciente libertad, visitando cada 15 días a la asistente social donde es evaluada hasta con un frasco de pis. Además de padecer la evaluación permanente de quienes a rodean, Piper siente que de nada sirve caminar por la calle si no es al lado de Alex. La crisis matrimonial se asoma a la puerta de la prisión cuando a los dos cuerpos los separa un micro y cientos de kilómetros de distancia. Cada cual buscará en otras tetas un poco de calor para anestesiar por minutos cuánto duele extrañar a una compañera de gemidos y discusiones. Porque las une el amor, pero también el espanto. Lo más interesante del desenlace que supo presentar un casting con diversidad étnica, religiosa y de identidad sexual es que, más allá de algunos descuidos con personajes queridos, puso sobre la mesa el problema de la exclusión que padecen lxs reclusxs cuando al terminar de cumplir su condena. ¿De qué sirve estar libre si el sistema, a partir de la discriminación social, hace lo posible para volver a encerrarte? 

2. El mundo extraño

"Volví a estar con hombres después de más de diez años", cuenta el protagonista de El mundo extraño en la primera página del cómic autobiográfico, mientras dentro de la viñeta besa a un chico al compás del latido del woofer que hace vibrar la discoteca. En blanco y negro, como si esos colores representaran el comportamiento de las emociones extremas, Loris Z. escribe y dibuja su propia historia transformando el miedo a morir de angustia en cuadros de historieta rabiosos. ¿Qué sucede cuando la persona que más amás desaprueba tus fantasías sexuales? ¿Por qué puede ofender lo que a unx lx excita? Entre recitales de El mató a un policía motorizado, el protagonista calvo y de anteojos con marco oscuro se enamora de una mujer, Carolina. Todo es un lecho de rosas rococó hasta que ese hombre perfecto le propone usar con ella un plug prostático. Un deseo que será el comienzo de un final lento pero no por eso menos lastimoso. "La culpa aplastante. La sensación de que hay algo malo en mí", expresa quebrado por dentro Loris mientras el agua de la ducha golpea su rostro pálido. El mundo extraño es la historia de una separación y al mismo tiempo del encuentro del protagonista consigo mismo, lejos de las descalificaciones. Recuperando una fortaleza perdida entre ataques de pánico. La potencia de este cómic reside en que el autor entiende que lo importante no es lo que le dijo su (ex) novia aquel lunes de octubre de 2017, algo que no lo sabremos nunca, sino cómo le impactaron esas palabras hirientes en el cuerpo. 

3. Dolor y gloria

¿Cuántos segundos, minutos u horas puede durar un beso en la pantalla grande? ¿Y en nuestro recuerdo? Cuando los labios de Antonio Banderas y Leonardo Sbaraglia hicieron contacto el tiempo se detuvo por un instante. Como si fuéramos nosotrxs quienes protagonizamos ese beso donde las lenguas parecen serpientes que hacen danza acuática bajo las profundidades de los litros de saliva. El esperado nuevo largometraje de Pedro Almodóvar es, en su nostálgica calma, uno de sus relatos donde el deseo se vuelve más tangible y hasta presente en el plano. Como un fantasma relleno de vida sexual que roza a los personajes, haciéndoles cosquillas, mientras flota de un cuarto empapelado al otro. Dolor y gloria es una recta temporal del nacimiento de esa presencia, no como amenaza sino como un entramado de sentido. Como todo el cine del director español más kitsch, la película está invadida de olores y temperaturas que nos conectan a nosotrxs con el propio placer. Almodóvar fue, es y sigue siendo ese amigo puto que te recuerda que al deseo no se lo posterga ni se lo reduce a guardarse en el fondo del cajón. Que el deseo tiene fecha de inicio pero jamás debe tener un final. Y en medio de ese vínculo, a veces feliz y otras tantas conflictivo, se encuentra el cuerpo entre los objetos rojos, verdes y amarillos que encuadran a un Banderas cargando un peso en su espalda. El cuerpo capaz de abrazar y fusionarse a través del sudor, y también de enfermar en silencio. La obra más madura del hijo de Paquita no dejó ileso a ningún cuerpo, tampoco al mío. En una dimensión paralela el beso de Banderas y Sbaraglia lleva durando meses, y tal vez jamás llegue a su fin. Como el mismo deseo. 

4. Tuca & Bertie

Una de las creadoras de la celebrada serie BoJack Horseman, Lisa Hanawalt, decidió multiplicar su mundo de animales antropomórficos en su nuevo show, Tuca & Bertie. Producida por Netflix, este programa animado para adultxs dibuja una sociedad de aves con cuerpos humanos donde las protagonistas son dos mejores amigas que batallan contra sus traumas y limitaciones. O, tal vez, procesan aceptarse tal cual son: el acto mayor de rebeldía. En tono de comedia alocada, y explotando de colores estridentes que vibran en nuestra retinas, los 10 episodios nos acercan en gran parte a los dramas cotidianos de Tuca. Una tucana de culo grande que no duda en subirse al escenario de un recital para encajarle un chupón a su cantante favorita, ni mostrar las tetas arriba de la vuelta al mundo. Ella rompe las reglas del protocolo social, y más ahora que abandonó el alcohol y desconoce cómo vincularse con lxs otrxs. Salvo con su alma gemela, Bertie. Con quien hablan de pornografía para aves. En Tuca & Bertie hay rinocerontes gays que se dan besos de lengua y humanxs que espían por la ventana a pájaros tener sexo. Sin embargo, en medio de un chiste y otro, irrumpe la tristeza de dos personajes que están tan fuera de las normas que fueron rechazados por lxs espectadores. La serie fue cancelada en su primera temporada, un duro suceso que bien podría haberles pasado a las protagonistas dentro de la ficción. 


Border

Border no es solo una película, es un manifiesto sobre el derecho a ser monstruo. Tina (Eva Melander) tiene la capacidad de oler lo que sienten las personas: verguenza, culpa o rabia. Su rostro se parece más al de un lobo que al de un humano, pero más allá de las similitudes no hay forma de catalogar sus rasgos. Tina es única, hasta que un día cualquiera se cruza con un sujeto que comparte sus características faciales. Vore (Eero Milonoff) llega a su vida monótona para responderle las preguntas que la atormentaron por años. Tina y Vore corren desnudxs por un bosque invadido de alces, mostrándose indiferentes a las posibles miradas que podrían observar con asco. "Si eres diferente al resto es porque eres mucho mejor", le dice Vore a una chica monstruo que por primera vez se mira con otros ojos. Todavía hay espectadorxs escandalizadxs por haber sido testigxs de las cogidas salvajes de estos amantes que no son lo que parecen ser. La potente película sueca de Ali Abbasi, basada en un relato de John Ajvide Lindqvist, escritor que creó el mundo del film de vampiros Criatura de la noche (2008), no es solo una historia de pasión descontrolada entre dos seres extraños. Es un relato de amor con la propia monstruosidad, el romance entre el personaje y su hipnótico cuerpo. Ya no como fenómeno de circo o como una amenaza fatal para la sociedad. Border ahonda en todas las definiciones y posibilidades de la monstruosidad, escapando de los extremos de víctima o victimario. Estos monstruos se calientan y cogen hasta que se les acalambran los músculos. Pero no todo es placer y gemidos, a veces el terror irrumpe donde uno menos lo espera. 

Steven Universe-La película

La serie de animación Steven Universe se fue convirtiendo temporada a temporada en una escuela de la diversidad para niñxs y adolescentes, y en un refugio tardío para adultxs que soñaron con ver un dibujito durante la infancia donde verse reflejadxs. El pequeño Steven, criado por tres mamás que pueden fusionar sus cuerpos y volverse imbatibles frente a la amenaza de peligro, pegó el estirón y en estos años se ha convertido en un luchador más en la batalla contra seres de otro planeta. La singularidad de este programa de Cartoon Network creado por Rebecca Sugar no era solo mostrar lesbianas besándose y hasta dando el sí con vestidos blancos y smokings, sino que los acontecimientos queer ocurran al igual que comer papas fritas o bailar una canción en la playa. Menos explicación y más acción. El fanatismo que generó en varias generaciones logró que se produzca la película, y que se estrene en cines con fans ingresando a la sala con sus remeras de las Cristal Gems. "Quiero que todo se quede exactamente así y que nunca cambie", dice Steven con su ombligo brillante al principio de la película confiando en que la felicidad consiste en la realidad estática. Pero en esta familia la quietud nunca es una posibilidad, la vida se trata de la mutación permanente. Este musical de 82 minutos nos trajo un nuevo personaje que, como Perla, vive con el corazón roto por el abandono de Rose. Y en Steven Universe una desilusión de amor puede provocar una guerra interplanetaria. 

Marilyn

Editado por Tren en movimiento, esta novela gráfica reconstruye la historia del colectivo en Argentina desde el gobierno de facto de Onganía hasta el nacimiento del Frente de Liberación Homosexual, pasando por la Operación Masacre, el secuestro del cuerpo de Evita y el retorno de Perón. Pero no es un cómic histórico: esta ambiciosa obra guionada por Alejandro Farías y dibujada por Daniela Kantor entinta el contexto donde nace, y renace más de una vez, uno de los protagonistas de Marilyn: Leopoldo. La voz gay de este relato que nos lleva de fiesta a la famosa movida madrileña de los años 80, y también a la incertidumbre fogosa de las teteras en Buenos Aires. Marilyn es el encuentro entre un padre gay y un hijo prejuicioso que se acaban de conocer. Entintado en blanco y negro, esta novela gráfica sensible e intimista habla del dinamismo de la identidad y la transmutación de las relaciones. Plasmando sobre la página en blanco el pedido de explicaciones de un veinteañero que no comprende cómo es posible que si es puto haya tenido un hijo. Lxs autorxs narran el acercamiento entre dos mundos muy lejanos, apostando a pintar ese vínculo a partir de la curiosidad. Y el lector es testigo de esas charlas eternas, donde surgen enojos y hasta pedos, pero también la posibilidad de no solo encontrar un padre o un hijo, sino también una nueva mirada. 

Breve historia del planeta verde

La película de Santiago Loza que ganó el Teddy Award en la última Berlinale nos hizo volver a creer. ¿En qué? En que hay otro cine posible, en que hay tantas historias que aún no se contaron, en esos personajes queer que están escondidxs y Loza decide encuadrarlos con su cámara, en las escenas que no necesitan ser entendidas para atravesar los ojos de quien mira. En la amistad como construcción de familia, en el baile como la forma más eficaz de sanación, y, sobre todo, en los extraterrestres. La presencia que irrumpe desde lejos, y bajo un traje desconocido, no es recibida acá como una amenaza contra la humanidad. Es abrazar al distinto, al igual que unx. "Todos somos un poco raros", le dice Pedro (el bailarín Luis Soda) a Tania (Romina Escobar), la protagonista trans de este relato repleto de viajes hacia adentro y afuera del cuerpo. Un personaje que atraviesa dolores y dudas sin la obligación de contar un drama exclusivamente acerca de su identidad sexual. Todavía se escuchan las quejas e incomodidades de espectadorxs y críticxs argentinxs que no se sintieron a gusto por no encontrar en el plano belleza hegemónica. Es en ese punto uno de los mayores méritos de esta película inclasificable: no hay espacio en el plano para quien aún cree en las normalidades. Eso es lo único que no existe en Breve historia del planeta verde

Years and Years

Del creador de Queer as Folk y la etapa más LGBT de Doctor Who, Russell T. Davies, la miniserie de ciencia ficción Years and years presentó la historia de amor gay más épica del año. Apenas se ven Daniel (Russell Tovey) y Viktor (Maxim Baldry) la televisión amaga con prenderse fuego. Ambientada en Inglaterra, Years ans years es una obra política descarnada que expone cómo afecta a distintas minorías el viraje hacia la derecha en Europa, con candidatxs que caen simpáticxs por payasxs hasta que se transforman en villanxs de una película de Marvel. Poniendo como uno de los temas centrales al conflicto de lxs refugiadxs, Daniel, un hombre casado y con una vida cómoda y tranquila, decide proteger a Viktor de una posible deportación a su tierra natal, Ucrania. Donde puede ser condenado a muerte. A partir de ese primer beso en medio de una manifestación, Daniel ya no puede imaginar la vida sin ese joven guapo de ojos claros. Cualquier consecuencia se vuelve microscópica al lado de la idea de perderlo, y más aún de que su vida corra peligro. Mientras el mundo se cae a pedazos, entre graves crisis económicas, ambientales y un misil que amenaza se desate la Tercera Guerra Mundial, Daniel suspira enamorado como un adolescente que conoce el amor por primera vez. ¿Qué sacrificios puede hacer alguien en nombre del amor? Este amante británico los hace todos y más, renunciando a sus privilegios de ciudadano con tal de no separarse de Viktor. El cuarto episodio de la miniserie producida por la BBC nos dejó una angustia indigerible que no quiere irse, en aquella escena desoladora en la que Daniel escapa con Viktor en un bote inflable que se va hundiendo por la cantidad de personas refugiadxs que se lanzan desesperadxs al precario medio de transporte. Daniel y Viktor se han convertido en el Jack y el Rose del nuevo milenio, sin el Titanic pero bajo el mismo sentimiento asfixiante de la tragedia. 

Rupaul Drag Race Tailandia

El 5 de abril de 2019 sucedió un hecho inédito: en la segunda temporada del reality Rupaul Drag Race Tailandia ganó por primera vez una participante trans: Angele Anang, de 24 años. También conocida como la "Beyoncé de Tailandia". Sacudiendo su peluca infinita teñida con los colores de la bandera LGBTIQ, y sus caderas de sirena, Anang rompió las horribles reglas que planteó más de una vez Rupaul: la no participación de drags trans en su reality. Declaración que hizo que pierda muchxs fanáticxs acusándola de ser transfóbica. El hecho de mudar su show lejos de Estados Unidos trajo cambios en el reality: diversidad étnica, variedad de toda clase de cuerpos, y, por fin, participantes trans. Antes de consagrarse ganadora, Anang realizó una performance donde danza con un body color nude, luciendo su cabeza calva. Recorre el escenario, estira sus piernas y brinca en el aire hasta pelear cuerpo a cuerpo con sujetos que cubren su rostro con máscaras. ¿Quiénes son? Tal vez esté luchando contra los prejuicios e injusticias que arrastró Rupaul Drag Race durante diez años. Y, al menos esta batalla, Angele Anang la ganó con corona y todo.