Después de cinco años, ¿qué te hizo volver a tocar?

--Bill Evans, Al Foster, Dizzy, que me hinchaban las pelotas diciendo: «¿Man, por qué no tocás la trompeta?». Eso no fue realmente lo que me hizo tocar, sólo sentí que había que tocar. 

¿Qué hiciste durante esos cinco años?

--Nada. Drogarme.

Pero tuviste algunos problemas médicos y operaciones, ¿no es así?

--Una operación en la pierna..., dos, sí. Eso fue lo que me detuvo. Esa operación... Estaba tan enojado que mandé todo al carajo por un tiempo. Necesitaba la operación. Estaba en Japón y estaba tomando codeína y morfina y ni siquiera lo sabía. Me lo dieron para ayudarme con la pierna.

¿Pasaste cinco años en mal estado?

--No, estaba bien. Era sólo que tomé tanta medicación que no me daban ganas de tocar la trompeta, ni de escuchar música. No quería escucharla, verla, olerla, nada.

¿Fue duro? La música es tu vida, ¿no?

--No es toda mi vida. La música es tres cuartos de mi vida... noventa por ciento.

Te debiste haber deprimido mucho.

--Aburrido es la palabra. Tan aburrido que no podés imaginar lo que es el aburrimiento. No salí de casa como por cuatro años.

¿Qué hiciste durante cuatro años en tu casa?

--¡Nada! Todo venía a mi casa. Ya sabés, todo lo que te podés imaginar. Todo lo que tenés que hacer es pedirlo. No iba a la tienda, no iba a ningún lado... Probalo alguna vez.

¿Cómo era Nueva York cuándo llegaste por primera vez?

--Oh, man. Llegué muy entusiasmado. Caminaba bajo la lluvia. Nunca había visto un lugar como ese. Subtes. Todo tipo de tortas, las tuve que probar todas, riquísimas. Tenía que hacer una sola cosa, ir a Julliard. Me pasaban una mensualidad. Tomaba el bus e iba Julliard. Me daban cuarenta dólares a la semana... Cuando me llegaban, volaban, me encargaba de Bird, de Dex y de todos. No tenían dinero, yo sí. Cuando se ponía complicado lla- maba a mis padres para pedirles un poco más, porque estos chicos me preguntaban por el dinero.

¿Compartías cuarto con Charlie Parker?

--Él lo compartía conmigo. 

¿Bird y Dex se inyectaban todo el dinero en los brazos? ¿Es así como te metiste en esa?

--No. Sólo hice esto —Gene Ammons y yo lo hicimos, empezamos a hacerlo juntos—. Primero empezamos a esnifarla, después nos la inyectábamos, y nunca me di cuenta de lo que estaba pasando. Debí haber pensado en eso un poco más. Me detuve después de tres o cuatro años. Paré... de una. Mi padre me compró un caballo nuevo, excelente. Teníamos doscientas hectáreas cerca de St. Louis, en Milstead, Illinois. Me quedé en la granja alrededor de dos semanas y media hasta que estuve limpio.

¿Qué te hizo finalmente dejarlo?

--Max Roach agarró doscientos dólares y me los puso en el bolsillo, diciendo que me veía bien. Me impactó tanto que me fui directo a St. Louis. Me dije: ese hijo de puta me dio doscientos dólares, dijo que me veía bien. Yo estaba hecho mierda, él lo sabía y era mi mejor amigo, ¿no? Me sentí avergonzadísimo. Me miré al espejo y dije: la puta madre, Miles, vamos. Así que llamé a mi padre para que me enviara un pasaje, y me envió un pasaje.

¿Él sabía sobre tu adicción?

--Mi hermana le dijo. Ella le contaba todo. Me dijo: "Bueno, alguien tenía que decirle, y se lo dije". Dije: "Está bien, está bien, está bien...". Mi padre me pidió... Caminamos por los pastizales y dijo: "Si hubieras es- tado de novio y ella te hubiese dejado, sabría qué decirte, podrías conseguirte otra mujer. Pero esto tenés que hacerlo por tu cuenta, lo sabés, estuviste con las drogas toda tu vida. Sabés lo qué tenés que hacer...". Y dije: "¿Te parece que tengo una adicción?". Dijo que sí. Tenía muchas habitaciones como esta, una casa de campo gigante, estilo colonial, me metí ahí, cerré la puerta y no salí. La mucama me decía: "¿Querés desayunar, Junior?". Yo le decía: "Salí de acá". Me encerré por casi dos semanas.

¿Fue lo peor que te ha tocado atravesar?

--Sí, es terrible.

¿Pudiste haber terminado como Charlie Parker, muerto prematuramente?

--No soy tan egoísta como lo fue él.

O al menos no tenés esa autodestrucción.

--Algunas personas dicen que la tengo, pero no soy tan egoísta. Bird era muy egoísta. Si tenías un poco de droga, él la quería toda. Si tenías un poco de comida, la quería toda para él.

Debió haber tenido muy poco amor propio...

--No lo creo. La gente dice ese tipo de cosas. Él amaba la vida, ¿sabés? Se divertía mucho. Si la gente hubiera dejado de molestarlo, habría estado bien.

¿Si lo hubiera dejado de molestar quién?

--Toda la gente que le decía que no se drogue o que para que no lo arresten tenía que metérsela toda. Tenés que usarla toda porque si te agarran, te meten a la cárcel. ¿Qué podría ser peor que el whisky? Me dejó el hígado hecho mierda.

¿Qué te hace enojar? 

--Todo.

¿Qué te enloquece?

--Todo.

¿Qué te hace feliz?

--Pequeñas cosas. No todo me hace enojar. Es muy difícil hacerme enojar lo suficiente. No es que sea enojón, es la manera como hablo. No miento, así que me sale natural. Le pregunto a la gente, cuando digo algo, piensan que mi voz suena como si estuviera borracho o drogado. Así que... cuando me pongo al teléfono me dicen: "Sí, señora, ¿qué dijo?". Piensan que soy una mujer [risas].

Fuiste acosado y golpeado por policías.

--Es por la forma en que les hablo. Me compré un Ferrari, rojo, ¿sabés? Cada vez que me detienen me dicen... Una vez estaba parado fuera de Birdland y un policía me pidió que entrara. Dije que por qué. Dijo: "¿Por qué?". "Sí, por qué". Y dijo: "Porque lo digo yo". Dije: "Acabo de terminar una presentación para las fuerzas armadas, estoy tratando de secarme, tomar un poco de aire, hay mucho humo allá abajo...". Dijo: "Sos un tipo intelgente, ¿no?". "Sí, lo soy, porque no tengo ese uniforme azul que llevás vos". Dijo: "Uh, ahí vamos, estás detenido".

Debe ser una carga muy grande ser el tipo que guía a los demás.

--¿Quién? ¿Yo?

La gente quiere que estés adelante, el vanguardista, que tomes una nueva dirección para que te puedan seguir.

--No sé qué piensa la gente y no me importa. Especialmente esa expresión, vanguardista, podés ver a tantos ir por eso. Sólo me importa lo que piensan algunas personas.

¿Sufriste mucho por ser el primero, o uno de los primeros, en ser una superestrella?

--¿Soy una superestrella? No sabía eso.

¿Por qué crees que todos están tan emocionados con que vuelvas a tocar?

--Pensé que les gustaba la música. 

... 

Cheryl McCall fue una periodista aficionada al jazz que trabajó para las revistas Life y People. Este es apenas un fragmento de la larga entrevista que realizó con Miles Davis poco después de su regreso en 1982, incluida en completa en el libro.