Desde Santa Fe

El gobierno de Omar Perotti quedó envuelto ayer en un movimiento de pinzas entre los diputados que responden a Miguel Lifschitz y los senadores del PJ. Su primera propuesta para declarar la “emergencia” en Santa Fe fue rechazada por el Frente Progresista, que anunció que no la votará, en medio de una batería de chicanas en la que el socialista Joaquín Blanco llegó a decir que la provincia eligió “gobernador, no emperador”. La segunda, que es la ley tributaria, se frenó en los cabildeos del Senado, que decidió postergar el tratamiento del asunto para hoy, a las 10. Y la tercera: la suspensión por un año del Consenso Fiscal que Perotti firmó hace dos semanas en la Casa Rosada, salió con media sanción en la Cámara de Diputados, pero en votación dividida, porque el bloque de Lifschitz metió dos artículos que exigen “estabilidad fiscal” al gobierno que apenas lleva dos semanas en la Casa Gris. Una paradoja: porque el trasfondo de la puja legislativa es, precisamente, el déficit y los números en rojo que dejó Lifschitz. “La situación de la provincia es extrema, hay dificultades muy serias”, advirtió el ministro de Gestión Pública Rubén Michlig.

El gobernador mandó a Michlig y a sus colegas de Gobierno, Esteban Borgonovo y de Economía, Walter Agosto –acompañado por su equipo- para informar en las dos Cámaras sobre los tres proyectos del Poder Ejecutivo. Pero antes de que llegaran a la Legislatura, los diputados de Lifschitz ya le habían metido el palancazo al más importante que propone declarar la “emergencia social, alimentaria y sanitaria; en contrataciones públicas; económica, financiera y fiscal y en materia de seguridad" por dos años, hasta diciembre de 2021. 

Los tres ministros –que son los mismos que lidiaron con el presupuesto 2020 que Lifschitz le armó a Perotti antes de asumir- se pasaron casi tres horas en la Cámara de Senadores y otro tanto en Diputados.

El resultado de los informes es que el Senado postergó la sesión hasta hoy, a las 10. Mientras que Diputados aprobó la suspensión del Consenso Fiscal por un año que el gobernador había mandado hace quince días y tenía preferencia para ayer. La media sanción salió con 37 votos a favor, 7 en contra y dos abstenciones. El jefe del bloque del PJ, Leandro Busatto, propuso pasar a un cuarto intermedio hasta hoy para que Diputados pueda tratar los asuntos que discute el Senado –la ley tributaria y la emergencia-, pero Blanco rechazó la propuesta y Lifschitz levantó la sesión.

Lifschitz sabe que está bajo la lupa de Perotti, y ayer su bloque actuó en defensa propia. Además, de los cinco ministros que hoy son diputados, entre ellos Pablo Farías y Maximiliano Pullaro, quedó a la vista que otros ex funcionarios del gabinete ofician como asesores del ex gobernador, entre ellos el ex ministro de Economía, Gonzalo Saglione, y el ex ministro de Desarrollo Social, Jorge Alvarez, que ayer recorrieron los pasillos legislativos. No son los únicos.

Lo que puso muy a la defensiva al socialismo fue el mensaje de Perotti que propone las emergencias porque es una denuncia descarnada de los manejos del ex gobernador. Revela que al 30 de noviembre -diez días antes de asumir el gobernador- el déficit de la provincia era de 8.129 millones de pesos; la deuda flotante superaba los 22.700 millones con un incremento del 78 por ciento respecto a la de 2018. Y lo más increíble: el vaciamiento del Fondo Unificado de Cuentas Oficiales (FUCO), que Lifschitz utilizó para financiar su gobierno y que al 30 de noviembre ya había utilizado el 99 por ciento de los recursos. 

Lo dice el mensaje de Perotti: “Tradicionalmente la provincia contaba con un mecanismo de financiamiento genuino: el FUCO que ascendía a 14.888 millones de pesos, pero al 30 de noviembre sólo podía disponerse de 118 millones de pesos porque el resto, 14.770 millones, ya lo había utilizado Lifschitz y su ahora asesor Saglione. Lo que generó “una deuda equivalente con el Tesoro”. Por lo tanto, Perotti le pidió a la Legislatura que lo autorice a tomar créditos por 15.000 millones de pesos para “recomponer” el FUCO que vació Lisfchitz, pero el bloque del ex gobernador ya le dijo que no. "La persistencia del déficit fiscal y la falta de un programa financiero”, obligó al gobierno a pedir “adelantos transitorios” al Banco de Santa Fe con una tasa de interés del 55 por ciento anual. El costo financiero que pagaba Lifschitz era del 70 por ciento.